Murió señora tiroteada por Joao De Gouveia hace 8 años en sucesos de plaza Altamira
en Abril 4, 2011
A pesar de su lucha y apego a la vida Priscila Salas, de 69 años murió
la mañana de este sábado. Resultó herida la noche del 6 de diciembre de
2002, de un tiro en la columna que la dejó parapléjica, en la Plaza
Francia de Altamira, debido a las secuelas de esa lesión que complicó su
salud. Es la cuarta persona que muere por este hecho en el que se
registraron 25 heridos. El tiroteo lo protagonizó el lusitano Joao de
Gouveia, condenado a 29 años y 11 meses de prisión.
Esa noche como todas desde el 22 de octubre opositores se reunían en
la plaza, para rechazar el descontento hacia el gobierno. Los días eran
violentos y el paro petrolero se agudizó. De pronto, comenzaron los
disparos contra la multitud, y el portugués, –para aquel entonces
desconocido– mató a tres personas e hirió a por lo menos 25.
Los últimos 14 días de su vida Salas estuvo recluida en terapia
intensiva de una clínica de La Urbina, refirió su hermana Mirtha Salas
que debido a la inseguridad se mudó a Estados Unidos y regresó por la
gravedad de Priscila.
Salas comenzó a resentirse y se afectaron los riñones, luego los
pulmones y así todos los órganos hasta que sufrió septicemia. La
infección se inició debido a que como no podía levantarse le colocaron
una sonda para que orinara. Una noche luego de que le habían dado de
alta sufrió una trombosis y necesitó reclusión en terapia intensiva.
A ella la hirieron junto con su cuñada Gladys Lovera, que estaba en
la plaza Francia y recibió un tiro en un glúteo pero se recuperó.
Salas fue intervenida varias veces, una de estas en Estados Unidos,
donde le ofrecieron asilo pero ella prefirió regresar al país. “Soy
venezolana y tengo que estar allá para cuando nos devuelvan el país”,
comentó su hermana a las puertas de la Funeraria Vallés, donde fue
velada.
Mirtha Salas dijo que durante la gravedad de su hermana la esposa de
Luis Reyes Reyes, ex gobernador del estado Lara, llamó al médico y le
manifestó que esa señora (Priscila) tenía que salir viva de terapia para
que luego no la utilizaran como bandera política. “Mi hermana dio su
vida por un ideal. Ella estaba protestando en la plaza”.
La víctima era la mayor de nueve hermanos, deja dos hijos y seis
nietos. Laboró como administradora de la empresa Ars Publicidad que la
asistió durante toda su enfermedad además contó con la colaboración de
Procura y se creó una fundación a su nombre.
LOS ENCUENTROS DE ALTAMIRA
Cada noche desde el 22 de octubre, los venezolanos se reunían en la
plaza: fueron los sucesos políticos conocidos desde entonces como Paro
Petrolero, que marcaron el país.
Manifestaron para entonces que Gouveia era un sujeto con fuertes
indicios de desequilibrio mental y completamente desconocido para la
opinión pública hasta entonces, jamás aclaró los motivos que lo llevaron
a ejecutar tal crimen. Gouveia fue declarado culpable por el tribunal
45 de Control, a cargo del juez Alejandro Rebolledo, quien sentenció a
Joao de Gouveia a 29 años y 11 meses de prisión por los cargos de
homicidio calificado consumado, en el caso de las muertes de Keyla
Guerra, Josefina Inciarte y Jaime Giraut, y por homicidio en grado de
frustración por los 25 heridos que dejó el pasado 6 de diciembre cuando
disparó contra un grupo de personas presentes en la plaza Francia de
Altamira.
Fuente: JENNY OROPEZA B. / http://www.2001.com.ve/noticias_2001online.asp?registro=140914
YU
FUENTE: Informe21.com
Priscila
Valentina Salas Torrealba
(Q.E.P.D)
Magistrado
Ponente Doctor RAFAEL PÉREZ PERDOMO.
La Sala Nº 9 de la
Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, en fecha 17 de julio de 2003, integrada por los jueces Nelson Chacón
Quintana, Vicente Mujica Amador (ponente) y César Sánchez, declaró sin lugar el recurso de apelación
propuesto por la defensa del ciudadano Joao
De Gouveia, venezolano, natural de Funchal, Madeira, Portugal, de oficio
mesonero y taxista, con cédula de identidad número 17.756.681, contra la sentencia del Tribunal
Cuadragésimo Quinto de Control del mismo Circuito Judicial que, en el
procedimiento por admisión de los hechos, condenó al nombrado acusado a la pena
de veinte y nueve (29) años y once (11)
meses de presidio y a las
accesorias legales correspondientes, por la comisión de los delitos de 1)
homicidio calificado, por motivos innobles, premeditación y alevosía, previsto
en el artículo 408, ordinal 2°, en relación con el 77, ordinal 5°, del Código
Penal, perpetrado en perjuicio de los ciudadanos Keila Guerra, Jaime Federico Giraud Rodríguez y Josefina Inciarte; 2) homicidio calificado,
por motivos innobles, premeditación y alevosía, en grado de frustración, previsto
en el artículo 408, ordinal 2°, en relación con el 80, último aparte ejusdem, perpetrado en perjuicio de los
ciudadanos Isabel Vásquez Iglesias, Ana Lucia Suárez Maurera, Olga Mercedes García
Guerra, Gabriela Francis Barreto Cona, Blanca Flores Omaña de Orozco, Federico
Ramón Báez Tovar, Priscila Valentina Salas Torrealba, Gladis Guillermina Lovera
Aponte, Idelfonso José Garantón Saravia, Alexander Salvador Cardot Crespo,
Belkis Josefina Sánchez Pineda, Jesús Fernando Aguirre Lastra y Adriana Cuervo
Pignatario; 3)
uso indebido de arma de guerra, previsto y sancionado en el artículo 282
del citado Código.
Los hechos, por
los cuales se sigue el presente juicio, son los siguientes: El día 6 de diciembre de 2002, en horas de la mañana, el ciudadano
Joao De Gouveia, fue en procura de una pistola que días antes había enterrado
en el cerro El Ávila. Luego, se dirigió al Edificio Tejar de Parque Central y,
en la armería “Armaros”, compró dos cajas de balas tipo Hollowpoint, después se
dirigió a la peluquería “Fórmula II”, situada en el mismo edificio, se pintó el
cabello y las cejas de color amarillo para evitar ser identificado al momento
de cometer el delito que planificó perpetrar. Más tarde, aproximadamente a las
7:30 p.m., se dirigió a la Plaza Francia de la Urbanización Altamira y en forma
repentina y sin motivo alguno, comenzó a disparar contra la gran cantidad de
personas reunidas en la Plaza. Para continuar disparando y así llevar a cabo
tal masacre, utilizó un nuevo cargador para su arma automática. El atacante
causó la muerte a tres personas y lesiones a otras veinticinco.
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