La sociedad civil debe rebelarse e imponer un gobierno paralelo
La sociedad democrática venezolana debe reaccionar
contundentemente desde el 05 de Enero del 2011, día en que los diputados
electos de oposición asumirán sus cargos en la Asamblea Nacional e
intentarán “legislar” siendo
una voz disidente en la supuesta casa del pueblo. Aunque vivimos en
dictadura y los diputados de oposición no podrán lograr mayor cosa en la
Asamblea castro-chavista, ellos
representan una fuerza moral que debe ser acompañada con movilizaciones
masivas y actos de desobediencia civil generalizados.
La
sociedad civil debe obligar a los políticos y a la Fuerza Armada
Nacional a colocarse del lado de las mayorías, movilizándose
constantemente de manera categórica, hasta lograr el derrocamiento del
régimen castro-chavista a través de la rebelión activa generalizada. Gene Sharp, en su libro: “De la dictadura a la democracia”,
explica muy bien lo que significa la desobediencia civil y como lograr
una transición pacífica en situaciones como la que vivimos actualmente
los venezolanos.
En
las últimas semanas el compatriota Orlando Urdaneta ha hecho hincapié
en este aspecto y creo conveniente colocar el enlace del libro de Gene Sharp, para que puedan ojearlo y traten de organizarse, no podemos seguir a la defensiva. Enlace: http://www.cubademocraciayvida.org/media/-1.1%20A%20A%20NY%20A%20A%20A%208/DelaDict-1.pdf
Seguir
dormidos con miedo y conformismo esperando las elecciones
presidenciales del 2012, o rezando para que un milagro providencial se
lleve al tirano a la quinta paila del infierno, ya no es una opción.
Debemos organizarnos porque somos mayoría y sobre todo porque la razón y
la moralidad nos cobijan desde el punto de vista legal, socio-político y
hasta espiritual. Es el momento justo para la conformación de un “Gran Pacto Democrático Nacional” que nos demuestre a nosotros mismos y al mundo entero, que Chávez es un tirano que no nos representa y ha perdido toda legitimidad de origen.
La iniciativa de ese “Gran Pacto Democrático Nacional” nunca
surgirá de los políticos que ya han demostrado no estar a la altura del
compromiso, su génesis debe y tiene que ser avivada por la sociedad civil en
todas sus facetas y características plurales, democráticas y
variopintas. Nuestra mentalidad debe cambiar radicalmente: No podemos
seguir siendo reaccionarios, debemos ser pro-activos. La
agenda del país debe ser impuesta por nosotros, no por el G2 cubano ni
por Miraflores, somos mayoría y debemos demostrar músculo político.
La iglesia y los estudiantes serían los representantes idóneos para apuntalar este gran movimiento social apolítico y enteramente patriota.
Las
universidades y las iglesias se deben convertir en centros de amplia
discusión, en los que se pueda unificar criterios y elaborar estrategias
de lucha mancomunada en contra de la dictadura. Debemos perder el
miedo, es imperativo lograr la unión de las fuerzas vivas y democráticas
de la nación. Para recobrar la libertad es perentorio transitar por la senda de los sacrificios.
El puntillazo final de ese “Gran Pacto Democrático Nacional” ha de ser un gobierno paralelo de unidad nacional. Su
efecto desde el punto de vista legal no será vinculante, pero desde el
punto de vista moral y espiritual, será devastador y acelerará de manera
exponencial el derrocamiento del dictador y el derrumbe definitivo del
castro-chavismo criminal. La
conformación del gobierno paralelo debe ser impecable, sus
representantes no deben ser políticos, nadie debe presidirlo y sus
decisiones deben ser tomadas de manera pública en cabildos abiertos a lo
largo y ancho del territorio nacional.
La idea es demostrarle a los chavistas descontentos y a todos los venezolanos democráticos, que
Chávez si puede ser tuteado y que un gobierno de unidad nacional es
posible sin derramamiento de sangre ni traumas existenciales. Los
representantes de ese gobierno paralelo seguramente sufrirán amenazas y
muchos terminarán presos, acelerando todavía más el derrocamiento del
tirano. El mensaje sería muy claro: Somos millones, somos mayoría y no nos doblegaremos.
Debemos forzar los acontecimientos, debemos colocar al régimen a la defensiva y debemos obligar a la Fuerza Armada Nacional,
que en su mayoría es antichavista e institucional (aunque muchos no lo
crean), a cumplir con su juramento de defensa de la Constitución y las
leyes. Sin presión popular la transición no podrá tomar forma y los militares no podrán actuar. El
llamado de nuevo es a la iglesia y a los estudiantes, el baño de sangre
todavía se puede evitar pero debemos actuar con firmeza y denuedo; en
otros países dictaduras mucho más cruentas han sido pulverizadas en
cuestión de días, debemos dar el primer paso.
Al principio costará un poco pero después de que logremos ese “Gran Pacto Democrático Nacional” y
el gobierno paralelo haya sido conformado, los políticos y compatriotas
dubitativos no tendrán otra opción que plegarse a la gran masa
democrática y libertaria. Debemos organizarnos, perder el miedo e ir cultivando el germen de la rebelión. Actualmente
la dictadura se tambalea y Chávez en su radicalización cava su propia
tumba, honremos nuestro gentilicio; la estocada final ha de ser
milimétrica.
“Hay momentos en que el pueblo sintetiza en la acción los pasajes más significativos de su historia”
Agustín Tosco
¡Patria, Democracia y Libertad!
Roberto Carlo Olivares
03-12-10