Sobre la primera parte de su tuit, Peterson explica que es solo un hecho. El orgullo no es una virtud y durante muchos años de hecho ha sido considerado un pecado, que es la afirmación de su tuit. Agrega que no considera que ninguna orientación sexual o deseo de cualquier índole deba ser motivo de orgullo o celebración, además por un mes, porque lo que vemos ahora es el “mes del orgullo”.
Peterson afirma que no puede ignorar que Ellen/Elliott es un modelo a emular, y que cuando ella habla de lo sano y lo moralmente virtuoso de su nueva identidad, seduce a adolescentes confundidos a creer que nacieron en el cuerpo equivocado y pensar en tratamientos hormonales, esterilización y subyugarse a tratamientos médicos extendidos. Es directo en decir que Ellen tiene culpabilidad moral al incitar a jóvenes a emprender ese camino.
Las opiniones del famoso psicólogo, quien ha sido profesor de la Universidad de Harvard y la Universidad de Toronto, pueden resultar molestas para algunos, pero son fundamentales para abrir el debate sobre un tema de suma gravedad. Discursos como los de Ellen Page tienen profundas repercusiones en niños y adolescentes que ven cómo sus modelos a seguir toman —incluso promueven— decisiones radicales como realizarse mastectomías. La censura de Twitter a Peterson no es más que otra muestra de la agenda ideológica que promueven las redes sociales. Mientras que la opinión de un lado —la progresista— es aplaudida y promovida como motivo de “orgullo”, la opinión del otro lado es censurada.
Ahora bien, más allá del tema puntual del cambio de género y las cirugías, entre las grandes reflexiones que nos deja Peterson después de este asunto con su cuenta de Twitter es el no renunciar a los valores. Twitter le pide que borre su publicación y que con ello reconozca haber violado las reglas, Peterson no está de acuerdo, pero además cree que su mensaje puede salvar vidas de niños y jóvenes. Por lo tanto, su respuesta a la red social es: prefiero morir antes que hacerlo (borrar el tuit). Uno debe hacer lo que sabe que es correcto, no importa lo que pase.