LOS SEMERUCOS: Desalojo con poder militar.
Por: Sammy Landaeta Millán
El día 4 de Julio de 2003, la Guardia Nacional de Venezuela derribó los portones de la Urbanización Los Semerucos, en Punto Fijo Estado Falcón. Las posibles mediadas de secuestro, se inician contra los habitantes de los campos petroleros, pero estos adoptan una posición de “resistencia pacífica” a todo lo largo y ancho del país. La acción surte su efecto y en los despedidos de PDVSA se evidencia la defensa de su razón, su gran fortaleza, y una alta dignidad. Esto se convierte en una presión para el régimen del usurpador de la presidencia Hugo Chávez Frías y se cambia la estrategia de secuestros. Se adopta la ofensiva del “desalojo forzoso” con intervención del poder militar.
El día 24-09-03 vimos con estupor las acciones iniciales de los enfrentamientos de la GN con los habitantes de Los Semerucos, negándose a la ocupación militar. Me traslado al lugar y aproximadamente a las 9 PM, intento mediar en virtud de los excesos de actuación castrense. Hablo telefónicamente con el mayor (GN) Jesús Graterol a quién solicite me comunicase con el comandante del Destacamento 44, Tcnel (GN) Abdias Lenín González Trómpiz. El oficial me indica que a partir de las 8 AM. del día siguiente pase por el comando donde se me atenderá, porque este se encontraba reunido con el coronel jefe de Inteligencia. ¡Quizás allí se ultimaban detalles de la operación!
No asistí a la cita porque a partir de las 4 AM, la Policía del Estado Falcón en combinación con la Guardia Nacional inició una ofensiva vandálica, violenta y violatoria de los Derechos Humanos. La actitud desmedida de un acto “eminentemente genocida” se escenificaba, contra una población civil desarmada. Al inicio de la ofensiva de las fuerzas del desgobierno, puede movilizar mi vehículo. Un Corsa, verde adquirido en el Instituto de previsión social del la FAN, e identificado con las placas DBL-52T. (Lo vi por televisión casi cubierto por los gases lacrimógenos y recientemente, comprobamos que las placas, fueron denunciadas como robadas. En previsión a las posibles acciones del régimen, formulamos una denuncia publica)
En el momento de ataque, me resguardo en la casa de Haydee Irausquín quien junto a sus dos hijos y una muchacha acompañante, tomamos la precaución de dirigirnos a un cuarto mientras las bombas lacrimógenas caían al frente, en el techo, a los lados y en el patio de la vivienda identificada con el numero 3-H. Abrigábamos temor por nuestras vidas y bajo la confusión sonó el timbre; era el ex Gerente de CRP, Edgard Rasquin. La sofocación se manifestaba en sus ojos y su rostro y los síntomas de asfixio de todos, nos hacia presenciar nuestros peores momentos. No sabíamos si saldríamos con vida, por el ensañamiento de los funcionarios de la GN y la policía del Estado Falcón.
Con las primeras luces del día, Haydee y Rasquin atendían telefónicamente a la gente que se encontraba en las otras viviendas, a los que solicitaban información de los sucesos y a los medios de comunicación. Por mi parte, tomé un celular y envié mensajes de texto a ciertos periodistas y al Doctor José Vicente Carrasquero, mi profesor guía en la cátedra de Ciencia Política de la USB, para que conocieran la situación. A las 7 AM, ya se sabia en Anzoátegui por intermedio del periodista José Brito quien difundió la noticia a través del Circuito Orbita, reseñando que me encontraba secuestrado en la Urbanización los Semerucos por la acción de la Guardia Nacional.
Recibí la respuesta solidaria del profesor Carrasquero, a quien indique que no podíamos salir, porque los efectivos de la GN actuaban como combatientes a los mejores estilos de Viet Nam atropellado y vejando a la población civil, propio de un estado de sitio. Luego de agradecerle, me dijo que conservara la calma y que hablaría con algunos periodistas. Pasadas las 10 AM. ya estábamos más tranquilos. Pude relatar mi testimonio y alerte de la situación a través de Unión Radio, entrevistado por Unai Amenabar, y de un circuito de Barcelona, entrevistado por el periodista Eleazar Benedetto. A quienes les agradezco. Como militar, denuncio el exceso de poder, la saña y el resentimiento en contra de los trabajadores de PDVSA. Nunca pasó por mente como miembro de la FAN que mi propia institución me podría acorralar, atropellar y mancillar.
Pasadas las 11 AM; sonó de nuevo el timbre. Llegó el tribunal, con una comisión de la GN. Afuera permanecían dos camiones de una empresa de mudanza, una ambulancia y varias personas aseguran que en las adyacencias de la urbanización había un furgoneta. Un juez accidental de nombre Pastor Liscano se apersono a ejecutar la medida ilegal. Ese abogaducho bandido, arrastrado a un régimen, en vil traición a la patria se presto para consumar el atropello. ¿Cuánto le pagaron? Junto a él dije: “Yo sé que para la revolución es punto de honor sacar a Haydee” y nadie contestó nada. Ese juez en su oportunidad también tendrá que responder por su actuación ilegitima e ilegal.
Le mostré mi identificación a un efectivo de la GN, de apellido Rosendo; a le dije: “Yo soy el Coronel retirado de la Fuerza Aérea Venezolana, Sammy Landaeta. Estoy de visita en esta casa donde se esta llevando este ilegal procedimiento, le informo que tengo mi arma de reglamento y quiero habar con el más antiguo, al respecto.” Al poco tiempo llegó un Maestro Técnico de Segunda de la GN quien me informó que el comandante venía para la zona y que quería habla conmigo.
Al llegar el comandante adopto la posición fundamental y me saludó. Mientras se encontraba parado firme me dijo: “Estamos sin novedad, Mi Coronel.” A eso conteste González, te parece que no hay novedad. Te parece que no esta sucediendo nada o te parece que todo esta normal. Contestó: “Para mí sí, porque yo hice una apreciación de la situación ayer en la noche y la superioridad, autorizó la operación.” Le dije: “Tu comando podría haberte autorizado a acompañar al juez para ejecutar la medida, pero no para que se hiciera esa atropello, con poder militar.” ¡Así me lo ordenaron!
Le recordé al Tcnel (GN) González el procedimiento de la FAN en actividades civiles. Le indique mi posición de protesta al régimen de Hugo Chávez, mi relación con la disidencia en Altamira y mi desacuerdo con los procedimientos ejecutados. También le recordé que siendo Comandante del Grupo de Policía Aérea de la Base Aérea Francisco, de Miranda, La Carlota Caracas, él estuvo varias veces bajo mi comando para los efectos del servicio de “patrulla de Guarnición.” Él dijo estar consciente de ello. Le pregunto: ¿Por qué no se cumple con lo establecido en las leyes y reglamentos militares? Contesta. “Esto es otra cosa, mi Coronel” Ya la medida de secuestro esta convertida en desalojo forzoso. Me indicó: “Podemos hacer que el desalojo sea más traumático: recogemos los corotos, los metemos en los camiones y finalizamos el procedimiento. Así de fácil, mi Coronel.”
Pero; por consideraciones con usted vamos a cumplir con todos los pasos, embalamos todos los enseres y le prometo que no habrá atropello. Entendí que no necesitaba “consideraciones” pero alli se imponía la fuerza ante la razón y no había otra alternativa que ceder con la frente en alto. Le digo a Haydee de la intención del comandante y ella le recrimina: “Así que usted es el responsable de esta masacre” y él contesta: sí señora. Se recogieron, se embalaron y se montaron los enseres en los camiones de mudanza. Así se trataba a una profesional que dio todo por servir a su país en una empresa estatal, hoy se convertía en la primera trabajadora desalojada por el régimen. Con alta dignidad Haydee Irausquín salió con sus dos hijos, desalojada del campo residencial petrolero, Los Semerucos en el Estado Falcón. ¡Valiente!
Al paso de los camiones y la caravana de vehículos que se solidarizaron con Haydee Irausquín, como militar observé con tristeza la actitud adoptada por los individuos que vestían uniforme de la GN. Estos hacían ademanes golpeando con el puño izquierdo la palma de su mano derecha, al mejor estilo del iluminado, Hugo Chávez. El hecho estaba consumado, la política y la ideologización había penetrado el estamento de las tropas. ¡Traidores a la patria!
Antes de viaja a Caracas visite al comandante González en su oficina. Ese día se cancelaba a los guardias nacionales, “la prima PDVSA.” Pensé, será por los desalojos o por el servicio prestado al régimen revolucionario. Me reconforto e internalizó. Algún día los delitos cometidos en la actuación de la fuerza militar de la Guardia Nacional, deben conducir al establecer responsabilidades con Castor Pérez Leal, Gumersindo Piña, Abdias González Trómpiz, y demás profesionales.
Agradezco a Dios y a la Virgen del Valle por haber intercedido en proteger a todos los habitantes de Los Semerucos en esa terrible experiencia, donde gracias a dios no hubo muertes que lamentar. Hasta ellos mi solidaridad donde quiera que se encuentren a tres años del terrible suceso. A los opresores les significo: “Ojalá les dure bastante tiempo, su Comandante en Jefe” y que nunca los abandone” Que lo dudamos. Estoy seguro que van a ser procesados por lessa humanidad y al actuante, Tcnel (GN) Abdias Lenín González Trómpiz le prometo que lo voy a visitar en su presido.
Nuestra presencia en Los Semerucos nos convierte en testigo presencial del exceso del poder militar y como persona afectada por el abuso del régimen gubernamental, esperó algún día presentar mi testimonio ante un tribunal Nacional o Internacional, donde estoy seguro que la justicia llegará hasta los responsables, por su actitud compulsiva.
Cita: “A nadie se debe forzar a obrar contra su conciencia y las leyes”
Simón Bolívar
Simón Bolívar
Coronel (AV) Sammy Landaeta Millán
Caracas, 27 de Septiembre de 2006