Hace algunos años hubiese podido comentar esto sin sentir cierta vergüenza; “yo conocí a Manuel Rosales”. Hoy, contemplando la pendeja impericia de un muchacho que no distinguía entre la fraternidad y el interés, entre el deseo de ser útil y el hediendo ego de quien sólo quiere ser importante, repaso conversaciones, comentarios entre tragos trasnochados, hago lectura de los mensajes entre líneas que no quise o no pude, en aquel momento interpretar. Recuerdo con particular claridad un departir decembrino en la provincia de Chiriquí, Panamá, en la casa del actor arriba señalado, en el cual, con vehemencia inusitada y varios tragos encima, me afirmaba que ese seria su último diciembre en el exilio, que en 2015 volvería a Venezuela, y yo, entre inocencia e ignorancia, que viene siendo estupidez, le espeté con preocupación fraterna que debía recordar que, de hacerlo, sería apresado y procesado sin fórmula de juicio ni garantías procesales. Después de 4 años preso y 3 en el exilio, puedo imaginar la carcajada mental de Manuel y el pensamiento que cruzó su mente rápidamente; pobre muchacho idiota, no sabe que será parte de mis ofrendas al régimen para poder regresar.
Para los que no lo saben, el proceso que llevó a mi deportación de Panamá, fue largo y lleno de intentos de secuestro y hasta de asesinato, algo sacado de una película de espionaje y misterio.
Durante mi posterior encarcelamiento, muchos me afirmaron que Rosales tuvo que ver con todo lo que pasó, decían que había facilitado a la embajada venezolana en Panamá, dirigida para ese momento por un gorila; Jorge Duran Centeno (quien entre otras fruslerías practicaba la extorsión) información de mi ubicación y detalle de mis actividades. Nunca di crédito de esas denuncias, me parecían hasta necias, a pesar que, existían argumentos sólidos y visibles. Hoy por Hoy ya no me queda la menor duda, entre otras variantes, mi deportación y presidio fue facilitado por el protector del Zulia. Y el tema de estas líneas no es narrar mi historia, el tema que me avoca a retomar el teclado es remarcar y dejar en claro, que cuando se trata de intereses, Manuel Rosales puede ser un tipo sin resquicio de algún escrúpulo.
El juego de rosales ha sido tan básico como efectivo, hasta ahora el único calculo inexacto fue el año, que bajo condiciones vip, estuvo detenido. Y es que las negociaciones previas con el régimen le aseguraban menos tiempo, pero ese es el costo de negociar con comunistas, aunque trampa entre malandros no es trampa.
Como ya es bien sabido en el ideario popular, Manuel no es un tipo brillante, versado, poliglota o acaso cultivado entre estudios y paraninfos. ¡Ah¡ pero si tiene de sobra lodaje, labia y mucha mierda entre sus dientes, elementos que en la distorsionada realidad de nuestro país, otorgan nivel político. También tiene estrategia a largo plazo, que no es poca cosa, y como aditamento, la capacidad de identificar las necesidades inmediatas y hasta futuras de sus contertulios. Como si fuese poco, Rosales es un tipo que sólo se mueve por los intereses que su ego señala como necesarios. Mandela, que dicen sus biógrafos nunca se permitió emitir malas opiniones de nadie, sostenía que el tipo de hombres con el perfil atrás descrito, eran los mas peligrosos y despreciables para la humanidad.
En el ahora, las manos de Don Manuel están en carne viva por las incesantes “jaladas de bola” que le hace al genocida reinante, pero para él eso es una gracia, una menudencia que se justifica en su ambición por ganar terreno. Entre tanta sinvergüenzura el gobernador ha creado un metaverso digno de ser envidiado por Musk y Zuckerberg, un metaverso donde la gente baila gaita sabroso, disfruta fuegos artificiales, luces y parranda. Los que vuelven a la realidad intermitentemente, al salir del trance se percatan que todo está igual o peor.
Posiblemente, más allá del pan y el circo, algún zuliano ya pueda conseguir el kilogramo de harina que en otrora le resultó imposible, pero en las condiciones y reglas de juego del Madurismo, LITERALMENTE, “lo que es comida pa´hoy, es hambre pa´mañana”, y eso, para un actor como Rosales no tiene valor alguno, a tipos como él se les hace imposible entender que, lo realizado sin ética, así represente el beneficio de algunos, SIEMPRE, SIEMPRE, desgraciadamente, SIEMPRE, concluirá en la desgracia de muchos.
Manuel, cómplice ahora de genocidio, seguirá en su complejo de Peter Pan jugando con asesinos, pateando la memoria de muertos, defecando sobre los torturados, los presos y los exiliados, todo por satisfacer su deseo de notoriedad, su vanidad. Mientras lo hace, Maduro le permitirá jugar con la posibilidad de llegar a Miraflores con votos, y él, como buen perro ñemero, así le quemen la trompa, seguirá ese vals, fortaleciendo a la dictadura, validándola, mientras miles continuarán cayendo en miseria, muriendo o iniciarán el largo peregrinaje para escapar del país. ¿QUÉ DIRÍA RICARDO AGUIRRE?
Cerrando esta nota otro recuerdo irrumpe, es nuevamente una tertulia con Manuel, quien con firmeza, ante una de mis opiniones sobre posibles soluciones a la situación país, me decía; “tu no eres político”. ¡Y aja! Si no lo soy yo, quien como otros desarrollamos la política como ciencia y sostenemos la participación ciudadana y el civismo como solución ante la dictadura. VERGA, tampoco lo es él y los que como él satisfacen a tiranos lamiéndole las bolsitas genitales.
Eduardo Figueroa Marchena
Eduardo Figueroa Marchena.
Lcdo. Cs. y artes militares. Msc. Preso Político, Idealista, Msc.en Economía, Msc. Participación ciudadana y psicología social, columnista #LaProtestaMilitar @eduardojfmvzla (Twitter) @Eduardo_jfm (Instagram) Correo: eduardofigueroamarchena@gmail.com
REMISIÓN: Buen día mi Coronel, espero se encuentre bien al igual que toda su familia. Por actividades y ocupaciones propias de los que estamos exiliados, estuve un tiempo separado del teclado, me animó a retomar este sagrado hábito la asquerosa sinvergüenzura de Manuel Rosales. le comparto el artículo, espero sea de su agrado y lo publique, como ya se ha hecho costumbre en su blog. Saludos fraternos. Eduardo Figueroa Marchena. "La fortuna ayuda a los audaces"