Adonde lo llevemos. El iniciado nuevo año no tiene un rumbo predeterminado, el camino lo hacemos al andar, diría el poeta Machado. De modo pues, que si los venezolanos no hacemos lo que nos corresponde para que éste sea año de cambio, 2012 sería para el afianzamiento del retroceso histórico. Que el cambio cristalice no depende solo de la nueva mayoría existente a favor de la democracia y el progreso, es indispensable nos activemos, pasar de observadores y analistas, a comprometidos en la acción.
Nuestra inactividad es aliada del régimen despótico, nuestra indiferencia es su mejor impulso. Es hora de reaccionar, las razones sobran; no las ponen en bandeja cada día; por ejemplo, invitar y recibir con máximos honores al asesino Presidente de Irán, no debió dejarse pasar por debajo de la mesa sin que se escuchara en la calle nuestro rechazo indignado. Ahmadineyad es uno de los más feroces violadores de los Derechos Humanos en la actualidad, es tenido como “el mayor estimulador del terrorismo de Estado en el mundo” y tiene muy preocupados a los entendidos, por el avance de sus actividades nucleares. ¿Cómo callarnos ante este indeseado visitante?
Podemos preguntarnos igualmente, ¿cómo guardar silencio ante el acercamiento y compromiso creciente de Venezuela con los más perversos y villanos dictadores del mundo? Seguir callando y no reaccionar ahora es avalar, por ejemplo, la estrecha relación de Chávez con Lukashenko, el dictador de Bielorrusia, único régimen despótico que queda en Europa, condenado mil veces por defensores de los Derechos Humanos al “controlar todos los medios audiovisuales y censurar sistemáticamente la prensa escrita”. No debemos silenciarnos ante la relación con su “hermano” -es así como Chávez llama al inescrupuloso asesino Robert Mugabe, de Zimbabwe- tal vez hoy el más cruel dictador del mundo. Protestemos por Fidel Castro quien por más de medio siglo es dictador de Cuba, hambreador, torturador y asesino, a quien Chávez llama “padre”.
Tal vez el Presidente de Venezuela exprese, como Hitler en “Mi Testamento Político” (1945), “he actuado únicamente por amor y lealtad a mi pueblo, en todos mis pensamientos, actos y vida”. Palabras y solo palabras. Grave fue el daño que Hitler, en su espacio y tiempo causó a la humanidad, como lo es el mal que Chávez ha producido en Venezuela de manera continua en los últimos 13 años, tanto en nuestros valores como país, como en nuestra democracia y su institucionalidad, en la economía y en la vida social y política.
Este 2012 puede ser más de lo mismo, puede convertirse simplemente en el décimo cuarto año del gobierno de un hombre cuyo tiempo de permanencia en el poder, en Venezuela, es solo superado por Juan Vicente Gómez, quien sumó 27 años en la presidencia. Si permitimos sea reelecto el próximo 7 de octubre, estaríamos autorizándolo a completar 20 años continuos en Miraflores.
Podemos salir de Chávez en 2012 si decidimos hacerlo y cada uno de nosotros cumple su parte, aún los no políticos y quienes se ufanan en decir -con razón- que viven de su trabajo, porque todos somos víctimas de la podredumbre de un régimen ya agotado y sin banderas.
Este año debe ser de definición y acción. Participemos en la elección del candidato de la democracia y el cambio, en las Primarias, 12-F. Hagamos de la calle el escenario de nuestras protestas contra la administración depredadora. El 7 de octubre podemos elegir un nuevo Presidente si nos da la gana, y el año 2013 y siguientes ser distintos, si así lo decidimos hoy. ¿A dónde vas 2012?, mejor dicho, ¿a dónde te llevamos?
PACIANO PADRÓN
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