A los hombres de uniforme con honor,
Venezuela está dominada por el comunismo desde el extranjero.
Nuestras instituciones son hoy las principales estructuras de
subsistencia del régimen de los Castro. Los vicios más desmesurados de
nuestro sistema político se han perfeccionado en estos últimos 15 años
de socialismo real, haciendo de la corrupción, la mediocridad y el
crimen organizado los principales valores de la clase política servil al
invasor cubano.
La delincuencia es política de este régimen: los pactos con
grupos irregulares armados, que cuentan con la protección y anuencia de
parte de las fuerzas coercitivas del Estado para cumplir funciones de
dominación y control político, han destruido el tejido social; haciendo
que la supervivencia sea la preocupación más importante, primero incluso que comer o trabajar.
La Libertad, ha sido confiscada por el centralismo y la obediencia:
las fuerzas políticas que dicen oponerse al régimen, son del mismo
trazado ideológico y traicionan a todos aquellos que ingenuamente
confían en su rol opositor. Su conducta colaboracionista, reconociendo
al mal-llamado gobierno como democrático, no obstante todas las
perversiones del sistema electoral y del resto de los poderes públicos,
da fe de lo que aquí se afirma. El reconocimiento de Nicolás Maduro como
presidente de Venezuela, es sólo el último de los actos que evidencian
la alta traición a nuestra Nación.
Mi persona como todos aquellos jóvenes de mi generación, que se
sienten libres de no obedecer a este sistema político usurpador de
nuestra cultura VENEZOLANA, cumpliendo con mi deber, hago de estas
palabras un recuerdo a vuestro deber como militares, que han
jurado ante nuestra Bandera nacional de siete estrellas, proteger la
integridad y la soberanía de nuestra Nación: la NACIÓN VENEZOLANA.
A Ustedes se les encomendó esa noble y gloriosa tarea; a Ustedes se les confió el uso de las armas de Venezuela para su protección y salvaguarda: nuestra máxima ley nos dice que son “una
institución esencialmente profesional sin militancia política, al
servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o
parcialidad política alguna” art. 328. Son Ustedes, por
nuestra tradición histórico-republicana, los guardianes principales de
la Libertad y la Soberanía de Venezuela. Pese a esto, los Castro han
logrado el objetivo pendiente que tenían desde los años ‘60: la ocupación
de nuestro país con sus agentes comunistas, gracias a la colaboración
de traidores a la Patria y a la Nación venezolana fieles a la izquierda
internacional, internacional socialista u otras organizaciones que son
antagónicas a nuestros intereses patrios.
La ley les prohíbe a Ustedes que, estando activos, formen
parte de la maquinaria política y sean investidos con cargos públicos de
elección popular. Esto ha sido no solo desobedecido, sino que además
este régimen, en su estrategia para destruir vuestra institución y costumbre honorable, ha banalizado el uniforme que Ustedes
visten a través de funciones ajenas a vuestra tarea y honor. Muchos han
caído en este juego deplorable, debilitando la fuerza que los
caracteriza como los soldados responsables de la defensa de la Nación.
No se puede permitir que la memoria de los padres fundadores de la República sea manchada, despojándolos a Ustedes
de las armas de Venezuela, hombres probos y virtuosos, para dárselas a
los mercenarios de la causa internacionalista, cuyo único interés es
arrodillar a Venezuela y despojarla de todas sus riquezas, en pro de
acelerar el desarrollo de naciones extranjeras con pretensiones
imperialistas como Brasil, Irán, Rusia o China.
En este sentido, nuestro desiderátum es hoy que nuestra
Fuerza Armada sirva como uno de los instrumentos más eficaces de la
necesaria restitución del Orden Constitucional; para su eficaz y justa
administración temporal, para la recuperación de nuestra Soberanía
nacional y, en definitiva, para dar el primer paso firme hacia la
conquista de la Libertad de Venezuela.
No deben serles causa de dubitación las posiciones políticas
desacertadas, de los sujetos de la clase política civil decadente: es obvio que la Libertad y la Soberanía de Venezuela va en contra de ellos mismos, pues es en Oclocracias
en que este tipo de personajes alcanza sus “hazañas”: mediante el
clientelismo populista y la más vil demagogia. Verán que, tanto los que
están en el poder como los que falsamente se le “oponen” estarán siempre
en contra de vuestra determinación patriótica; amparados en falsos
discursos “institucionalistas”, donde las instituciones ya no existen.
De tal manera que las palabras de estos sátrapas y mercaderes deben
entenderse como verbo de la más alta traición, y como sujeto y predicado de la indecencia que nos infesta.
Es menester arrebatarle de las manos, al régimen, las armas de la
Nación: deben dejar de existir las milicias del comunismo
internacionalista.
No se detiene nuestro terco propósito de promover la conciencia
nacional en nuestros mensajes por la Libertad, incluso frente a las
puertas de los cuarteles.
¡Es momento de defender el honor de la Patria y el de la Fuerza Armada de Venezuela!
“El verdadero carácter de un patriota, consiste en ser obediente a
las leyes de su país y miembro útil de la sociedad a la que pertenece”
Francisco de Miranda
Roderick Navarro
@RoderickNavarro de @VFutura
FUENTE: La Patilla
REMISIÓN: Maximiliano