Así queremos a Venezuela, a nuestra manera y con nuestros valores. La queremos a la venezolana. Resiento profundamente que se nos esté escapando el país de siempre, transformándose en lo que no hemos sido, ni queremos ser. Se nos imponen patrones foráneos, cuando queremos seguir siendo venezolanos, y amando como hemos amado.
No
es este momento para juzgar a Cuba, Irán, China, Rusia o a otros países
que nos están marcando fuertemente, pero si para oponernos a que nos
quieran llevar a ser como ellos, dejando de ser nosotros. Hemos
retrocedido en autenticidad. El desafío en 2011 es reganar nuestra manera de ser, afianzar lo nuestro. Fácil no será, lo sé, pero es el desafío. Es una causa que vale la pena.
Hemos sido y en el fondo seguimos siendo -como pueblo- amantes de la democracia. Reclamamos nuestro derecho a participar, a ser oídos, a que no se nos ningunee. No obstante en el país, cada vez más, es uno solo quien decide el destino común. No
nos podemos dejar arrebatar la democracia, que por supuesto es mucho
más que votar cada tanto tiempo para elegir funcionarios. Se nos quiere
quitar hasta el derecho a comunicarnos por internet.
Chávez
está entregando nuestra libertad, nos está haciendo dependientes de
países con regímenes dictatoriales que someten a sus pueblos, y con
tendencia a la injerencia indebida en asuntos de otros países. El
Presidente de Venezuela tiene una dependencia afectiva y psicológica de
Fidel Castro, se babea por él y por la manera desgraciada con la cual
conduce al pueblo de Martí. Es esta aberración la que
permite que cubanos fidelistas-comunistas estén metidos hasta los teque
teques en la estructura burocrática del Estado venezolano, manejando a
su antojo todo lo que tiene que ver con la seguridad de Estado, con la
Fuerza Armada Nacional y la policía, incluida la escolta personal del
Presidente. Pero la injerencia cubana va más allá de lo
que tiene que ver con seguridad y represión de Estado, más allá de lo ya
conocido en materia de salud, educación, cultura y deporte, más allá
incluso del manejo absoluto de las telecomunicaciones y el sistema de
Registros y Notarías.
Nuestra
libertad también está comprometida con China, a la que hemos hipotecado
nuestro futuro, con una deuda multimillonaria en dólares que
irresponsablemente el gobierno sigue incrementando, en base a venta
futura de petróleo. Estamos vendiendo lo de nuestros hijos y nietos. El imperialismo chino se apropia de Venezuela, así como avanzan Rusia e Irán en el sometimiento de nuestra economía.
Éramos
tolerantes y conciliadores como pueblo, hoy somos confrontadores,
parecemos gallos de pelea, dentro del estilo que impone el Presidente
Chávez, agresivo, irrespetuoso, grosero, profundamente intolerante.
Rescatar nuestra manera de ser a la venezolana debe ser compromiso colectivo en 2011. Que
Dios nos bendiga sin límite y nos dé fuerza para ir adelante. Que la
solidaridad en la lucha nos lleve a asumir como propios los agravios a
los demás, a sabiendas de que también llegará a nosotros la mano
atropellante de un régimen sin los valores nuestros, si no hacemos lo
que tenemos que hacer. Que en 2011 estemos a la altura. Es año de definiciones. Es tiempo bendito que nos debe encontrar dispuestos y en pie de lucha.
FELIZ NAVIDAD. Con
esta última entrega semanal de mis reflexiones en 2010, hago llegar mis
deseos por una Feliz Navidad y un venturoso Año Nuevo. Nos reencontraremos ya iniciado 2011. Adelante Venezuela a la venezolana.
PACIANO PADRÓN
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