ESCRITO ESTA
(Origen y consecuencias
de la idolatría)
Vinicio
Guerrero Méndez
“Sin
embargo, no hay que ser tan severo al juzgar a esas personas; quizás se
perdieron tratando de encontrar al Dios verdadero” (Sabiduría 13:6)
Un padre, afligido por un duelo prematuro,
encarga una imagen de su hijo tan pronto arrebatado, y al que antes no era más
que un cadáver, ahora lo honra como a un Dios y transmite a los suyos misterios
y ritos. Luego, con el tiempo, esta mala costumbre es observada como ley.
Asimismo, por orden de los soberanos, se rendía culto a las estatuas: como no
se los podía honrar en persona, a causa de la distancia, reprodujeron esa
figura lejana, fabricando una imagen visible
del rey que veneraban; así se adulaba con fervor al ausente como si estuviera
presente. La ambición del artista contribuyó a extender este culto, atrayendo
incluso a los que ni siquiera conocían al rey, porque aquel, deseoso sin duda
de complacer al soberano, empleó todo su arte para hacerlo más hermoso de lo
que era; así la gente termina por considerar dioses a los que antes solo tenían
por hombres y la gente, seducida por el encanto de la obra, convirtió en objeto
de adoración al que poco antes honraba como a un hombre. Y esto resultó una
asechanza para los vivientes, ya que los hombres, víctimas del infortunio o de
la tiranía, atribuyeron a piedras y maderas el Nombre incomunicable. Pero no
les bastó equivocarse en el conocimiento de Dios, sino que, debatiéndose en la
tremenda lucha provocada por la ignorancia, ellos dan a tantos males el nombre
de paz. Con sus ritos infanticidas, sus misterios ocultos y sus frenéticas
orgías de costumbres extravagantes, ya no conservan puros, ni la vida ni el
matrimonio; uno elimina al otro a traición o lo aflige por el adulterio. En
todas partes reina el caos: sangre y muerte, robo y fraude, corrupción,
deslealtad, agitación, perjurio, vejación de los buenos, olvido de los
beneficios, contaminación de las almas, perversión sexual, desorden en el
matrimonio, adulterio y libertinaje. Porque el culto de los ídolos sin nombre
es principio, causa y fin de todo mal, sea que se diviertan hasta el delirio o
pronuncien falsos vaticinios, sea que vivan en la injusticia o perjuren con
toda tranquilidad; y como ellos ponen su confianza en ídolos sin vida, no
esperan ningún daño de sus falsos juramentos. Pero recibirán su merecido por un
doble motivo: porque, al entregarse a los ídolos, se han hecho una falsa idea de Dios, y porque han jurado injusta y
falsamente, menospreciando la santidad. Los ídolos no castigan; no tienen poder
para hacerlo! Pero Dios no dejara sin castigo a los que practican la maldad.
(Tomado de la Biblia, Libro de la
Sabiduría Cap. 14, Versículos 15 al 31)
¡La
oración! No la dejes nunca por nada. Ella da brillo a tus ojos, ardor a tu
corazón, fuerza a tu voluntad. Persevera todos los días, sin desistir y Dios te
escuchará.
Afectuosamente,
Imperfecto.
VINICIO
GUERRERO MENDEZ