El milagro económico
Enrique Meléndez
Según Delcy Eloina, Venezuela produce el 93% de lo que consume. Pasamos de ser un país, que importaba el 80%, de lo que consumía, a generar esa milagrosa situación; porque no puede ser que en un chasquear de dedos una economía, que estaba en el sótano ocho, pasa al piso noventa y tantos, dicho en términos metafóricos, y sin que se haya reportado un crecimiento del PIB, y el propio Banco Central de Venezuela no reporta cifras, al respecto.
Esto lo dijo durante su intervención el Foro Internacional de Economía, que se realizó hace días en San Petersburgo (Rusia); que vendría a ser como el reverso del famoso Foro Económico Mundial, que se celebra en Davos (Suiza), y de hecho se le conoce como “El Davos de Rusia”; que más que un clon, de dicho evento, que reúne en el mes de febrero la alta dirigencia económica y política del mundo del capitalismo, vendría a ser más bien como una caricatura del mismo, no sólo porque allí participan Estados, que no se jactan de ser paladines de la libertad económica, sino también porque allí no dejan de presentarse este tipo de truculencias, propias de los hermanitos Rodríguez; que parten del principio, de que en el país de los mentirosos, ellos dicen la verdad.
Por lo demás, resulta una paradoja la realización de este evento, en un momento en que Rusia está aislada por completo de la economía mundial; a propósito de la cantidad de sanciones, que pesan sobre su Estado, con motivo de la invasión, que lleva a cabo desde el mes de febrero a Ucrania; que implican bloqueos económicos y financieros, en detrimento de su población, que sufre miles de penurias; de acuerdo a los testimonios, que se escuchan, a consecuencia de la onda expansiva del hecho, que también ha repercutido sobre su territorio; aparte del derroche de recursos, que implica la circunstancia de mantener a las tropas en dicha movilización en el territorio ucraniano, que han venido invadiendo; aun cuando, lo que se observa es que, si bien Vladimir Putin tiene perdida esta guerra, al menos, no tendrá un desenlace en lo inmediato. De modo que en este instante el menos autorizado para hablar de economía mundial es Rusia.
Por lo demás, en esta guerra, como lo hemos dicho, se ha demostrado que la victoria ahora no se mide por el número de hombres, con que cuenta cada ejército, sino por el grado de su tecnología, y que es lo que le ha permitido a los ucranianos mantener a raya a los rusos; cuya tecnología armamentística ha venido a demostrar lo obsoleta, que se ha vuelto, con respecto a la de otros países, y que se la han hecho nada, dicho a la venezolana, a propósito de la ayuda con la respectiva suya que le prestan a los ucranianos, en ese sentido, especialmente EEUU, a nivel de misiles y antimisiles; aunque ya ese es otro tema; el hecho cierto es que el modelo económico, que se ventila en este foro ruso; de economía centralizada y planificada, sobre todo, extractivista, con una gran inclinación a vivir de las rentas del Estado, no es el modelo más apropiado, para impulsar el crecimiento de un país, y el mejor ejemplo es el propio caso de Venezuela; un país que, al contrario, de lo que pregona Delcy Eloina, que se encaminó por la ruta de la producción, cada año reporta una caída continuada de su economía, y unido este flagelo a una situación hiperinflacionaria, que devora los salarios de los trabajadores.
Incluso, Delcy Eloina llega al colmo del cinismo, cuando expresa, precisamente, que no estamos frente a un milagro (que un sicoanalítico diría que se trata de una traición del inconsciente); sino que se trata de un hecho tangible, y en el que el venezolano le puso todo el empeño; cuando se observó que la economía tomaba la senda de la producción, y salíamos de la hiperinflación: un fenómeno, que se comenzó a observar desde el año 2021; aun cuando se ha tenido que enfrentar una guerra económica, que comprende 502 sanciones, y que, según Delcy Eloina, se han dirigido a los puntos más vulnerables de nuestra economía; que es lo que explica, la recesión que tuvo que afrontar el país antes de dicha fecha.
Además, se mete en profundidades, cuando dice que el crecimiento económico de Venezuela, responde a la circunstancia, de que la economía mundial está cambiando, y digo profundidades, porque se trata de una forma de masajearle el ego al señor Putin; pues no se pase por alto que en Rusia en este momento está prohibido hablar de la caída de su economía; de modo que Delcy Eloina está allí en ese foro, para referirse a los supuestos éxitos del modo de producción socialista, para decirlo en términos marxistas; como manifestar: la economía rusa está tan boyante como la venezolana; así sea mentira, y es por esto que uno ve ese foro como un evento de mucha hipocresía.
En teoría estética se considera que el arte simbólico se caracteriza, porque hay una exageración de la forma, con respecto a su contenido; como decir, algo que no es eso, propiamente. Si entendemos que la retórica es un género literario, de acuerdo al discurso de Delcy Eloína, estaríamos frente a este caso; porque, si alguna virtud tienen los hermanitos Rodríguez, es que manejan un lenguaje muy elegante; sobre todo, la flamante vicepresidenta cuando le pone ese tono quejoso, a la manera romántica de Javier Solís, en momentos, por ejemplo, en que aborda el tema de la orfandad y el aislamiento, que sufre nuestro país: por supuesto, mentiras, y que sabe que nadie se las va a creer; porque, como lo haría ver el Positivismo Lógico, aquí estamos frente un discurso, cuya lógica, nos hace ver que hay una adecuación entre la forma y el contenido; cuando la verdad es que en esas palabras hay una gran deformación de la realidad, y esto porque Delcy Eloina parte de una premisa falsa: no es verdad que Venezuela produce el 93% de lo que consume, porque aquí nadie consume nada. El venezolano no hace sino una comida al día, y esto en una forma muy precaria.