CON LEDEZMA RENACE LA ESPERANZA
Con la aparición pública de precandidaturas presidenciales en el seno de los sectores democráticos y progresistas del país que conforman la denominada Mesa de la Unidad Democrática la inmensa mayoría de los venezolanos reafirman su inequívoca voluntad de apostar a los cambios y la recuperación integral del país, tal cual como se ha venido reflejando en todos y cada uno de los sondeos de opinión realizados hasta el momento.
Cesar Pérez Vivas, Henrique Capríles Radonski, Manuel Rosales, Henry Ramos Allup, Oswaldo Álvarez Paz, Leopoldo López, Pablo Pérez, María Corina Machado y Antonio Ledezma, son algunos de los nombres de insignes venezolanos que ya comienzan a sonar como posibles abanderados de la unidad democrática, por lo que está claramente justificado el nerviosismo con el cual actúan quienes en 12 años de gobierno y el manejo de la mayor de las bonanzas petroleras no han logrado satisfacer las demandas sociales de la mayoría de los venezolanos.
En esta oportunidad me voy a referir a Antonio Ledezma, a quien entre tan inmejorable lista precandidatural, un verdadero “Dream Team”, considero la mejor carta para en medio de esta grave crisis sacar el país hacia adelante y enrumbarlo hacia su pleno desarrollo integral en el marco de lo que desde ya sin tapujo alguno debe ser identificado como un gobierno de transición y de amplia base de unidad nacional.
Ledezma reúne meritos suficientes que lo consolidan como un excelente candidato para enfrentar en el 2012 a quienes pretenden abusivamente perpetuarse ineficientemente en el poder. Hombre de amplitud comprobada, tolerancia y de permanente llamado al dialogo en la búsqueda de consensos que satisfagan las expectativas de la mayoría.
Experiencia, talento, capacidad, compromiso ciudadano, honestidad a toda prueba, optimista, visión de futuro, dinámico, solidario, idealista, perseverante, humilde y constancia en la lucha democrática, son virtudes que sin exageración alguna caracterizan a este insigne venezolano que solo es equivocadamente descalificado por sus detractores por lo que simplistamente denominan “su pasado adeco”, sin lograr entender que esto más que una debilidad o defecto es hoy día una fortaleza y un activo democrático de lo que cualquier ciudadano puede y debe sentirse orgulloso como públicamente lo ha expresado el propio Antonio Ledezma.
Ledezma es parte de esa Venezuela comprometida con el futuro y la democracia, de allí que su comportamiento nunca ha sido febril y mucho menos esporádico. No es de lo que hace cálculos personales, juegue a esconder la cabeza debajo de la tierra como el avestruz cuando se trata de fijar posiciones claras ante el país y mucho menos de hacer apariciones solo en épocas electorales, al contrario lo hemos visto siempre en la vanguardia en defensa de la libertad de expresión, exigiendo libertad para los presos políticos, luchando por la transparencia electoral, reclamando respeto a los derechos de los trabajadores y en todo momento Constitución en mano defendiendo la Democracia venezolana.
Hoy Antonio Ledezma se presenta ante el país con una propuesta inclusiva que busca la reconciliación entre todos los venezolanos para poder enfrentar con éxito los graves dramas por los que atraviesa el país como la inseguridad ciudadana, el déficit de viviendas, el desempleo, alto costo de la vida, crisis hospitalaria, colapso de los servicios públicos y desinversión real en educación, entre otros, que sin importar la filiación política o ideológica, clase social o religión, bien vale la pena respaldar por el bienestar de las futuras generaciones.
Hoy Ledezma representa la esperanza de miles de venezolanos que sueñan con una Venezuela mejor, sin odio ni retaliaciones, en paz y permanente progreso. Ledezma representa hoy la posibilidad de concertar la mayor suma de voluntades en procura de la construcción de la Venezuela con la cual muchos hemos soñado, la Venezuela de todos y para todos. Con Ledezma renace la esperanza de una sociedad más justa y equilibrada, con unidad y oportunidades para todos por igual.
Dios bendiga a Venezuela
OSCAR PÉREZ