IMPORTANCIA POLÍTICA DEL MOVIMIENTO DE LOS TRABAJADORES. (I)
Lo único que ha desarrollado a la
humanidad hasta la fecha es el trabajo productivo, aun cuando haya creado
situaciones de injusticias y conflictos dentro de ella misma, hacen de ello
precisamente su fuerza histórica. El deseo que es lo que moviliza al hombre y
la razón que es quien ordena esos deseos, encuentran sustento social a través
del trabajo, el cual es un atributo fundamental de la humanidad.
La importancia del sector laboral
se expresa en toda su dimensión (Empresarios-Trabajadores-Inversión Financiera-Estado
promotor). La participación del trabajador en la sociedad es imprescindible,
pues es un factor con presencia propia dentro de un estado moderno y
desarrollado. Respetamos que las organizaciones políticas formen sus fracciones
de trabajadores como un mecanismo democrático de participación y de compromiso
hacia tan importante factor social.
Sin embargo, ha sido
tradicionalmente un error considerar a los líderes de los trabajadores simples
fichas dentro del engranaje político-partidista, la de ser elementos reclutadores de ciudadanos para
los grandes discursos o eventos, inclusive algunas veces apropiándose del
discurso que es propio de los dirigentes sindicales. Pretender que ese sector
no tiene la profundidad intelectual o de entendimiento para proponer ideas y
esbozar propuestas que coadyuven a la solución de los grandes problemas
nacionales, ha sido una ligereza que el tiempo ha demostrado como inconsistente.
El comunismo o socialismo
totalitario, no tiene sindicatos libres sino militantes que vigilan y delatan a
sus colegas, como se ha comprobado en estos trágicos años de la revolución.
Ellas son fuerzas altamente improductivas, condenadas a socializar la miseria,
creando escasez, chantaje y frustración.
Nuestra realidad actual. Un estado que aterroriza a los trabajadores utilizando
colectivos y esquiroles armados, cómplices del pranato sindical que justifica
la prisión dirigentes sindicales criminalizados solo por defender la libertad
sindical, la contratación colectiva y el trabajo decente, honesto y creador.
De allí que una sólida clase
dirigente laboral democrática, bien formada y apoyada con el necesario respaldo
político, es una respuesta inteligente y en algunos casos más efectiva, porque
el trabajador organizado al sentirse identificado, de inmediato se incorpora a
una acción de lucha concreta, con sus compañeros trabajadores. Lo hemos
demostrado desde el 2009.
En atención a lo expuesto, los
trabajadores deben asumir una moderna estructura política organizada de
trabajadores con base al respeto, la honestidad y el trabajo productivo y
creador. Estamos convencidos de la necesidad de dotar a Venezuela de una nueva
clase trabajadora organizada para el progreso y en abierta colaboración con el
empresario promotor, justo y equitativo. Una nueva visión Capital-trabajo.
Hacia allá debemos avanzar a pesar de las circunstancias actuales.