Maduro se muestra lejano al Gobierno cubano
MIAMI.- Al menos públicamente, Nicolás Maduro tiende a mostrar señales de distanciamiento personal con Raúl Castro en los últimos meses, tras el anuncio el 17DIC14 de los diálogos entre EEUU y Cuba para el restablecimiento de relaciones diplomáticas
INFORME OTÁLVORA
Raúl Castro, Cilia Flores, Elías Jaua, Delsy Rodriguez y Nicolás Maduro, en Costa Rica, durante la Cumbre de CELAC el 29ENE15. Foto: @vencancilleria
MIAMI.- EDGAR C. OTÁLVORA
Analista
@ecotalvora
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El 03FEB14 en la sede de la cancillería venezolana aconteció un extraño hecho. Según una nota de prensa distribuida por el Ministerio de Relaciones Exteriores, ese día ocurrió una reunión de la canciller venezolana Delcy Rodríguez con el embajador de la República de Cuba en Caracas, Rogelio Polanco. La cita formó parte de una serie de reuniones convocadas por la nueva canciller de Nicolás Maduro con embajadores acreditados en Venezuela, entre los cuales figuraron los de Francia, Siria, Líbano, Rusia, China, Bielorrusia, Arabia Saudita y Suráfrica. La nota de prensa del MRE de Venezuela señaló que la presencia del embajador cubano en la Casa Amarilla tuvo el propósito de “fortalecer y ampliar las relaciones diplomáticas y de cooperación”, frase genérica aplicable a casi cualquier reunión de representantes de países que mantienen relaciones.
La fría descripción del encuentro entre Rodríguez y el diplomático cubano contrasta con la forma que en el pasado el régimen chavista utilizó para relacionarse con los enviados de los hermanos Castro. Aún se recuerda en Caracas a Germán Sánchez Otero, antecesor de Polanco, quien antes de caer en desgracia ante el régimen cubano en 2009, fue una figura omnipresente en las actividades de Hugo Chávez. Sánchez Otero no era citado por el canciller de turno para una reunión de ocasión, él directamente atendía sus asuntos en el Palacio de Miraflores. Algo pareciera estar ocurriendo en las relaciones entre los Gobiernos de Cuba y Venezuela. “Fortalecer y ampliar las relaciones diplomáticas y de cooperación” no pareciera corresponderse con la alianza creada por Fidel Castro y Hugo Chávez que llevó a Raúl Castro a decir, al término de una visita a Caracas el 21ABR10, que “cada día somos la misma cosa y por suerte estamos próximos”.
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Al menos públicamente, Nicolás Maduro tiende a mostrar señales de distanciamiento personal con Raúl Castro en los últimos meses, tras el anuncio el 17DIC14 de los diálogos entre EEUU y Cuba para el restablecimiento de relaciones diplomáticas. El 20DIC14, Maduro remitió a Cuba no una sino dos cartas referidas a la liberación por parte de EEUU de espías que formaban parte del grupo denominado por Cuba como “los Cinco Héroes”. Maduro escribió cartas a Fidel y a Raúl Castro, al primero llamándolo “Comandante en Jefe” y al segundo “Comandante y Presidente”. Mientras la misiva a Fidel Castro es alabadora, la dirigida al menor de los hermanos Castro lleva algunos arañazos implícitos: “Aún hay mucho camino por recorrer para lograr que Washington reconozca que ya no somos su patio trasero” y más abajo dice “que la Patria Grande cambió para siempre y no va a retrogradar”.
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Nicolás Maduro no ha visitado Cuba, al menos públicamente, desde el 14DIC14, cuando permaneció dos días con motivo de una cumbre anual del ALBA y para reuniones con Castro. Durante el mes de enero de 2015, Maduro recorrió 78.000 kilómetros en viajes internacionales sin que incluyera La Habana en sus escalas, algo impensable un par de años atrás.
Maduro y Raúl Castro coincidieron en Costa Rica el 28ENE15 con motivo de la Cumbre de mandatarios de la CELAC. Al contrario de lo ocurrido en Brasilia, en julio de 2014, cuando Maduro y Castro se juntaron para una larga y notoria cena aprovechando su estadía en la capital brasileña, en Costa Rica los dos socios políticos prefirieron mostrarse distanciados. Los medios de prensa del Gobierno venezolano se limitaron a distribuir un par de fotografías donde Maduro y su delegación comparten con Castro antes de la sesión de la CELAC del 29ENE15. No existe un choque entre Maduro y los Castro pero algo cambió tras el inicio de las conversaciones públicas de Cuba con EEUU.
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El 14ABR08, en la residencia oficial del embajador de Brasil en Caracas, se realizó un desayuno de trabajo con la participación del entonces ministro de Defensa brasileño, Nelson Jobin, y los agregados militares de ese país en Venezuela. Lo conversado en esa ocasión formó parte de la minuta secreta preparada por un funcionario del Departamento de Inteligencia Estratégica presente en la reunión, encargado de cubrir la visita de Jobin a Venezuela. El documento forma parte del lote hackeado de computadoras de la cancillería brasileña el 19MAY14 en lo que fue denominado como el Wikileaks brasileño. Luego de conversar sobre temas de geopolítica, venta de armas a Venezuela y la situación política y militar interna venezolana, el coronel José Paiva, agregado del Ejército de Brasil narró las dificultades que su grupo familiar sufría para obtener “géneros básicos o de primera necesidad”, señalando que “el desabastecimiento es común”. El ministro Jobin, en su intervención final del encuentro comentó que a su juicio en Venezuela existe “desorden y voluntarismo” lo cual explicaría el “desabastecimiento”.
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En fecha tan lejana como el año 2008, bajo el mando de Hugo Chávez, la ausencia cíclica de productos básicos en el mercado venezolano era sentida incluso por funcionarios diplomáticos extranjeros. La situación ha tendido a agravarse desde entonces y el desabastecimiento se ha convertido en crónico, en medio de un férreo control que el Gobierno venezolano mantiene sobre los canales de comercialización, con total monopolio del mercado de divisas y de la importación de alimentos y bienes de consumo masivo. En Venezuela es imposible producir y movilizar alimentos sin contar con permisos oficiales sometidos a control castrense. Pese a que la propaganda política oficial venezolana se refiere a una “guerra económica” desatada por EEUU, contrabandistas y empresarios contra el Gobierno, la realidad es que el aparato económico está bajo control del Gobierno con directa supervisión militar. Nada menos parecido a la situación que vivía Chile al momento del derrocamiento del Gobierno de Salvador Allende a principios de los años setenta del siglo pasado.
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La crisis de abastecimiento, la inflación que según mediciones independientes estaría ya en tres dígitos anuales, el consiguiente fin del boom de consumo promovido por Chávez, se han juntado a un descalabro en las cifras de apoyo político que las diversas encuestas otorgan al Gobierno de Nicolás Maduro. El 04FEB15, fecha emblemática para el chavismo por tratarse del aniversario de la intentona golpista encabezada por Chávez en 1992, Maduro encabezó un acto en el patio de honor de la Academia Militar venezolana, donde el público lo conformaba básicamente 3.000 soldados formados en columnas. Parte de su discurso de la ocasión lo pronunció de espaldas al público (a la tropa), dirigiéndose al presidio del acto, es decir, a la alta oficialidad allí presente. Al lado de Maduro, vistiendo prendas militares, se encontraba Diosdado Cabello, el cogobernante miembro del Comando de la Revolución y quien preside la Asamblea Nacional. En su discurso Maduro hizo señalamientos contra EEUU denunciando lo que él califica como un plan para derrocarlo. El chavismo se abstuvo de programar un acto de masas para el 04FEB15, ante el temor de no lograr una importante concurrencia, sirviendo como argumento de quienes opinan que el soporte político del Gobierno Maduro está dependiendo, cada vez más, del respaldo militar.
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El 02FEB15 el Gobierno de EEUU anunció la aplicación de sanciones (anulación o negativa de visas) a 32 venezolanos no identificados, entre los cuales figurarían funcionarios señalados de violaciones de DDHH y sus parientes directos. La medida, basada en la ley aprobada en EEUU en diciembre del 2014, fue el detonante para una reacción del Gobierno Maduro en procura de reforzar su apoyo político interno y de sus socios políticos regionales. Incluso el Tribunal Supremo de Justicia, tal como lo anunciara el propio Maduro, se apronta a emitir una “sentencia” contra las sanciones impuestas por EEUU y la fiscal general anunció que contrataría un abogado para que asuma su defensa al sentirse señalada por el gobierno estadounidense.
El 04FEB15, Maduro convocó a Caracas a Ernesto Samper, el expresidente colombiano que actualmente ocupa la Secretaria Ejecutiva de Unasur, con sede en Ecuador. A la mañana siguiente, a bordo de la aeronave provista por Venezuela, Samper llegó a Venezuela y fue trasladado a la Casa Amarilla, sede de la Cancillería, en espera del momento cuando Maduro pudiera recibirlo en el Palacio de Miraflores. Tras su encuentro, Maduro dijo que había pedido a Samper “buscar, con el apoyo de Unasur, que EEUU, sobre todo el presidente Obama, escuche a Suramérica y a Latinoamérica y el Caribe”. En general, la opinión pública entendió que Maduro solicitaba que Unasur, en la persona de Samper, actuara como interlocutor entre Miraflores y la Casa Blanca. El hecho no dejó de ser visto con curiosidad porque el propio Samper mantiene una situación difícil ante EEUU, país que le retiró la visa en 1996. Si bien Samper asegura que Unasur podría emitirle un pasaporte diplomático, resulta improbable que el Departamento de Estado acepte a Samper como un emisario de Maduro. Además, la solicitud de Maduro a Unasur deja a un lado el rol que el Gobierno de Brasil ha cumplido en la última década como contacto entre el Gobierno chavista y el de EEUU.
No debe esperarse mayor impacto de la eventual intervención de Unasur, en el devenir de las bipolares relaciones del gobierno Maduro con EEUU.
FUENTE: DIARIO DE LAS AMÉRICAS
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