Secuestro del Tcnel. Michael Smolen
Por: Rubén Darío Bustillos Rávago
En la ciudad de Saigón, en ese entonces, Capital de Vietnam del Sur, tres sombras se deslizaban, en la obscuridad, por debajo del Công Lý; puente de hormigón que atraviesa un brazo del río Saigón. Un calor húmedo flotaba en el ambiente. No eran más de las diez de la noche, cuando los tres jóvenes, militantes del Vietcong, estaban allí para cumplir una tarea: colocar cargas explosivas con miras a un atentado contra Robert McNamara, Secretario de Defensa de los Estados Unidos, quien en las próximas horas debía atravesar el puente en compañía del embajador Henry Cobot. Abstraídos en la peligrosa labor no se percataron de la proximidad de una patrulla policial hasta que la tuvieron encima. Minutos después, el trío era conducido a la comandancia de policía para ser interrogado.
El 10 de agosto, Nguyen Van Troi y sus compañeros fueron presentados ante un tribunal militar. Al ser interpelado se reconoció como el autor del plan contra el jefe del Pentágono. “Quise matarlo porque es enemigo de mi patria. Acepto toda la responsabilidad de la acción” —asevero el detenido-. El tribunal dictó sentencia: Pena de muerte para Nguyen Van Troi y cadena perpetua para sus dos camaradas. A comienzos de octubre, la información llegó a cada rincón del planeta de mano de las agencias internacionales. En Caracas, un joven bandolero la leyó con interés en un periódico local y los comandos de las FALN se reactivaron.
El 09 de octubre de 1964, un grupo integrado por David Salazar, Carlos Rey, Noel Quintero y Argenis Ruiz, miembros de las FALN, tomaron posiciones en los alrededores de la quinta “Blanca”, residencia del teniente coronel Michael Smolen, segundo jefe de la Misión Militar de los EE.UU., en Venezuela. Cuando se disponía a salir, le pusieron el cañón de una subametralladora en las costillas y lo secuestraron como, acción de protesta por la condena a muerte del guerrillero vietnamita Nguyen Van Troi, según informaron a la prensa.
El apartamento en el que se reunían los conspiradores, era del actor José Antonio Gutiérrez que por la época formaba parte del elenco de Radio Rochela, emblemático programa de humor de la televisión en Venezuela; allí caracterizaba a un personaje que lo haría famoso, “El Telaraña”. Ni sus colegas ni los televidentes imaginaban que el histrión que los hacía reír los lunes por la noche era miembro de un grupo armado. Para alojar al secuestrado contaba en principio con dos sitios: El primero era el estudio de Ángel Luque, artista plástico español. El segundo, jamás llegó a ser utilizado.
La noticia reventó los teletipos. Al enterarse del caso, el presidente de los Estados Unidos Lyndon B. Johnson, ordenó al Pentágono que mantuviera contacto permanente con la embajada en Caracas; la información recabada debía pasarse al Departamento de Estado. El doctor Gonzalo Barrios Bustillos, ministro de interior, transmitió, la orden presidencial de que las investigaciones fueran dirigidas y procesadas por un comando policial unificado de la Dirección General de Relaciones Interiores.
Mientras la policía investigaba; Smolen y sus secuestradores llegaban al apartamento 3-A del edificio Araucaria en la calle Negrín de Sabana Grande propiedad de Luque.
El mismo sábado un cable despachado por la United Press International (UPI), informaba que Estados Unidos había pedido al gobierno Sudvietnamés, que aplazara la ejecución de Van Troi, hasta tanto se localizara a Michael Smolen. Esa noche, los familiares del teniente coronel prometieron recompensar con 100.000 bolívares a quien suministrara datos fidedignos que llevaran hasta él. Esto aumentó la presión sobre los subversivos.
El lunes 12 de octubre, efectivos del Comando Unificado llegaron a la avenida Cristóbal Colón de Maripérez. Al derribar la puerta, dos hombres y una mujer se situaron frente a la comisión; uno de ellos con una granada en la mano. Un detective se abalanzó sobre el subversivo y comenzó un peligroso forcejeo. El sujeto, identificado luego como Arsenio Pasarín Cuesta, trataba de arrojar el artefacto; pero fue reducido con la ayuda de otros funcionarios. Según la policía, Michael Smolen debía estar en aquel lugar. La policía halló material subversivo y un pequeño arsenal en el que destacaban dos rifles, 4 armas cortas, 9 granadas, una caja de miras telescópicas, varias cajas de proyectiles de distinto calibre e instrumental de laboratorio usado para elaborar bombas. Aparte de Pasarín Cuesta, quien era pintor, estaban Alberto Torrijas, funcionario de la recién nacida Cadena Venezolana de Televisión (CVTV canal 8) y la joven Noris Ugueto, novia de Pasarín, integrante de un conocido cuerpo de baile.
Luque, asustado, presionaba para que sacaran al militar de su apartamento, pero no había donde llevarlo; —bueno, se hizo lo que se pudo, tal vez se les haga más difícil cumplir la sentencia de muerte, por la publicidad que agarró el caso de Van Troi con esta operación -dijo uno de los complotados-.
En la calle Los Samanes de La Florida, una patrulla se topó con un sospechoso —Soy el teniente coronel Michael Smolen, mis secuestradores me dejaron por aquí cerca con los ojos vendados. Michael Smolen estaba libre.
El jueves 15 de octubre de 1964, en un parque de Saigón Nguyen Van Troi oyó el estruendo de la fusilería cuando ya los proyectiles le quemaban las entrañas. Un oficial completó el acto disparando con su pistola un tiro de gracia en la nuca del condenado. Ese mismo día, el teniente coronel Michael Smolen fue sacado de Caracas con rumbo a Panamá. rdbustillos@gmail.com, @rdbustillos, Miami, 16 de octubre de 2020.
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