Enrique Prieto Silva
Viernes 25 de noviembre de
2022
Utilizamos esta
expresión de Galileo Galiley, pronunciada después de abjurar de la visión
heliocéntrica del mundo ante el tribunal de la Santa Inquisición por allá por
1633, cuando querían que Galiley se retractara o desmintiera lo que para él era
una realidad, que las mareas y muchos otros fenómenos similares no surgían de
la atracción de la luna, sino que eran producto de un verdadero movimiento
terrestre. Y lo traemos a colación, cuando insisten en querer que nos
retractemos de este pensar, por lo que dijimos antes, que “…indiscutiblemente
el factor de perturbación en Venezuela es la falta de un liderazgo claro y
capaz de orientar la política nacional hacia el deseo de todos, es decir, lograr
un régimen de gobierno que respete el mandato constitucional y logre volver la
paz”. Lo dijimos con la simpleza que atosiga al ser que se siente agobiado por los
malos augurios y los entrabados de quienes no se han convencido que la
malignidad que tenemos surgió de la malicia “socialista del siglo XXI”, pero su
entronización se produjo por el equívoco de algunos líderes opositores, que no
vamos a nombrar, quienes nunca estuvieron de acuerdo con un cambio de
gobernantes con acciones democráticas de “transición”, sino que se produjera con
la acción de fuerza del TIAR o un levantamiento de nuestras FAN, como si ellos
fueran los responsables de esta diatriba política.
Ayer jueves 24 en un
grandioso y emotivo acto del Instituto de las Fuerzas Armadas en Situación de
Retiro (IORFAN) en la celebración de 64 años de su creaciòn, al recibir la
“Medalla Laureada” por nuestro esfuerzo para aclarar la posición apolítica de
la Fuerza Armada Nacional y de sus integrantes activos, en cortas palabras,
retomamos nuestra expresión sobre lo que hemos dicho de la injusta inculpación a
la FAN por la buena o mala acción gubernamental, como si ella como institución
tuviera la culpa de la acción gubernamental, siguiendo el mito creado por
algunos opositores. Aclaramos lo que hemos dicho que debe ser entendido, que la
Fuera Armada Nacional, como lo dice el artículo 328 de la Constitución, es una
institución profesional, apolítica, obediente y no deliberante, cuya misión es
la seguridad del espacio geográfico nacional, mediante la defensa militar. En
el acto hicimos entrega al Directorio del Instituto de los tres tomos de
nuestra obra “La Guerra por la Paz”, constituida por el Tomo I “Educación para
la Paz”, Tomo II “Nomenclatura de Guerra” y Tomo III “Conflictos y Guerras del
Siglo XX”, sobre los cuales hicimos una breve apología, que pensamos ayuda a
entender lo que dijimos antes, que en el interno de la FAN existe una mala
percepción del trato político que han hecho algunos opositores sobre su
responsabilidad inexistente sobre la gobernanza del país. Es obvio conocerse,
que algunos mandos militares, especialmente
quienes han ocupado ilegalmente cargos políticos y de gobierno, han
dejado dudas de su capacidad para ejercer esos cargos, pero eso no puede
adosársele a la institución Fuerza Armada.
Insistimos en lo que dijimos anteriormente, se sabe que Venezuela vive una tragedia en la que todos somos actores, aunque muchos creían que sólo eran espectadores imparciales, con el derecho constitucional de sentirla y sufrirla como simples seres humanos, con derechos sin deberes. Esos que se auto nominaban sufridores del pueblo en masa, dispuestos al sacrificio por un ideal que desconocían y confundieron con el pensamiento mesiánico de un líder emulador del Padre de la Patria; líder, quien solo siguió un libreto extraído de mal interpretadas páginas de la historia. Toda una realidad indiscutible, pero es también realidad, que muchos de estos líderes se fueron al exterior por su propia voluntad y sin ton ni son se unieron a la diáspora creciente que ya había fraguado un gentilicio antichavista y anti régimen abominable, lo que los ubicó con razón y derecho en los lideres antirrevolucionarios, aunque muchos de ellos auparon las pandillas de los colectivos que patrocinaron el enjambre avispona identificado con el “rojo rojito” de la revolución.
Ahora nos preocupa, que siga existiendo ese maremágnum de acicateados opositores sigüies del teclado, a quienes nada que se haga en el país en beneficio del cambio socio económico les cuadra, y siguen insistiendo en la lucha de fuerza pero sin sacrificar su músculo. Aún así, seguimos insistiendo en tratar de convencer a los connacionales en el exterior de que cesen en el ataque contra Venezuela y se inmiscuyan en el grupo que intenta recuperar la unidad democrática opositora, para lograr su cambio en los venideros procesos electorales en marcha. Ya quedó clara nuestra insistencia de que optar por la fuerza interna o externa para recuperar la democracia es un suicidio. Insistiremos en nuestro desacuerdo con quienes no cesan en las escaramuzas para atacar todo lo que se haga en bien.
Acorde con este ideal para recuperar la paz democrática, el movimiento denominado «Venezuela Democrática Unida», emitió un comunicado en el que manifiesta su respaldo a la reanudación del diálogo entre las delegaciones del oficialismo y la oposición, resaltando la necesidad urgente de llegar a acuerdos políticos y sociales en pro del país, tras considerar “que tienen la confianza que les permita la representación de los anhelos de los venezolanos de lograr restablecer los valores democráticos; el respeto a los Derechos Humanos; la realización de elecciones libre y acuerdos para atender los problemas sociales del país”. Igualmente, exhortan a la comunidad internacional para que refuerce el acompañamiento a esta nueva etapa del diálogo en México y «poder evitar tácticas dilatorias y una nueva suspensión del proceso (…) por parte de la autocracia gobernante»; a la vez que agradecen a la comunidad internacional, gobiernos democráticos, parlamentos, y en especial a Noruega, esta preocupación por el destino democrático de nuestra Venezuela». Subrayó el compromiso hecho por esa organización de ayudar a superar la crisis económica y humanitaria a través de la civilidad, la paz y la reconciliación, al igual que por el proceso de hacer cumplir la Constitución y las leyes.
Insistimos en alertar a los coterráneos que están fuera del país y no tiene medidas persecutorias legales o políticas, que vayan pensando en regresar para que se incorporen al trabajo fecundo y a la preparación de los venideros procesos electorales. Todos debemos unirnos por recuperar al país. ¡Solo cuando se logre retomar el poder en paz, podremos hacer que se aplique la justicia!
Twitter: @Enriqueprietos