¿Votar por Maduro?
José
Vicente Carrasquero A.
Hemos
llegado a un momento que muchos predijeron hace más de quince años. El
acercamiento de Hugo Chávez a Fidel Castro no podía provocar otra cosa que este
estado de cataclismo que los venezolanos estamos viviendo. Mucha gente dijo en
ese momento que no éramos Cuba. Que tendríamos capacidad de resistencia. Que
era difícil llegar a las situaciones de carestía que todavía hoy afectan a la
isla más grande de las Antillas Mayores.
Llegamos
a un proceso electoral con todas las encuestadoras mostrando una diferencia a
favor de la oposición que ronda alrededor de los 30 puntos. Eso se debe al
descontento de los venezolanos con los problemas gravísimos que están sufriendo
y para los cuales el gobierno no ofrece solución alguna. Aunque de las muestras
nacionales no se puede intuir con claridad el resultado de elecciones
legislativas, si podemos decir que el descontento está uniformemente
distribuido a lo largo y ancho del territorio nacional.
El
descontento viene acompañado como en 1998 de falta de optimismo en el futuro y
en la creencia de que Maduro no tiene lo que se necesita para sacar al país de
esta triste situación. Un cuarto elemento, producto de los anteriores,
descontento, falta de optimismo y la incapacidad de Nicolás, es el deseo de
cambio. Nueve de cada diez venezolanos desean cambio. El gobierno autista se
empeña en no oír a la gente y hace que su campaña gire alrededor de asuntos que
solo anuncian continuismo. En otras palabras, el partido de gobierno perdió la
capacidad de sintonizarse con los deseos y expectativas de la población. Igual
que le pasó a AD y Copei desde 1993 cuando por primera vez no ganaron una
elección presidencial.
En
este estado de cosas y con este sentimiento de la población es necesario
preguntarse: ¿votar por Maduro? Lo primero que me dirá alguien es que en estas
elecciones se están eligiendo diputados. Le responderé que votar por los
diputados del PSUV o sus aliados es votar por Maduro. Es ratificarle a Nicolás
que a pesar de su pésimo gobierno se le respalda y se le da una nueva carta
blanca para que haga lo que a él se le ocurra.
Es
cierto que los candidatos del PSUV y sus micro satélites están haciendo todo lo
posible para no mostrar a Maduro y a Cabello cerca de ellos. Pero, eso no será
suficiente. Básicamente porque ha sido una Asamblea Nacional entregada en los
brazos del ejecutivo nacional la que ha permitido que Maduro acabara con la
economía de la forma que lo ha hecho. Es decir, los diputados del partido de
gobierno que buscan reelegirse son corresponsables del desastre que sufre la
familia venezolana en la actualidad. Los que buscan elección por primera vez,
lo hacen defendiendo los supuestos logros del gobierno. Es de esperarse que de
ser electos se comporten tal como lo han hechos sus predecesores.
El
venezolano tiene claro que votar por los diputados del partido de gobierno es
dar su apoyo a Maduro y aplaudir la forma en la que ha mal manejado la política
nacional. El venezolano ha usado a lo largo de la historia el voto castigo.
Esta vez solo está esperando que llegue el día para hacerle saber a la cúpula
putrefacta que ha confiscado el poder para sí, que están cansados de tanta
vagabundería.
Votar
por Maduro es como decirle que no importan las colas y las penurias que están
sucediendo cada vez que se necesita llevar comida a la mesa. Es aceptar que
está bien que el gobierno le siga pagando a sus socios tenedores de bonos a costa
de no inyectar los dólares que se necesitan para reactivar la economía y
podamos contar con nuestro propio aparato productivo.
Que
un venezolano vote por Maduro es equivalente a firmar su propia sentencia de
muerte a manos de un hampa desbordada que se enseñorea en todo el territorio
nacional. Es aplaudir que un asesino conocido tenga como asistente nada más y
nada menos que a un general de la república. Es aceptar mansamente que uno es
el próximo en la lista de personas que será asesinado para quitarle sus
pertenencias. Votar por Maduro es aplaudirle de pie su derrota en la única
guerra que existe en Venezuela: el malandro contra el ciudadano.
Votar
por Maduro es equivalente a alabar un sistema de salud que no atiende a los
pacientes con cáncer. Un servicio empobrecido que no es capaz de garantizar la
existencia necesaria y abundante de medicamentos requeridos para enfermos
crónicos como los diabéticos o las personas que sufren de epilepsia. Es decir
que está bien que nuestros médicos emigren mientras quedamos en manos de un
personal deficientemente formado y sin la capacidad de atendernos debidamente.
Votar
por Maduro es seguir regalando nuestro petróleo a otras naciones cuyos pueblos
se encuentran en muchas mejores condiciones que nosotros. Es permitir que el
gobierno siga adelantando su política imperialista a costa de nuestros recursos
y de nuestra pésima calidad de vida.
Votar
por Maduro es sumir a Venezuela en el atraso y la pobreza. Hemos perdido el
tiempo que otros países han aprovechado. Dilapidaron una cantidad impresionante
de dinero que debió haberse transformado en avances importantes de infraestructura. Por el contrario, estamos congelados en
1998. Lo poco que se ha hecho no justifica ni el 1 por ciento del millón
trescientos mil millones de dólares que está clase política despalilló.
Votar
por Maduro es negarle el futuro a las próximas generaciones. Es no dejar
herencia. Es destruir y desolar un territorio inmensamente rico que le tomamos
prestado a nuestros hijos y nietos.
Sencillamente,
votar por Maduro es perjudicial para la nación.
@botellazo