19 de febrero de 2013 13:59 |
"AGARREN AL LADRÓN"
Twitter: @padronpaciano
“Cuando alguien asume un cargo público, debe considerarse a sí mismo
como propiedad pública”. En Venezuela hoy se hace lo contrario, el
funcionario alto burócrata considera que todo lo público es de él,
usándolo y apropiándoselo como le viene en gana. La anterior cita de
Tomás Jefferson “no aplica” en la Venezuela de estos días. La honestidad
y la entrega al servicio se han transformado en podredumbre y usufructo
del poder y el cargo. El servidor público del cogollo no sirve, se
sirve a sí mismo de la posición de servicio que se le ha confiado. Ya
basta, el cambio no debe esperar más, hay que desechar las sanguijuelas,
así como a los corruptos hay que alejarlos de las tetas del erario
público. Cuando las sanguijuelas se detengan, los recursos alcanzarán
para todo y para todos.
“Agarren al ladrón, agarren al ladrón”, suelen gritar los rateros
carteristas después de un zarpazo, para despistar, justo cuando salen
corriendo tras un supuesto caco que imaginariamente huye delante de
ellos. Cuando escuchamos a Diosdado Cabello denunciar como corruptos a
diputados y dirigentes de la oposición, cuando el inmaduro que usurpó la
Vicepresidencia de la República señala de delincuentes a líderes de la
alternativa democrática, o cuando hacen lo propio segundones del tercer
nivel como Carreño, estamos escuchando el tradicional “agarren al
ladrón”, cuando son ellos los de la conducta indigna, reprochable e
inaceptable, que no nos debemos calar más.
La gestión de Hugo Chávez, así como la de los que ante la incapacidad
física y no sabemos si mental de este ejercen el poder en su nombre, han
arruinado el país, dejándolo sumido en deudas y problemas, mientras
surgen unos pocos nuevos multimillonarios, neoburgueses o boliburgueses,
que se han enriquecido groseramente al amparo del régimen, con
impunidad plena, sin jueces que sentencien, sin Contralor ni Fiscal que
investiguen, sin Asamblea que vigile, sin justicia. Pero hay algo más,
las gallinas están cantando como gallos. Los podridos en recursos mal
habido, están llamando corruptos a quienes no lo son.
Una constante conducta del régimen es la iniciada por el decadente
Presidente, que consiste simplemente en endilgar a opositores lo que
ellos están haciendo o piensan hacer. Nos llaman golpistas, pero quien
dio golpe de Estado fue Chávez, cuando dejó a centenares de venezolanos
asesinados en las calles del país un 4 de febrero, cuando corría 1992, e
intentó derrocar el gobierno constitucional del Presidente Pérez por la
vía de las armas. Es bueno recordar que los diputados de entonces
incluidos los de A.D., partido gobernante y mayoritario hicimos cesar en
el cargo a Pérez por vía constitucional, a través de juicio y con todas
las garantías procesales.
Dijeron
en la pasada campaña presidencial que de ganar Capriles este impondría
un paquetazo neoliberal, y ahora nos dan una bofetada con el paquetazo
neoliberal de Maduro, que no solo vuelve leña al débil “bolívar fuerte”,
sino que desata una brutal inflación, de la cual el mayor afectado es
el más humilde.
Ni con su anterior sueldo de chofer de Metrobús, ni poco luego con sus
ingresos como alto funcionario público, Maduro puede demostrar cómo y de
dónde obtuvo honestamente los reales para vivir como vive y tener lo
que tiene. Diosdado Cabello es un magnate, se le atribuye propiedad de
numerosas empresas y se sabe de sus vinculaciones con compatriotas
enriquecidos a alta velocidad. Bien sabemos que los multimillonarios
boliburgueses no son solo los descollantes Maduro y Cabello. Cuando la
corrupción y podredumbre del régimen hacen agua, el Tesoro de la Nación
está en el piso, mientras el cogollo del régimen podrido y carcomido
grita “Agarren al ladrón, agarren al ladrón”.
PACIANO PADRÓN
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