RECORDANDO ALTAMIRA XXIX
¡Prohibido olvidar! ¡Del 11-A al 7-O!
05 de abril 2012
Se cumplen diez años del 11 de abril del 2002, fecha que pasa a la historia como la colosal gesta sin precedentes en la vida republicana de Venezuela, como ya había afirmado, nunca antes la sociedad civil se había manifestado con tal gallardía, espontaneidad, contundencia y solidaridad, por medio de una rebelión popular tan maravillosa, en contra del régimen opresor. Sólo la mácula de los asesinatos con francotiradores y la masacre de Puente Llaguno, le dan carácter de fecha mártir y, en mi opinión, no habrá forma de llegar a la verdad mientras los responsables de dicha masacre estén en el poder. Las versiones oficiales registradas, públicas y notorias están en los archivos de la fiscalía, del T.S.J. y de la Asamblea Nacional, además de los testimonios en los medios y los expedientes presentados en La Haya.
No obstante ello, ningún venezolano puede dar por concluida la tarea trascendente que se fijó para esa fecha y que por las razones que aún se discuten, no se logró.
Las causas que motivaron aquella gesta siguen en plena vigencia, el país ha sufrido las consecuencias de no haber logrado “hasta ahora” liberarse del régimen.
Diez años de desgracias, desgobierno, traiciones y entreguismo, además de una corrupción incontrolable y sostenida, por decir lo menos, han dejado cortas, a las causas esgrimidas en el 2002, lo cual se convierte en la razón fundamental por la cual el 11-A sigue vigente, puesto que no se ha cerrado el ciclo que ponga fin a tal situación.
El 11-A sigue latente por el retorno de tiburón1 y su responsabilidad en la masacre de Puente Llaguno.
El 11-A ha quedado vivo y reivindicado con creces, en la memoria de los venezolanos por; el decreto 2011 en contra de nuestros hijos, por la toma y degradación de PDVSA, por el paro general, la Plaza Altamira, el fraude del revocatorio del 2004 y su engendro llamado lista tascón, por el descalabro del sector productivo privado, por la degeneración de las FAN en milicia revolucionaria, por la entrega y subordinación de los destinos del país al comandante supremo y ejemplo a seguir (según el jefe miliciano) Fidel Castro, por la inseguridad, por el exilio y los presos políticos, por el descalabro de la infraestructura de servicios, por la degradación y manipulación del sistema educativo nacional, por la arbitraria y desviada hipoteca del futuro de las próximas generaciones en negociados que benefician a tendencias ideológicas extranjeras “convenientemente coincidentes” con las del régimen, por la vergonzosa impunidad ante todo ello; en fin, las ofensas son innumerables y cada una tan grave como la otra.
Para colmo de males, y motivado al “supuesto grave estado de salud de tiburón1”, se ha evidenciado el control isleño sobre el país, hasta el punto de pretender inducir y acostumbrar a los venezolanos a que sí es posible gobernar a Venezuela desde La Habana, indistintamente de la presencia o no de tiburón1.
Esto es muy grave y nos lo están haciendo descaradamente, tal vez el régimen cubano no esperaba tener que caer en esa situación, pero ante la coyuntura no les quedó otro
camino, es obvio que se preparan para cualquier eventualidad a fin de solventar la grave falla ante la posible falta del primer actor y ausencia total de posibles relevos dentro del entorno criollo del régimen.
Pues bien, no los dejemos! No permitamos que sigan desplazándonos en la indelegable tarea de regir los destinos de nuestra patria.
Por todo ello debemos apelar al espíritu luchador y ciudadano del 11-A, siendo esta la gesta a repetir hasta que se cumpla el objetivo, la salida del régimen que la generó y mantuvo justificada con sus continuos y oprobiosos actos.
Los venezolanos, por medio del candidato nacional Henrique Capriles Radonski, hemos vislumbrado un camino en el cual el 11-A logrará un descanso en su lucha constante sobre nuestras conciencias, la esperanza está dirigida y las fuerzas concentradas hacia la que pudiera ser la gesta de relevo, me refiero al próximo 7-O, todo el empuje de la energía del 11-A debe ser reutilizado sin contemplación alguna el próximo 7-O, de manera que toda la fuerza resultante de la confluencia de ambas fechas, actúe como un tornado que se lleve el desvelo y la desesperanza, que evite cualquier intento de retorno parecido al fatídico 13-A y permita el inicio de un proceso de transición hacia la Nueva Venezuela.
Esta transición, propongo modestamente, debe tomar en cuenta, los errores históricos con experiencias muy costosas, de procesos de “pacificación” e “indultos” en los cuales fueron perdonados e incluidos, personajes que habían traicionado a la patria en beneficio de la revolución castrista.
En delitos de alta traición, violación de derechos humanos y corrupción, debe aplicarse todo el peso de la ley, bien es sabido y la historia nos lo ha demostrado, que quien traiciona una vez lo vuelve a hacer.
De igual forma, la transición, deberá tener bien claro desde el mismo instante en que derrotemos al régimen y asuma el poder, que debe estar en capacidad tanto de respetar la constitución y las leyes, así como de asumir el control del país y hacerlas cumplir, con toda la fuerza que le da su legitimidad. Tal capacidad será la única que garantizará que el nuevo sistema de gobierno que nos habremos dado los venezolanos el próximo 7-O, podrá ejercer su mandato con autoridad, justicia y sobre todo independencia.
No olvidemos jamás que no hay nada a lo que el régimen le tenga tanto pero tanto miedo como a otro 11-A.
Daniel Comisso Urdaneta
contralmirante