"Soy Venezolana y trabajo en Coca-Cola Femsa de Venezuela"
"Hoy cuento 6 años y medio, como trabajadora de Coca-Cola FEMSA de Venezuela.
Antes de estar acá, mi experiencia había sido en una agencia de
festejos en donde, por 5 años, me tocó “cargar cajas” (de refresco y de
otras cosas), decorar fiestas y estar detrás de una barra lavando vasos y
sirviendo bebidas. Esto era casi todos los fines de semana. También
vendía alfajores y tortas a mis compañeros de clases. Con lo que ganaba
podía pagar mis guías de la Universidad; las compraba en original y
sacaba las copias para mis amigos; se las vendía más baratas que el
centro de copiado y yo tenía ingresos extra, para comprar las próximas.
La matrícula por mis estudios la pagué por partes. Luego de demostrar
que no tenía posibilidades de pagar con el esquema de pago mensual, la
UCAB me otorgó el beneficio de ayuda estudiantil. En mi último año de
carrera, entré como pasante en una empresa de consumo masivo en donde
estuve por poco más de un año.
En 2004 entré en Coca-Cola FEMSA. Fue mi primer trabajo después de
graduarme. Empecé con un contrato eventual por tan sólo 4 meses.
Luego, me incorporé a un proyecto enfocado en ofrecer oportunidades para
jóvenes profesionales, muchos de ellos recién graduados; ahí me
entregaron mi carnet de personal fijo. La alegría fue indescriptible. A
finales de 2006, fui promovida a jefe del área y desde entonces he
estado en Recursos Humanos, desarrollándome profesional y personalmente.
Coca-Cola FEMSA es mi escuela, es mi familia. Toda mi trayectoria profesional, mis amigos actuales, mi pasión por el trabajo, están en esta Empresa. Acá aprendí a relacionarme, a conocer otros puntos de vista. A entender que la teoría no es nada sin la práctica. A vivir la experiencia del trabajo formal, con un jefe, con objetivos de desempeño, con tareas y exámenes todos los días, sin la excusa de que el profesor es muy duro o no sabe enseñar. Acá he crecido, vivido enormes satisfacciones y alegrías; también, sufrido la tristeza e incertidumbre que provocaron las tomas ilegales de las que fuimos víctimas años atrás.
Durante más de 6 años he recibido anualmente un buen aumento salarial, el cual me ha permitido a mí y a mi familia mantener una vida digna. Lamentablemente no puedo decir que nos ha ayudado en gran medida a tener mejor calidad de vida, porque esa depende de otra Empresa. Desafortunadamente, no está en manos de Coca-Cola FEMSA resolver lo que depende del Estado Venezolano. Pero eso es tema de otra nota.
Con ese salario hago mercado, pago el colegio y todos los gastos asociados a la educación de una de mis hermanas, y los materiales de trabajo de la otra, que ya está estudiando una carrera universitaria. También algunos servicios básicos. En mi casa, somos 6 personas, y yo soy la única que tiene un salario fijo y permanente, pagado por Coca-Cola FEMSA desde el año 2004.
Tengo un seguro de HCM, que cubre mis gastos en clínicas u hospitales privados, a los que debo ir porque el Sistema del Salud del Estado está en condiciones deplorables. Si tuviera esposo e hijos, también cubriría sus gastos. En Coca-Cola FEMSA, tengo facilidades para pagar el seguro de mi carro, lo cual es vital, dado que estoy expuesta a que lo roben en cualquier lado. Otro de los temas que el gobierno actual, tampoco ha resuelto.
Coca-Cola FEMSA es mi escuela, es mi familia. Toda mi trayectoria profesional, mis amigos actuales, mi pasión por el trabajo, están en esta Empresa. Acá aprendí a relacionarme, a conocer otros puntos de vista. A entender que la teoría no es nada sin la práctica. A vivir la experiencia del trabajo formal, con un jefe, con objetivos de desempeño, con tareas y exámenes todos los días, sin la excusa de que el profesor es muy duro o no sabe enseñar. Acá he crecido, vivido enormes satisfacciones y alegrías; también, sufrido la tristeza e incertidumbre que provocaron las tomas ilegales de las que fuimos víctimas años atrás.
Durante más de 6 años he recibido anualmente un buen aumento salarial, el cual me ha permitido a mí y a mi familia mantener una vida digna. Lamentablemente no puedo decir que nos ha ayudado en gran medida a tener mejor calidad de vida, porque esa depende de otra Empresa. Desafortunadamente, no está en manos de Coca-Cola FEMSA resolver lo que depende del Estado Venezolano. Pero eso es tema de otra nota.
Con ese salario hago mercado, pago el colegio y todos los gastos asociados a la educación de una de mis hermanas, y los materiales de trabajo de la otra, que ya está estudiando una carrera universitaria. También algunos servicios básicos. En mi casa, somos 6 personas, y yo soy la única que tiene un salario fijo y permanente, pagado por Coca-Cola FEMSA desde el año 2004.
Tengo un seguro de HCM, que cubre mis gastos en clínicas u hospitales privados, a los que debo ir porque el Sistema del Salud del Estado está en condiciones deplorables. Si tuviera esposo e hijos, también cubriría sus gastos. En Coca-Cola FEMSA, tengo facilidades para pagar el seguro de mi carro, lo cual es vital, dado que estoy expuesta a que lo roben en cualquier lado. Otro de los temas que el gobierno actual, tampoco ha resuelto.
Coca-Cola FEMSA, incluso me ayudó a adquirir un seguro para mi
padre, quien es diabético desde hace varios años. La prima la cancelo
mensualmente sin intereses. Este seguro paga todas sus medicinas,
(quien vive directamente o a través de un familiar esta enfermadad sabe
los costos). También, pagó por completo los gastos de hospitalización,
hace un par de años. ¿Qué ironía no? Una empresa de bebidas dulces por
excelencia, contribuye con la vida de alguien que debe controlar
rigurosamente la ingesta de alimentos con azúcar.
Soy una de más de 7000 trabajadores directos, a los cuales hay que sumar todos los empleos indirectos que mi empresa genera, lo que incluye servicios, proveedores y clientes en todo el país. Toda esta gente tiene familia. Creo que 5 personas es el número promedio que se utiliza para estimar integrantes de un grupo familiar en Venezuela. Sólo es cuestión de sacar la cuenta, y sabremos que el impacto de la situación actual es mayor del que imaginamos.
Coca-Cola FEMSA ha cumplido con todas las obligaciones que tiene conmigo como trabajadora, durante el tiempo que allí he trabajado. Incluso me ha dado más de lo que la Ley la obliga. Me brinda beneficios que muchos no tiene en cualquier otra empresa privada u organismo del Estado Venezolano. Si un día me parece que eso es poco, que yo merezco más, es mi decisión irme a otra organización que me ofrezca lo que espero.
Es muy fácil leer una pancarta y asumir que lo que expresa es la verdad absoluta, sin considerar la otra versión del cuento, como dicen por ahí. Esta es la otra versión. También existimos otro grupo de trabajadores que estamos satisfechos con nuestra empresa y aún, si no lo estuviéramos, resolvemos la situación en casa; no esperamos que el Presidente de la República venga a hacer lo que es nuestra responsabilidad.
En aproximadamente 30 segundos, Chávez se refirió a mi empresa, en respuesta a una pancarta que estaba viendo. Hubo dos frases particulares que, para variar, no comparto con él:
1. “Uno puede vivir sin Coca-Cola”. Quizá usted Presidente. YO, no puedo vivir sin Coca-Cola.
2. “No es imprescindible la Coca-Cola”. En mi casa, es imprescindible.
Soy una de más de 7000 trabajadores directos, a los cuales hay que sumar todos los empleos indirectos que mi empresa genera, lo que incluye servicios, proveedores y clientes en todo el país. Toda esta gente tiene familia. Creo que 5 personas es el número promedio que se utiliza para estimar integrantes de un grupo familiar en Venezuela. Sólo es cuestión de sacar la cuenta, y sabremos que el impacto de la situación actual es mayor del que imaginamos.
Coca-Cola FEMSA ha cumplido con todas las obligaciones que tiene conmigo como trabajadora, durante el tiempo que allí he trabajado. Incluso me ha dado más de lo que la Ley la obliga. Me brinda beneficios que muchos no tiene en cualquier otra empresa privada u organismo del Estado Venezolano. Si un día me parece que eso es poco, que yo merezco más, es mi decisión irme a otra organización que me ofrezca lo que espero.
Es muy fácil leer una pancarta y asumir que lo que expresa es la verdad absoluta, sin considerar la otra versión del cuento, como dicen por ahí. Esta es la otra versión. También existimos otro grupo de trabajadores que estamos satisfechos con nuestra empresa y aún, si no lo estuviéramos, resolvemos la situación en casa; no esperamos que el Presidente de la República venga a hacer lo que es nuestra responsabilidad.
En aproximadamente 30 segundos, Chávez se refirió a mi empresa, en respuesta a una pancarta que estaba viendo. Hubo dos frases particulares que, para variar, no comparto con él:
1. “Uno puede vivir sin Coca-Cola”. Quizá usted Presidente. YO, no puedo vivir sin Coca-Cola.
2. “No es imprescindible la Coca-Cola”. En mi casa, es imprescindible.
Que todo el mundo sustituya la Coca-Cola por guarapo e´caña o jugo
de guayaba (el primero me encanta, el segundo no tanto), tiene un
impacto directo en mí y mi familia. Nosotros necesitamos para vivir
este producto y los otros que hacemos en mi Empresa. Supongo que es la
misma realidad de muchos de mis compañeros.
Anoche, llegué a mi casa luego de una tarde en la cual “la cadena” fue el tema común. Creí estar tranquila; hasta que revisé Internet para tener la mayor información posible de forma directa, y no por lo que me contaron. Fue cuando empecé a llorar, no de tristeza, sino de impotencia. En Valencia, hay 1300 trabajadores que desde hace 3 semanas están en huelga. Durante el mismo tiempo, casi 6000 personas acudimos a nuestros puestos de trabajo, con la certeza de que pronto se solucionará el conflicto, de forma positiva para las dos partes. Esa ha sido la posición de mi compañía desde el inicio; no pareciera ser la de quienes exigen para un grupo, sin pensar en el resto de compañeros que están afectando en el resto del país. Desde ayer, esa certeza y tranquilidad disminuyó, al menos para mí. Fue cuando decidí escribir estas líneas."
Anoche, llegué a mi casa luego de una tarde en la cual “la cadena” fue el tema común. Creí estar tranquila; hasta que revisé Internet para tener la mayor información posible de forma directa, y no por lo que me contaron. Fue cuando empecé a llorar, no de tristeza, sino de impotencia. En Valencia, hay 1300 trabajadores que desde hace 3 semanas están en huelga. Durante el mismo tiempo, casi 6000 personas acudimos a nuestros puestos de trabajo, con la certeza de que pronto se solucionará el conflicto, de forma positiva para las dos partes. Esa ha sido la posición de mi compañía desde el inicio; no pareciera ser la de quienes exigen para un grupo, sin pensar en el resto de compañeros que están afectando en el resto del país. Desde ayer, esa certeza y tranquilidad disminuyó, al menos para mí. Fue cuando decidí escribir estas líneas."
FUENTE: Noticiero Digital.com
IMAGEN SUPERIOR: Ciudad Caracas.info
IMAGEN INFERIOR: Informe cifras.com
REMISIÓN: Edgar Morillo