En
defensa de la Fuerza Armada
Nacional
Fernando Ochoa Antich
Tratar de defender a la Fuerza Armada de los
señalamientos, bien escritos y mejor razonados, del extraordinario periodista
Elides Rojas, en su artículo “Piratería Militar”, no es nada de fácil. Se hace
aún más difícil debido a que sus planteamientos son absolutamente ciertos y no
tienen forma de refutarse. De todas maneras, voy a tratar de explicar mi punto
de vista. La primera gran verdad, es su análisis sobre las causas del triunfo electoral
de Hugo Chávez en 1998. Sorprendentemente, muchos de los votos que condujeron
al poder a Hugo Chávez se originaron en la muy equivocada percepción que sobre
el gobierno de Marcos Pérez Jiménez tienen
millones de venezolanos al considerar que dicho régimen fue eficiente en la
administración de los recursos nacionales. Nada más fuera de la realidad. La
crisis de 1958 fue política, consecuencia del plebiscito y su ambición de
permanecer en el poder, pero en el fondo tuvo por causa una profunda crisis
económica.
Elides
Rojas enumera algunos de los grandes fracasos de este gobierno: las dos crisis
de Vargas, el colapso eléctrico y la casi paralización del Metro de Caracas.
Habría que agregar otros muchos más: la destrucción de PDVSA, la incapacidad
para resolver el problema habitacional, la ruina de los hospitales, la total
falta de mantenimiento de la infraestructura vial y pare usted de contar. La
responsabilidad de la
Fuerza Armada en este desastre es indiscutible. Hugo Chávez ha
presentado su gobierno como militar. El
Alto Mando y sus integrantes se lo han permitido. No han querido escuchar lo
delicado de esta posición. Será imposible evitar que el fracaso del régimen comprometa
el prestigio de la
Fuerza Armada. Nuestra institución ya vivió esa experiencia a
la caída del gobierno de Marcos Pérez Jiménez. Fue necesario muchos años de
disciplinada subordinación al poder civil para que la Fuerza Armada
pudiese reivindicar su prestigio ante los venezolanos.
Hasta
aquí coincido totalmente con Elides
Rojas. Lo que creo faltó en su artículo fue diferenciar a la Fuerza Armada como institución de
las personas que, en un momento determinado, la pueden constituir y dirigir. Eso
ocurre con todas las demás organizaciones del Estado. Pensemos sólo en la Corte Suprema de Justicia. Su
actuación en estos años ha sido inaceptable. Eso no quiere decir que una Corte
Suprema bien constituida no cumpla una extraordinaria función dentro de la
sociedad. El problema que angustia a Elides Rojas no es un problema de
militares, sino de estos militares en particular. Aún el problema es más
complejo. ¿Es realmente el gobierno de Hugo Chávez un régimen militar? Tengo
grandes dudas. Es verdad, que la camarilla impulsora de este proceso tuvo su
origen en la Fuerza Armada,
aunque está ya demostrado que algunos de esos oficiales entraron a la Academia Militar
enviados por organizaciones de izquierda.
Los
venezolanos conocen que la camarilla que realmente decide en las acciones que
toma el régimen es una alianza de amplios grupos de izquierda que desean copiar
la Revolución Cubana.
Este es un punto fundamental a analizar. Es imprescindible responderse esta
pregunta: ¿Hasta que punto llega la influencia de los Castro en la orientación
del régimen chavista? Es total. Nadie lo duda. La reforma constitucional, que
fue rechazada por los venezolanos, se inspiró en esa experiencia. El conjunto
de leyes, absolutamente inconstitucionales, que la Asamblea Nacional,
ha venido aprobando a trocha y moche, se inspira totalmente en el pensamiento
fidelista. Esa es la verdad. La Fuerza
Armada nunca es consultada. De todas maneras, si las nuevas
generaciones militares no quieren comprometer aún más su destino deben tener,
durante las elecciones del año 2012, una posición absolutamente institucional:
cumplir y hacer cumplir la Constitución
Nacional.
Caracas, 12 de
diciembre de 2010.