A mis compañeros de armas
Fernando
Ochoa Antich.
Venezuela se encuentra en peligro.
Nuestro pueblo está en las calles. El asesinato de 57 jóvenes y el elevado
número de heridos, detenidos y torturados, no tiene justificación alguna. Han
sido reprimidos criminalmente por la
Guardia Nacional, la Policía Nacional y las bandas armadas al servicio de la
tiranía sólo por defender la libertad y la democracia. Esta forma de actuar
compromete la responsabilidad del general Vladimir Padrino López, la del Alto
Mando Militar, incluyendo a los comandantes de REDI, ZODI y de todos aquellos, que
en funciones de mando, han permitido que se ataque, con inusitada sevicia, a
venezolanos que reclaman, pacíficamente, el ejercicio de sus derechos
constitucionales. ¿Cómo puede justificarse que circulen en la red irrefutables
fotografías y videos en los cuales se observa a efectivos militares y
policiales, en compañía de miembros de las bandas armadas, disparando a quema
ropa, realizando saqueos a los comercios, penetrando a residencias privadas
para destruir sus entradas y romper los vidrios de los vehículos particulares?
¿Se puede guardar silencio ante la profusa evidencia existente del uso de armas
de guerra y del empleo de francotiradores en contra de manifestantes pacíficos?
¿No generan estos hechos, y tantos otros, un profundo rechazo hacia la Fuerza
Armada Nacional? La opinión pública nacional e internacional espera una
respuesta.
La catástrofe nacional se agrava, en todos los
órdenes, con el correr de los días. Tan trágicas circunstancia obliga a los
venezolanos a una profunda reflexión, y en mayor medida a los miembros
activos de la Fuerza Armada Nacional. Justamente,
ustedes tendrán que decidir el camino a tomar para restituir la paz de la
República. Nicolás Maduro perdió totalmente la base de sustentación de su
gobierno. El rechazo popular a su figura no le permite resolver la crisis
nacional. Su descrédito político y financiero en el ámbito internacional no
permite que Venezuela pueda obtener algún tipo crédito, sea bilateral o
multilateral, para poder fortalecer sus reservas internacionales. Ante la necesidad de evitar incurrir en
default, lo único que ha podido hacer es disminuir las importaciones de
alimentos, incrementando la escasez y el hambre. Así mismo, su responsabilidad
en las graves violaciones de los
derechos humanos durante su gobierno, lo
han convertido en reo de la justicia internacional. El colmo de su crueldad e insensatez llega a
tal nivel que ni siquiera ha sido capaz de aceptar el ofrecimiento realizado
por la Iglesia Católica de una ayuda humanitaria a través de Cáritas. Ha
preferido rechazarlo, por razones de prestigio político, aun conociendo que
numerosos niños y ancianos pueden morir por falta de medicinas y comida en los
hospitales,
Para
colmo de males, asesorado por el régimen cubano, ha decidido tomar el tortuoso
camino de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, presentándola como el
“mejor camino para la paz”. Nada más falso. Para nadie es un secreto, y eso los
incluye a ustedes, que lo exigido por amplios sectores nacionales es
precisamente el cabal cumplimiento de la Constitución Nacional vigente, ya que
un proceso constituyente convocado de manera inconstitucional y arbitrario sólo
puede agravar la insatisfacción y el rechazo
de los venezolanos. Es absolutamente inaceptable, y ustedes deben tomarlo muy
en cuenta , que la sola decisión de
Nicolás Maduro pueda reemplazar la voluntad soberana de todo el pueblo
venezolano al pretender confundir aviesamente la “iniciativa de convocatoria” a
una Asamblea Nacional Constituyente con la “convocatoria” propiamente dicha,
para consolidar así un golpe de Estado. Ustedes también deben saber que la írrita
Asamblea Nacional Constituyente, que ellos piensan reunir de una manera
fraudulenta para tener segura mayoría, modificará totalmente la visión establecida
en la Constitución de 1999, la cual
mantenía que Venezuela era un Estado democrático y social de Derecho y de
Justicia, reemplazando sus principios
fundamentales. Lo más doloroso es que pretenda utilizarlos a ustedes, para
sojuzgar a los venezolanos e imponer un régimen totalitario.
Es
muy doloroso que el venezolano común considere,
no sin razón, que la tiranía de Nicolás Maduro, la cual lo ha sometido a tantas
penurias, se sostiene única y exclusivamente gracias al apoyo cómplice e
incondicional de la Fuerza Armada Nacional. Los hechos y las expresiones de sus
máximos representantes así lo demuestran. Sin embargo los venezolanos siguen teniendo
fe en ustedes. No los decepcionen. Ustedes conocen la realidad de las carencias
y el sufrimiento infligido a nuestro pueblo en tantos años de rapiña y
corrupción. Es justo señalar, lo conocemos perfectamente bien los militares en
situación de retiro, las permanentes
arbitrariedades que se cometen dentro de la Institución Armada al privilegiar
la adhesión político partidista por encima de los méritos profesionales para el
otorgamiento de cargos, ascensos y reconocimientos. Eso tiene que terminar. Sin
embargo, ustedes deben saber que, en tan compleja situación nacional, lo único
que nuestro pueblo les exige es el fiel cumplimiento
de lo establecido en la Constitución Nacional, en particular lo pautado en el
artículo 328. Queremos militares profesionales, conscientes de sus deberes,
disciplinados y obedientes, pero nunca obsecuentes y sumisos a un partido
político. Igualmente, les recuerdo, que
en los artículos 333 y 350 constitucionales
se establece el deber que todos tenemos de defender nuestra Constitución
cuando su vigencia es amenazada. La conciencia de cada uno de nosotros y solo
ella le indicará la actitud a asumir. Recuerden sus obligaciones militares.
Nuestra
historia es prácticamente una relación de hechos, en los cuales la Fuerza
Armada Nacional, ya sea el Ejército Libertador o la moderna organización
militar creada a partir del Siglo XX, siempre desempeñó, con aciertos y
errores, un papel protagónico en el rescate de la libertad del pueblo
venezolano. Así ocurrió en la guerra de Independencia; luego en la dictadura de
Juan Vicente Gómez al insurreccionarse en contra de su gobierno en los años de
1919, 1922 y 1928 y ser factor
fundamental en la pacífica transición hacia la democracia presidida por los
generales Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita. Posteriormente
contribuyó al derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez; combatió y
derrotó a la insurgencia castro-comunista que pretendía arrebatarnos la
democracia durante los años sesenta y setenta; y por último, combatió y derrotó
la felonía cometida por Hugo Chávez y su logia conspirativa, cuando pretendieron
derrocar al gobierno legítimamente electo de Carlos Andrés Pérez. Esas han sido
las referencias permanentes en la memoria de los venezolanos y, entre otras, la
causa del inmenso prestigio y respeto que los venezolanos siempre le profesaron
a la Fuerza Armada Nacional. Entonces, me pregunto: ¿cómo quieren ustedes ser
recordados en nuestra historia? Cumplan
con su deber en esta hora dolorosa de Venezuela.
Caracas, 28 de mayo de 2017.
fochoaantich@gmail.com.