EL AÑO DE LA LUZ
Por: Vinicio
Guerrero Méndez
Dijo Dios:
“Que exista la luz”. Y la luz existió.
(Génesis 1:3)
Parece extraño pero de todos los años de mi vida con la víspera de
un nuevo año hemos vivido la costumbre de seguir una serie de cábalas, rituales
y otros miles de magias esotéricas con
el fin de lograr la prosperidad en el nuevo año. Por nombrar algunas hay
quienes para que no les falte la comida prefieren consumir una cierta porción
de lentejas, bañarse en champagne. Los viajeros salir con sus maletas llenas de
implementos, tanto así los que desean casarse se arrodillan en el pesebre y los
mas arriesgados se suben a una silla tres y cuatro veces. Los buscadores de
fortuna prefieren tomar un billete de la más alta denominación y apretarlo
fuertemente hasta sudar su mano con la intención de atraer la fortuna.
Todas estas creencias y tradiciones parecen valederas pero no son
más que una compensación ilusoria de las realidades desagradables y de las
congojas del vivir. No olvidemos que Jesús
disfrutó de poseer una fe sin incertidumbres, y en cada una de las difíciles
situaciones de la vida, infaliblemente exhibió una lealtad inamovible a la
voluntad del Padre condicionada constantemente por su fe viva, su creencia y su
oración solo en Dios.
Jesús guió a los hombres a que se sintieran en el mundo como en su
propia casa; los liberó de la esclavitud de los tabú y les enseñó que el mundo
no es fundamentalmente malo.
Este nuevo año que se
inicia es el año de Jesús de Nazaret y lo explico de manera sencilla. Este día
domingo se inicia con el propio nuevo año una semana perfecta ya que el día
domingo es el primero de la semana y casualmente del año. Un día como tal
nuestro Señor se dispuso a crear el universo y sus primeras palabras fueron “Que exista la luz”. Jesús en su mensaje a los hombres lo recalca: "Yo
soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que
tendrá la luz de la vida." (Juan 8:12). Como algo especial este nuevo año
tendrá solo tres semanas perfectas la primera del año y las otras dos en abril
y julio, lo que representa el trino del Señor.
Jesús nos revela su mensaje: “Muchos de
los que os atacarán son ignorantes de la luz del cielo, pero esto no es verdad
de algunos que ahora nos persiguen. Si no les hubiésemos enseñado la verdad,
podrían hacer muchas cosas extrañas sin ser condenados, pero ahora, puesto que
han conocido la luz y han tenido la presunción de rechazarla, no hay excusa
para su actitud.
No nos desalentemos, la evolución
humana sigue progresando, y la revelación de Dios al mundo, en Jesús y por
Jesús, no fracasará.
¡La oración! No la dejes nunca por nada. Ella da brillo a
tus ojos, ardor a tu corazón, fuerza a tu voluntad. Persevera todos los días,
sin desistir y Dios te escuchará.
Afectuosamente,
Imperfecto.
VINICIO GUERRERO
MENDEZ