ECONOMIA
INFLACION
Por Nelson Maica C
Indudable, la inflación beneficia,
brevemente, a muy corto plazo, a sectores preseleccionados de la población, en
detrimento, y por sacrificio, a juro y por las armas, en nuestro caso, de otros
grupos, también, con necesidades apremiantes.
A largo plazo, como lo estamos
sintiendo ahora (luego de 12 años), las consecuencias son desastrosas para
todos, incluyendo los promotores.
Allí esta, ahora, la escasez y las
matracas y el mercado negro y la sumisión y el desempleo, la no producción y el
control por hambre. Desarticulación de la estructura productiva.
Las y “que empresas socialistas”, todo
un contra sentido, una mentira, a expensas de las que existían, son una
“mascara”, y un camino seguro a la ruina. Pésima inversión y malversación del
dinero público.
Nada fácil detener la inflación. Al
tratar de hacerlo generalmente se cae en la depresión. Y los grupos que se han
beneficiado de la inflación se opondrían a que se elimine la inflación, de eso
viven ahora.
Casi imposible controlar el valor del
dinero en tiempos de inflación. El valor del dinero depende también de las
valoraciones subjetivas de sus dueños, consecuencia, a su vez, de las
cantidades en posesión y de la calidad de ese dinero.
Tan pronto queda implantada la inflación,
mejor dicho la súper inflación en nuestro caso, tal como sucedió después de la
segunda guerra mundial, el valor de la unidad monetaria desciende rápidamente
por encima de la cantidad de billetes emitidos o que puedan agregarse a los que
están en circulación.
Al llegar aquí estamos en un desastre
completo y la quiebra económica del país es y/o será indetenible. Por ahora lo
medio salva el abultado precio del petróleo.
Da la impresión, por la propaganda del
régimen, de que jamás se termina el entusiasmo por la inflación para
determinados grupos sociales, los socialistas comunistas, y, además, que les
encanta que los maltraten, los engañen, los exploten, los esclavicen, los
conviertan en una cosa, en un objeto y los traten como tales. Parece que no pueden
vivir sin un Stalin, sin un Hitler, sin un Fidel, sin un Gadafi, etc.
Uno de los mas usados argumentos a
favor de la inflación es que pondrán en movimiento la industria,
industrializaran el país; otro, que lograran el pleno empleo. Empleo para
todos. Tamaña mentira no tiene comparación.
Tratan de ocultarle al pueblo el hecho
cierto de que la inflación provoca mutaciones en las relaciones entre precios y
costos.
Y cuando decretan aumentos de salarios
en realidad están defraudando a los trabajadores, reduciendo los salarios
reales, mediante un alza en los precios. Lo peor es que algunos trabajadores lo
celebran.
En la actual situación inflacionaria
que padecemos es muy improbable que este régimen consiga ninguno de los
objetivos políticos y económicos que se ha propuesto, afortunadamente, y, mucho
menos que los venezolanos sean esclavos de los cubanos socialistas comunistas.
Los trabajadores en general, y en
particular los de los sindicatos que más ingresos perciben, sienten como se les
esfuma el salario y como, de inmediato, tienen que exigir nuevos aumentos sin
ni siquiera llegar al índice del costo de vida.
Este régimen, defensor e implantador
de la inflación, es mentiroso. Hasta se engañan a si mismos. Adoran el papel
moneda porque lo pueden imprimir rápidamente, pues hay una fábrica de papel
moneda, creyendo que así aumentan la riqueza. Solo ellos lo creen.
Al pisar la depresión, un defectuoso
ajuste de la estructura salario – costo – precio - , se provoca un desajuste en
las relaciones entre precios de materias primas y productos acabados o entre
distintos precios y salarios.
Esos desajustes quitan todo incentivo
a la producción o la impiden, contagiando la depresión causada por la
interdependencia orgánica de nuestra economía con el mercado. Mazazo a la
producción y al empleo.
La inflación siempre la adorna este
régimen con un cuento idílico para engañar a toda la población. A una parte de
la población les encanta que los engañen, una y otra vez.
¿Quién no se siente mas rico cuando
oye al régimen decir que la renta nacional ha crecido en comparación con algún
periodo anterior? El empleado u obrero que reciba Bs 40 diarios y ahora recibe
50 cree que ha mejorado su situación, pero ahora todo le cuesta el triple que
cuando ganaba Bs 40. Parece que no se da cuenta de la real situación. El
régimen trata por todos los medios de que la población se autosugestione, es
como si le inyectara dosis grandes de calmantes, los tiene bobos por todos los
medios de comunicación, además, que controla desde mira bobos.
Este régimen socialista comunista del
siglo XXI ha venido implantando la “economía planificada”, economía
inflacionaria, la misma que llevo a la ruina, a la quiebra, a la Urss, China, Cuba,
Alemania del Este, etc., y tiene en la lista a Grecia, Portugal, España, etc., y
todas las demás que han fracasado; pero aquí, ya, en 12 años, sentimos como se
trastoco todo el proceso económico y ya padecemos escasez y ruina por todas
partes.
Las obras públicas no crean nuevos
empleos y tampoco reactivan la economía y menos cuando se realizan a expensas
de los excesivos impuestos pagados por el pueblo.
Por cada bolívar gastado en obras
publicas, el ciudadano, que lo pago en impuesto, dejo de gastarlo en si mismo y
en su familia y por cada empleo que creo el régimen impidió y/o destruyo un
empleo de la industria privada.
Y lo peor es que no le ha bastado eso,
sino que, además, han desaparecido recursos y se ha endeudado, ha endeudado al
país en cifras astronómicas y lo ha hipotecado a mediano y largo plazo. Subastó
la soberanía.
No se puede acumular indefinidamente
deuda tras deuda porque tarde o temprano llega la quiebra, la debacle, la
liquidación del país.
Está ahora manejándose con
presupuestos deficitarios. Otro mal económico. Eso crea, como en efecto ya se
manifiestan, poderosos intereses con los privados escogidos y adeptos, los
utilitis del régimen para operaciones con el exterior, sobre todo, que exigen
su continuación a toda costa. Ganan y sacan fortunas.
Tengamos claro, clarísimo, que este
país no puede obtener nada sin pagar un precio.
La inflación, bien examinada, en el
fondo, viene a ser como una forma de impuesto, un tributo. El peor, porque a
quien mas castiga es a los pobres, a quienes menos tienen.
Pero la inflación va más allá y grava
los ahorros y hasta su seguro de vida, afecta a todos pero a unos más que a
otros. Se puede conocer cuanto daño causa hoy pero no mañana ni pasado mañana.
La inflación impide un buen cálculo
económico, influye en nuestra conducta y en el camino de nuestros negocios.
Coarta la previsión y el ahorro. Incentiva el despilfarro y el manirrotismo y
aventuras económicas y la especulación y la no producción, el no trabajo. Acaba
con las relaciones económicas estables. Desespera al ciudadano. Si, señor,
desespera al ciudadano, al pueblo.
La inflación induce al ciudadano a
exigir del régimen la implantación de controles totalitarios.
La inflación engendro, ahí la reciente
historia, el fascismo y el comunismo. Hubo que acabarlos a plomo limpio, como
en casi todas las partes en donde se implanto.
Pero no olvidemos que la inflación
conduce, también, a grandes desilusiones, amargos desengaños.
La inflación, como lo cuenta la
historia, lleva al país que la padece, a la bancarrota, al colapso de su
economía. Fin. ¿Dejaremos que se nos acabe el país? Usted decide.
“Imponer controles para detener un aumento de
precios es como intentar curar la fiebre empujando hacia abajo el mercurio del
termómetro”.
Murray Rothbard, 1926-1995, matemático y economista
norteamericano.
Caracas,
Venezuela, 20/05/2011.