La
idiotez de llamar plebiscito a elecciones del 8-D
Alberto Franceschi G
Todas
las elecciones realizadas bajo el
chavismo han sido fraudulentas, no pierda su tiempo leyendo esto si cree lo
contrario. Cuando incluso se ganó el referéndum contra la reforma, la ventaja
no fue “pírrica de mier..” como dijo
el comandante
cósmico sino de por lo menos
15 puntos y por cierto de todas maneras
aplicó lo que se le había expresamente desautorizado y particularmente la
reelección indefinida, apoyándose en la alcahuetería manifiesta de muchos de los cuentadantes de oposición
que querían también la suya, aunque
dijeran lo contrario, para la
masa de ingenuos que van una y otra vez al matadero de la estafa electoral del
régimen.
Pero
sobre estas elecciones municipales del
8-D en particular, “sobrevenidas”
luego de haberse desconocido la victoria aplastante de la llamada oposición en abril
pasado, y por haberse choreado del candidato para abajo,
dejando vivito y coleando un régimen podrido hasta los tuétanos, ya es
el colmo de la desfachatez, más bien de la idiotez, cuando Capriles nos pide que volvamos al matadero, además bajo el
chantaje de convertir estas elecciones en un plebiscito.
Andar
por allí con esta prédica ya constituye de por si una desoladora muestra
de ineptitud política.
Tenemos un gran pueblo que ha sido convertido, gracias a poderes mediáticos, en una manada
de borregos, de una dirección de la MUD y de sus patiquines
candidatos, que viven inventando como volver a embaucarnos, tras cada
decepcionante auto derrota en esa sucesión de elecciones trucadas.
Y
parece mentira que el mecanismo aceptado sea muchas veces el del juego del
cinco y seis, donde siempre hay el o los premios gordos del cuadro con seis y un repele que se le asigna a los ganadores con cinco.
Nuestra MUD está llena de aspirantes a
quedarse con el repele, diciéndonos que hay que ir a por el triunfo,
que esta vez sí se dará.
Pero
ahora se pasaron. Ya es patético llamar
plebiscito a una elección de segundo nivel, a escasos 8 meses del fraude de Maduro y de la gran chorreada de nuestro favorito, que se devolvió luego de pasar victorioso la meta, cojeando cada vez más para dar lástima y ahora verle mostrándose con relinchitos
del que ya no tiene cojera y ostentando
que él llevará a muchos briosos
ejemplares a la victoria, cuando él no fue capaz siquiera de imponer la suya.
Les
participo que el llamado plebiscito entonces
nos enterraría, porque el gobierno volverá a hacer fraude,
se robará dos tercios de
los municipios y lo peor de todo es que los de la MUD que se saquen
los cuadros con cinco, estarán felices de haber logrado su sueño de
convertirse en “cuentadantes”, aunque sean
ninguneados
y perreados por el régimen chavista, pero conservando como trofeos, la dirección de ciudades que les harán ricos
como socios menores del saqueo nacional, en un país donde se hizo sinónimo ser político
y corrupto, funcionario y ladrón, porque
para los electos desaparece cualquier
frontera entre el erario público y sus cuentas bancarias personales, manejadas
en demasiados casos por familiares y testaferros, como para creer que estemos ante excepciones, en los casos de la inmensa mayoría.
Confieso
que me repugna la sola idea de ver electos y legitimados al malandraje rojo y a
muchos de la oposición que al día
siguiente encuentran millones de razones “verdes” para predicar paciencia y
pontificar sobre la necesaria salida electoral y pacífica de
este caos, como si ello fuese posible frente a este régimen de oprobio.
¿Cómo
van a decir el disparate, ya en su
desesperada manía de querer llevar la
gente a votar, que estas elecciones
serán un plebiscito?
¿Qué
van a decir al día siguiente cuando el CNE chavista reparta en proporción de 70
a 30, las alcaldías y
demás cargos?
Tengo
el deber de decirles, a quienes han confiado
en los afanados defensores del
sistema político basado en esta constitución chavista y cuyas
autoridades emanan de un arbitraje de este
CNE de chavistas que les retroalimenta, que
la casi exclusiva razón de “nuestros”
fracasos, para intentar derrotar y liquidar esta piltrafa de régimen, es que nos han dirigido siempre
CUENTADANTES de él, con
una línea política de cohabitación con él, es
decir gente que distribuye cheques, miles
de cheques, para sí y sus clientelas, enviados desde el poder
ejecutivo rojito. El error es creer que
este funcionariado tenga la misma
naturaleza social del que se ostentaba
en la vieja democracia, donde primó el
principio de la alternabilidad.
La
excepción a la regla de someterse a los designios del régimen, la constituyó la
dirección de abril de 2002 que embaucó, con el
madrugonazo de la Venezuela
Compañía Anónima de Carmona, lo
que era una gigantesca insurrección
civil.
Tan fuerte fue el impacto de esa rebelión civil, que sus
efectos siguieron hasta febrero de 2003, cuando terminó derrotado el famoso Paro Cívico suicida, del
que por lo menos habrá que reconocer, que su dirección dejó la impronta de querer
pelear, a diferencia del sifrinaje
que luego, aprovechándose de los graves errores de cálculo de aquellos que quisieron
sacar de raíz el régimen y no pudieron, se convirtieron
desde entonces en dirigentes partidarios
eternos
de la irrenunciable sumisión electorera alcahuete
ante el gobierno.
Más
aun, cuando desde el terreno estrictamente político se usó
a medias el arma del boicot (abstención) electoral , todavía les dura el
susto de haber ganado aplastantemente
y ver electa la pasada Asamblea solo con el 15 % de los electores. Desde entonces mantienen la cantaleta
que aquello fue erróneo, cuando lo disparatado fue
confiar que esa colosal derrota, propinada al gobierno, había que ponerla en manos
de la dirección gallina de
quienes no sacaron la conclusión de la
ilegitimidad de esa Asamblea y se
dedicaron a buscar las maneras de
hacerse perdonar desde entonces su infidelidad al sistema electoral
chavista.
Creo
que la idiotez de llamar plebiscito
a unas elecciones trucadas solo sería una
opción si verificándose el monumental fraude, como sucederá, la dirección política
de la llamada oposición y de quien tiene el tupé de querer dirigirnos como niños, con su orden: “ustedes se me van a la calle”, tiene un plan preciso de derrocamiento aunque sea
aventurero del régimen, en una trastada
del tipo “jugarse a Rosalinda”, sin ningún plan ni preparación política y menos aun
convirtiéndonos en un factor de caos adicional.
Contradictoriamente quien nos sacó de la calle para reclamar
su presidencia y el fin del régimen
¿nos pide que volvamos a ella para defender a los
aspirantes a cuentadantes?
Aquí hay
algo que no cuadra señores dela MUD y
tengo la impresión que son ustedes.
La
única vía de solución a la ingobernabilidad manifiesta que “encarna” el
gobiernito de caos de Maduro, es que la
dirección política de la oposición proponga, hasta la saciedad, a los altos
mandos militares que nos unamos en una
cruzada para detener este caos.
La peor opción entonces es llamar plebiscito
a esta estafa del 8 D, por la sencilla
razón que una vez que el gobierno
proclame sus resultados, solo
quedará o bien desconocerlos por ser fraudulentos, o aceptarlos como legitimadores de una supuesta mayoría del señor Maduro.
Si
se trata de desconocerlos y el señor
Capriles aborrece la irrupción militar…
¿Nos puede explicar entonces que es lo que desea?
¿Acaso plantea una insurrección civil para
defender a los alcaldes de PJ y de sus
allegados a su cogollito de candidato
lava y listo? No gracias dirán los que él mandó a la casa el 16 de abril además
llamándolos violentos y socios del gobierno.
Aquí
lo único viable y serio es exigir a las FFAA que ponga fin a esta fanfarria de
locuras del señor Maduro.
La
conducción del país está vacante y la MUD renunció hace rato a ser depositaria de la indignación nacional.
En
este país sobra gente sensata y capaz
para reconstruir la economía y las instituciones, también por supuesto las FFAA.
Los días que le quedan a este gobiernito no
pueden ser los que le regala el liderazgo maltrecho de la clase política opositora, llevando
confusión al país, por ejemplo condenando la solución que dicta el ESTADO DE NECESIDAD y divulgando que pueda considerarse plebiscito a una estafa electoral manifiesta
como la del 8-D.
Aunque
sea por una vez debe hablársele con
coherencia al país. Si esto es un Plebiscito y el sistema electoral es
reconocido y Maduro gana su plebiscito, entonces debe gobernar hasta el 2019.
¿Es eso lo que propone la MUD y Capriles? ENTONCES DIGANLO.
Si
estiman que debe cesar este gobierno de atropellos por ilegitimo, entonces deben pedirle a las FFAA
que irrumpan contra él. No hay mil maneras de ser coherente, solo hay una y en nuestro caso es la dicta el
ESTADO DE NECESIDAD.
REMISIÓN: Alberto Franceschi