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Al darle curso la Contraloría General a la solicitud, que le hizo la Sala Política Administrativa del TSJ, del expediente, en el cual se establecían los fundamentos, que justificaban la inhabilitación de María Corina Machado, conjeturamos que, al menos, que saliera esta Sala con un expediente chimbo, es decir, forjada la fecha de la prórroga de dicha pena, allí no había lugar a ese respecto; que es lo que hemos visto en esta oportunidad, a propósito del expediente en el que se ha basado dicha instancia, con fecha 2021; cuando a José Brito en la respuesta, que le había ofrecido la Contraloría, a su emplazamiento en esa materia, había colocado la fecha de 2015; año en que había vencido el plazo de doce meses, que le había sido impuesto en el 2014 a la señora Machado, de modo que a partir del 2015 se había prorrogado la pena, según la respuesta a Brito, y a continuación detallaba todos los delitos, que había cometido la señora Machado, para merecer tal condena, cuya prórroga entonces se extendía hasta el 2030; mejor dicho, los delitos que habría de cometer de 2015 en adelante, y que fue lo que percibió, seguramente, la Sala de marras, es decir, que si admitían la fecha de 2015 para cargarle todo lo que vino a continuación; cuando ni siquiera Juan Guaidó existía, que va a ser uno de dichos delitos; esto es, participación en la piñata de la Ayuda Humanitaria, que administró Guaidó; además de la solicitud de invasión a Venezuela; si admitían dicha fecha, entonces la truculencia iba a ser muy descarada.
Uno oye los diputados oficialistas, que asisten a los programas televisivos de opinión, repitiendo los mismos argumentos, que dieron lugar a la sanción, que le impuso Diosdado Cabello, cuando la entonces diputada Machado asumió la representación diplomática de Panamá en una conferencia de la OEA, para solicitar que le fuera aplicada la Carta Democrática a Venezuela; lo que le valió que fuera expulsada de la Asamblea Nacional; huevos recalentados, decía mi amigo el escritor Oswaldo Trejo en estos casos, es decir, esto es lo que nos sirve esta gente, permítaseme la metáfora, como argumento, para salir del paso en la justificación de esta violación de derechos humanos, no sólo de la señora Machado, sino también de la ciudadanía venezolana, que queda sin derecho a escoger sus candidatos; sin tomar en cuenta que de entonces a esta parte han pasado diez largos años; que la señora Machado tiene prohibición de salida del país, como se le niega viajar en aviones comerciales en el interior; los grupos de terror del régimen la han hostigado, hasta bañarla de excremento, amenazas de muerte y, además, de ligarla ahora a una conspiración de un grupo de conjurados, que se ha propuesto llevar a cabo un magnicidio; razón por la cual Nicolás Maduro no sale a las calles; pues, según Jorge Rodríguez, ya van siete atentados, que han intentado en contra suya, y, de los cuales gracias a Dios ha salido ileso.
Entre los conjurados figura un grupo de comunicadores sociales, defensores de los derechos humanos, además de un militar, que vendría a darle un toque verde al asunto, ya que se trata de armas (intentos de magnicidio), que sería el general Mario Iván Carratú Molina; cuyo apartamento en Caracas le fue allanado en estos días, expropiado y, seguramente, otorgado como vivienda a algún funcionario al servicio de uno de los jerarcas del régimen; como denuncia en el programa de televisión de su canal privado de internet el comunicador Werner Enrique Villalobos, uno de los mencionados por Tarek Williams Saab también en la trama de los conjurados, conocidos por éste como la "Banda de los de Brazalete Blanco", esto es, que le fue invadido su apartamento de Caracas, una vez que se desata en su contra una persecución, y que se burlan de él, por lo demás, en Venezolana de Televisión, cuando reclama que el apartamento, que ocupa fulanito de tal, es suyo. En efecto, ellos saben que resulta cuesta arriba creer en estas mentiras, pero se permiten hacerlo; porque colocan la ideología por delante del sentido común, en ese loco afán que tienen de perpetuarse en el poder; lo que les da el derecho de decir: miento que digo la verdad, y que es lo que uno llega a calificar de gobiernos esquizofrénicos; que no lo digo yo, lo dice la gente; que queda asombrada con esos arranques del psiquiatra Rodríguez. Ese tratamiento que le ofrece a la señora Machado: "¡Esa mujer no va. No va!".
Incluso, mejor cabe hablar aquí de delincuencia judicial, como lo ha acuñado la señora Machado. Porque, si se le estaba sustanciando un expediente penal o administrativo en la Contraloría General, como todo el mundo sabe, ha debido pasar por un proceso judicial, con derecho a la defensa; cuando la señora Machado señala que ella no ha sido notificada de nada. No sólo el medio venezolano está indignado, a este respecto, también la comunidad internacional; puesto que esta forma de administrar justicia ya toca los niveles de la barbarie. De nueve casos, que introdujeron respectivos amparos constitucionales ante la Sala, siete fueron habilitados, mientras que dos no. Maduro, al referirse al asunto en una forma muy acartonada, los marca casi con los dedos; los dos son Henrique Capriles y María Corina; menciona al uno, mientras que a la otra no; le pasa por un lado. En otras oportunidades la acusa de "pataleta". Por cierto, hasta ahora el psiquiatra Rodríguez no ha presentado las pruebas, que confirman el complot, para asesinar a Maduro; que no las presentará, porque ese cuento ha sido muy traído por los cabellos. Diera la impresión, que esconde una segunda intención, y es que a partir de allí lo más probable, es que se desate una persecución, no sólo contra mi colega Sebastiana Barráez, incluida en "la banda" de Saab, sobre todo, y cuya defensa la asumió el Colegio Nacional de Periodistas, sino también contra los que ejercemos la profesión de la comunicación social, si es que tomamos en cuenta que éste ha anunciado que vienen nuevas detenciones.
Enrique Meléndez: Periodista, Escritor y Reportero, venezolano, Licenciado en Comunicación Social y Filosofía, en la Universidad Central de Venezuela; con estudios de posgrado en el Instituto de Altos Estudios de la América Latina de la Universidad de La Sorbona, París III, de Francia, Columnista del Semanario La Razón, en Venezuela, y autor de un diario político-filosófico, titulado: "Diario de la Quinta República: cronología de la destrucción de Venezuela", cuyo primer volumen está publicado en la biblioteca virtual de Amazon.