Podredumbre
roja
José Vicente Carrasquero A.
El panorama
institucional venezolano es verdaderamente doloroso por lo trágico. La
Constitución quedó como un simple objeto que se menciona cuando se considera
necesario pero que se irrespeta permanentemente. El experimento de Chávez,
consistió en mimetizar los poderes públicos con la estructura de su partido. Terminó siendo el germen de la corrupción más espantosa que
se haya visto en Venezuela.
Las pruebas de esa
corrupción brotan por doquier. No hay un solo aspecto de la administración
venezolana en el que no se vea la mácula asquerosa que ha dejado un manejo
egoísta de la cosa pública venezolana. El pueblo venezolano ha sido víctima de
un saqueo inhumano. Uno al que no le importó dejar a la gente en estado menesteroso
desde el punto de vista de su calidad de vida.
Junto al saqueo del
tesoro público y de las riquezas del país hemos visto como se ha ido pudriendo
la administración de la justicia. Este tenebroso camino lo inauguró Hugo Chávez
en cadena nacional de radio y televisión cuando con un desparpajo inaudito
exculpó a los pistoleros de Puente Llaguno al tiempo que condenó a los jefes de
la Policía Metropolitana junto a unos funcionarios cuya culpabilidad no quedó
claramente demostrada tal como lo sostiene el deshonesto ex-magistrado Aponte
Aponte.
No podía ser de otra
manera en un proceso político liderado por un individuo al que no le importó la
muerte de soldados inocentes a los que llevó bajo falsos alegatos a ejecutar
una de los más vergonzosas acciones militares de nuestra historia, como fue la
fallida intentona golpista del 4F de 1992. Ya ese acto daba suficientes
indicios de que estábamos frente a un personaje sin escrúpulo alguno que no
dudaría en tomar cualquier acción por perversa que fuese con el fin de alcanzar
sus nefastos objetivos.
En la línea de
invención de casos con tal de justificar a un mal nacido proceso político son
muchas las víctimas que han caído. Desde inocentes estudiantes, pensionados,
amas de casa, pasando por usuarios de redes sociales y llegando a prominentes
líderes políticos hemos visto cientos de casos de perseguidos por razones ideadas
con el único propósito de sacarlos del medio.
Creados a la imagen y
semejanza de Hugo Chávez, sus herederos se han manejado con todavía más maldad
que su predecesor. Poco inteligentes e incapaces de maniobras políticas que
mantuviesen aunque fuese la precaria gobernabilidad anterior, se dedicaron a
usar el terror a gran escala para mantenerse en el poder. Ya vimos como para
disolver los focos de protesta de 2014 usaron grupos paramilitares armados y
custodiados por las fuerzas de seguridad del estado para arremeter brutalmente
contra civiles desarmados.
Desde las más
corrompida moral comunista han urdido acciones contra todo aquello que signifique
una amenaza para ellos en lo grupal y personal. Es así como compraron medios de
comunicación, violando la ley que ellos mismos promulgaron. Han perseguido
periodistas, cerrando medios, impuesto medidas de presentación a un octogenario
político de izquierda devenido en periodista, demandado penalmente a directores
de medios por ejercer su función, encarcelando jueces porque al fallecido
presidente no le gustó una decisión. En fin, una violación tras otra de los
derechos humanos de muchos venezolanos que han sufrido las consecuencias de
enfrentar el oprobio dictatorial de los enanos mentales que ostentan el poder
en Venezuela.
Desde hace más de una
década esta clase política decidió perseguir con saña y sin piedad a Leopoldo
López. Primero lo inhabilitaron políticamente para evitar que con el ejercicio
de cargos siguiera ganando reconocimiento de buen político y eficiente
administrador. Una vez superada la inhabilitación decidieron ir por él por la
vía de la trama creada por mentes enfermas que no reparan en obstáculos éticos,
para acabar con la vida de quien sea, con tal de que ellos puedan seguir
disfrutando las mieles del poder.
Me resultó
verdaderamente asqueroso oír la entrevista que Nieves concedió a CNN. Una
afrenta a la moral. Un triste espectáculo propio de las más degradadas cúpulas
podridas que puedan haber azotado alguna vez al pueblo venezolano. Enterarse
por boca de unos de los actores que personeros de la alta jerarquía del régimen
están involucrados en este tipo de operaciones lo lleva a uno a pensar en las
maquinaciones de las peores dictaduras que puede recordar la humanidad.
Uno se pregunta: ¿qué
tienen estos individuos en el alma? Luego toca preguntarse si es que tienen
alma. Por más maldad que pueda engendrar, no me imagino llevar a la cárcel a
una persona de bien que tiene una familia por la que responder. Que tiene unos
hijos que preguntan por él y que necesitan de su presencia. Ni hablar de una
mujer que pensó en una vida llena de felicidad junto al padre de sus hijos.
El chavismo terminó
degenerando en un proceso de involución que fue disminuyendo día tras día la
calidad de vida de los venezolanos en todas las dimensiones que pueda imaginar.
Nos ha sometido a un proceso que nos ha hecho cada vez más primitivos. Donde
los sentimientos importan poco. Donde el lucro y bienestar personal están muy
por encima del bien de la colectividad.
Este arcaico proceso
político está condenado a pasar a la historia como un asunto del que todos
querrán olvidarse. Sin embargo, habrá que hacer un esfuerzo muy importante para
que quede un aprendizaje. Para que nunca se olvide en Venezuela que un
encantador de serpientes nos puede llevar al abismo. Para que asimilemos de una
vez por toda que los países no se construyen en base a las fantasías de
personajes caudillescos.
Es tiempo de cambiar.
Pero un cambio real. Un cambio que nos aleje del realismo mágico al que nos ha
sometido la creencia de que podemos vivir de los altos y bajos de los precios
del petróleo. Es necesario que los venezolanos tomemos el control para que los
políticos terminen siendo lo que deben ser: unos servidores constreñidos a la
voluntad del pueblo soberano al que representan.