¿El sistema electoral más seguro del mundo?
Enrique Meléndez
Se necesita ser muy acartonado, para mantener ese teatro relativo al supuesto ataque cibernético, del que fue víctima nuestro sistema electoral durante el evento comicial del pasado 28 de julio, el hasta entonces "sistema más seguro del mundo". Yo me asombro de la capacidad dialéctica de una Delcy Eloina al explicar delante de los embajadores, acreditados en el país, la mecánica que utilizó "la derecha fascista", con motivo de este despropósito: cinco millones de intentos de entradas al portal electrónico del CNE en un minuto; lo cual ocasionó el colapso del sistema; razón por la que se cesó la transmisión de datos, y así que se tuvo que retardar el anuncio relativo al primer boletín. Lo más curioso es que Delcy Eloina se presenta con pruebas en la mano: en la pantalla de un monitor muestra la secuencia de los cinco millones de dichos intentos. Una hora en esta función unipersonal. ¡Qué gran capacidad para la fábula!
Creo que no tocó el tema de Macedonia; de donde se dijo en un principio, que provenía el hackeo; pues el gobierno de ese país negó haber formado parte de esa trama, y que, de acuerdo a investigaciones, que hicieron a sus sistemas informáticos, no tenían registros de movimientos hacia Venezuela. El hecho también es que la transmisión de datos no se hace por internet, sino por teléfono. Es más, CANTV había anunciado días antes del 28, que iba a aislar una de sus líneas, para destinarla sólo al CNE, a los fines de blindarla por posibles ciberataques. Por todas partes les salen baches a las supuestas coartadas de esta gente. Pero que las siguen sosteniendo, porque parten del principio, de que en el país de los mentirosos ellos dicen la verdad. Por supuesto, tienen una columna vertebral de plomo, para poderse sostener con tanto aplomo, delante de un público muy calificado, como sería el cuerpo diplomático.
El Centro Carter mismo negó tal ataque, de acuerdo a sus investigaciones; donde, según Delcy Eloina, tuvo metida la mano Elon Musk, nuevo enemigo de Nicolás Maduro, y a quien ha invitado Donald Trump, en son de ironía, a cenar próximamente, en Venezuela, a su juicio, el lugar más seguro del mundo; tomando en cuenta que Maduro regó su delincuencia por todo el continente, léase, "El Tren de Aragua" y con el perdón de la digresión; metida la mano Elon Musk, decía, además de todas las grandes corporaciones, que patrocinan las redes sociales; a punto, por lo demás, de ser prohibidas en Venezuela, "en una gran conspiración mundial contra un pueblo, que está decidido a hacer respetar su soberanía". En lo lloroso de su tono hace pensar en un bolero de Javier Solís.
-Hay que reglamentar –ha dicho Jorge Rodríguez- las redes sociales. Unos 40 países ya lo han hecho. ¿Cómo es posible que nosotros no?- En ese sentido, han desempolvado la Ley contra el Fascismo, el Neofascismo y Expresiones Similares, cuya aprobación avanza, y que contempla este tipo de censura. Sobre todo, porque fue por la vía de las redes sociales, como se le salió al paso a esta gente. Esa plataforma, que construyó el equipo de María Corina Machado con las actas, que ese día salieron de las máquinas de votación, les movió el piso, al punto de que han tenido que desatar una represión nunca antes vista en el país; aparte del regodeo que se da Nicolás Maduro, cuando se refiere al alcance de las garras suyas: más de veinte muertos y cientos de heridos, dos mil detenidos. ¿Sólo bajo un totalitarismo es como se conoce la naturaleza del mal? (Hannah Arendt) Dan terror los videos, que llegan por las redes sociales, de la forma como sacan a los solicitados por la Fiscalía General de sus casas; algunos sin orden de aprehensión; para ser, primero, desaparecidos; luego, torturados y puestos a grabar videos, donde reconocen que la plataforma de la señora Machado es falsa o que ella prepara un golpe de Estado. Pero el propio Sebin graba también videos, relativos a detenciones con un fondo de un canto coral, entonado por un coro, que dice "a donde te encuentres, te voy a buscar". Alguien me refutó, que yo decía que somos un pueblo de bajos instintos; en efecto, una gran mayoría hemos superado estos niveles de barbarie, pero una minoría los conserva, y esa es la que ostenta el poder, sin tener una idea de hacia donde vamos. Incluso, el comentario que hay en el medio venezolano es sobre la falta de cordura de nuestro primer mandatario; quien, en lugar de convocar a nuestros expertos petroleros, a los fines de iniciar la recuperación de nuestra industria, y de allí extenderla al aparato productivo, lo que habla es de construcción de cárceles, con vistas a convertirse en campos de concentración. Ha roto relaciones con una gran parte de los países de la región; por el sólo hecho, de que le han pedido que publique las actas de la votación del pasado 28 de julio; que sería la prueba irrefutable de su supuesta victoria, aislando más a nuestro pueblo, del que se estima que se van a desprender dos millones más de compatriotas.
-¡Este es un pueblo heroico!- se oye el grito estridente de Hugo Chávez en esas cuñas publicitarias, que se transmiten por la televisión; cuyos mensajes no dejan de tener un tono agónico, por el continuo resucitar: -Venimos de una muerte lenta, que nos ha propinado el imperialismo-. A eso del heroísmo se le agrega: -lo peor ya pasó, ahora viene lo mejor-. Es decir, muerte y resurrección. Prometeo a la vista.
Lo más extraño es que esta gente, que juraba y perjuraba que contábamos con el sistema electoral más seguro del mundo, ha quedado mal en eso, si nos atenemos a lo del hackeo: ¿cómo es posible que haya ocurrido esa situación? Días pasados uno de los diputados del PSUV decía en una entrevista en el Canal 8, que ese hackeo que pretendió la "derecha golpista" llevar a cabo, a objeto de imponer las cifras de la plataforma de la señora Machado en el sistema del CNE, fue lo que hicieron en Argentina con Javier Milei, a quien pusieron a ganar de esa forma. En el país de los mentirosos ellos se permiten administrar la verdad.
Enrique Meléndez
(X) @emelendezo