ESCRITO EN PIEDRA
Vinicio Guerrero
Méndez
Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que
estas en los cielos, santificado sea tu nombre. (Mateo 6:9)
Cierto día asistí a una conferencia muy interesante relacionada a la
comunicación con Dios. Muchas de las personas allí presentes insistían que Dios
estaba dentro de nosotros, otros que en todas partes.
Básicamente me gusta
hurgar en libros y dondequiera que alcance mi curiosidad. También pensar,
pensar y pensar, hacerme preguntas tales como ¿que hago aquí? Hablo muchísimo
con Dios y le pregunto ¿Dónde estás? He llegado a creer que contesta mis
preguntas porque he tenido respuestas impresionantes. Esta me llegó cuando
menos lo esperaba. Fue aquel día mientras ayudaba a un señor accidentado en
plena vía pública bajo un tránsito infernal. Muy angustiado y nervioso agradeció
mi ayuda mientras los demás conductores tocaban sus bocinas para hacerlo a un
lado. Viendo esto comprendí que a quien menos llevamos dentro de nosotros es a Dios.
Tal acontecimiento solo sirvió de preámbulo a Dios
para prepararme su respuesta: “Dios está en el cielo”
Si, Dios está en el cielo.
Jesús nos lo enseñó cuando recitó la única oración para hablar con Dios: “Padre
Nuestro que estas en el cielo…” esa es su morada, ese su reino. Posteriormente
alguien lo dejó escrito sobre una piedra
blanca de mármol, en
Jerusalén, Palestina, en el Monte de los Olivos en la lengua que Jesús hablaba a su pueblo, el
arameo; para que el hombre no lo olvidara jamás.
Lo que más me impresiona de esta bella oración es que la traducción del
arameo al español (sin pretender interferir con la iglesia) es la forma como la invocaba
Jesús. Bello, profundo y verdadero. Imaginen ahora a nuestro querido Jesús en
el Monte de los Olivos de rodillas, su rostro suplicante y humilde, sus brazos
a manera de columnas descansando sobre esta piedra. Su cálida mirada, fija
hacia el cielo infinito. El silencio cede tiernamente su espacio y su semblante
refleja un brillo muy especial debido quizás al resplandor de la luna ante ese
maravilloso encuentro con el Padre.
Ahora imagínate
a ti mismo recitando ese bello y original Padre Nuestro a su lado, si al
lado de Jesús orando en su compañía la verdadera y más poderosa oración.
Comencemos y verás como cambiarán muchas cosas en tu vida:
Padre-Madre, respiración de la Vida, ¡Fuente del sonido,
Acción sin palabras, Creador del Cosmos! Haz brillar tu luz dentro de nosotros,
entre nosotros y fuera de nosotros para que podamos hacerla útil. Ayúdanos a
seguir nuestro camino respirando tan sólo el sentimiento que emana de Ti.
Nuestro Yo, en el mismo paso, pueda estar con el Tuyo, para que caminemos como Reyes y Reinas con todas las otras criaturas. Que tu deseo y el nuestro, sean uno sólo, en toda la Luz, así como en todas las formas, en toda existencia individual, así como en todas las comunidades. Haznos sentir el alma de la Tierra dentro de nosotros, pues, de esta forma, sentiremos la Sabiduría que existe en todo. No permitas que la superficialidad y la apariencia de las cosas del mundo nos engañen, Y nos libere de todo aquello que impide nuestro crecimiento.
Nuestro Yo, en el mismo paso, pueda estar con el Tuyo, para que caminemos como Reyes y Reinas con todas las otras criaturas. Que tu deseo y el nuestro, sean uno sólo, en toda la Luz, así como en todas las formas, en toda existencia individual, así como en todas las comunidades. Haznos sentir el alma de la Tierra dentro de nosotros, pues, de esta forma, sentiremos la Sabiduría que existe en todo. No permitas que la superficialidad y la apariencia de las cosas del mundo nos engañen, Y nos libere de todo aquello que impide nuestro crecimiento.
No nos
dejes caer en el olvido de que Tú eres el Poder y la Gloria del mundo, la
Canción que se renueva de tiempo en tiempo y que todo lo embellece. Que Tu amor
esté sólo donde crecen nuestras acciones.
¡¡¡ Que así sea!!!
¡¡¡ Que así sea!!!
La oración!
No la dejes nunca por nada. Ella da brillo a tus ojos, ardor a tu corazón,
fuerza a tu voluntad. Persevera
todos los días, sin desistir y Dios te escuchará.
Afectuosamente,
Imperfecto.
VINICIO
GUERRERO MENDEZ