11 de julio de 2013
Enrique Prieto Silva
Muerte en la "Patria Segura"
Hacen
ya ocho años, en el barrio Kennedy del Oeste de Caracas, funcionarios
de tres mal llamados organismo de seguridad del Estado, denominados
"cuerpos policiales", dieron muerte a unos estudiantes, masacrados
mediante el uso de las desprestigiadas alcabalas y razias, que habían
sido desechadas para procedimientos policiales en un intento por evitar
el abuso en la detención masiva para demostrar eficiencia policial con
la estadística de mayor número de detenciones. Como en este, en muchos
casos se arremetió sin sentido policial ni de seguridad pública, para
demostrar eficiencia en los planes de seguridad y orden público, que hoy
en número de 21, solo han logrado elevar el número de fracasos.
Son
ya quince años desde que la mente trastornada de Chávez, implementara
el chasqueado eslogan cubano de "patria o muerte", agregándole
"socialismo", que con orgullo asumieron sus seguidores hasta abarrotar
trajeados de rojo todo el acontecer nacional. Todas las mentes se
impregnaron del quehacer, que llamaron "patria" como legado, y hoy
quieren sacar a luz que la patria existe como hechura imperdurable del
mesiánico difunto, hasta creer que ¡Chávez vive!, sin darse cuenta que
la "patria", se derrumbó con el socialismo, y solo quedó libre la
muerte, que nos asecha en cada acto "revolucionario".
Pareciera,
que el problema es letal, donde se han revertido los valores e ideales
que nos contagiaron para dar relevancia a una patria representada por un
Estado democrático, social, de derecho y de justicia, pero que, como la
bestia sin palafreneros se nos ha desbordado del molde, al querer
imponérsele una cursilería política aferrada a un sueño del pasado. Más
grave aún, a un mito sin base, surgido de una cursilería ideológica
burda e irreal, que desgraciadamente se ha incrustado en muchos
venezolanos que conocimos serios y hasta con prestigio ciudadano, cuya
reversión nos produce el temor del imposible. Nos da miedo, y no vamos a
negar, que nos acobarda el pensarlo.
Cuando
vemos lo ocurrido en Falcón, nos avergüenza admitir la ineficiencia,
incapacidad, falta de sentido común e inhumanidad de diez guardias
nacionales, que de no demostrarse el contagio de una locura colectiva
momentánea, tenemos que concluir, en el efecto inoculador del odio
contra la escualidez impertérrita producto de los slogans contra la
riqueza, la burguesía, los imperialistas, y contra quienes no adopten
conductas serviles, que sean capaces de no atender una voz de alto, que
aturdida por el silencio del aire acondicionado, requiera del plomo a
discreción para que se haga efectiva. El colofón final, es demostrar que
la autoridad se respeta a como dé lugar. Para eso son las armas. Al fin
de cuentas, el discurso "revolucionario" se dirige a lograr "el
socialismo" a todo trance, sin importar sexo, raza o condición social,
ya que así lo ordenó el "comandante eterno" y él aún vive.
El
sistema de seguridad pública requirió su adaptación al régimen
jurídico-constitucional de finales del siglo XX, y obligó la
implementación de leyes para la orientación de los procedimientos y
prácticas policiales en un país en paz, pero lamentablemente, han
querido creer, que la militarización de toda la función pública es la
panacea para lograr una "patria segura" y los resultados están a la
vista: Sin patria, pero con muerte segura.
Las
evidencias nos obligan a invitar a la almirante ministro, para que con
sano criterio inicie la reinstitucionalización de la FAN. Basta ya de
desatinos e incapacidades y de un culto a la personalidad que ha
envilecido a nuestra Institución Armada.
@Enriqueprietos