Vinicio Guerrero Méndez
HONORABLES GENERALES
HONORABLES GENERALES
Es difícil hacer a un hombre miserable mientras sienta que es digno de sí mismo. Abraham Lincoln
Jamás he publicado un artículo para ofender a algún miembro de la institución armada, cuanto menos a la que por tanto tiempo di lo mejor de mí. Pero lo que me lleva a tomar la pluma para expresar mi descontento, es debido a la soberbia de algunos generales hoy retirados.
Antes de iniciar este artículo debo recordarles que soy sobrino del hoy difunto TARCISIO FERNANDEZ SOSA al cual mucho les agradezco tomar memoria. Se retiró de la Armada una vez iniciada su carrera con el grado de alférez de navío, además de caletero en el puerto de la guaira continuó sus estudios en la Universidad de Massachussets (MIT) finalizando su carrera summa cum laude. Como Ingeniero formo parte en la construcción del Metro de Caracas, fue asesor personal del Ministro Sucre Figarella y por meritos propios integrante del IAEDEN (Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional).
Lo más interesante de esto es que fue compañero de promoción de un ministro de la defensa, del cual uno de ustedes fue su edecán y el otro puede recordar el resto. Lo demás es historia conocida debido a mi parentesco pude colarme en ese circulo y lograr conocerlos.
Debemos cuidarnos de las palabras que decimos, para evitar caer en el juego que pretende este gobierno, ofendiendo a los miembros de tan nobles instituciones -que por demás esta decir-, no fue decisión de éstos tal o cual beneficio, toda vez que muchas veces fueron objeto de humillaciones y maltratos por parte de los que hoy se rasgan sus vestiduras. De ustedes precisamente se más de lo que puedan imaginar, pues fuimos miembros de la misma institución. Siempre los consideré brillantes pero también con mucha suerte. No piensen jamás que mi intención es ofenderlos, simplemente cuando ostentamos un rango, olvidamos que nuestros compañeros pudieron ser mas brillantes, pero con menos suerte.
De muchos de los Sub-Oficiales de la Aviación puedo dar crédito y esos mismos oficiales pueden dar fe de lo intachable de nuestra conducta y abnegación, como también de la mediocridad en pequeña escala tanto de unos como de otros; esta situación me la reservo toda la vida por respeto a la Institución e incluye también la reciprocidad en cuanto a la honorabilidad de la mayoría de mis compañeros como nobles y ejemplares Sub-Oficiales de la Fuerza Aérea
No deseo alargar más este artículo pero siento mucha tristeza solo al pensar que quienes hoy nos desprestigian como SOPC, fueron los que con más suerte y de manera privilegiada, obtuvieron tan honorable rango. Por mi parte, conjuntamente con los pocos compañeros de promoción que alcanzamos el ultimo rango, tengo el honor de haber sido el primero y está por demás expresarles que estoy muy orgulloso de ser Maestro Técnico Supervisor y si me hubiesen agraciado con el rango cuyo tope es el de Coronel, hubiese exigido el que merecía y no precisamente el que me impusieron y ¿saben por qué mis honorables generales? porque estoy seguro que ese rango lo ganamos quemando nuestros rostros y manos en una pista con estudios, conocimientos y avalados por técnicos especializados en la materia, para dar garantía de sus vidas, con gritos y celos por el éxito de la misión con disciplina, respeto, coordinación, llenos de grasa, manchados con jp-1 y 4 y por demás orgullosos de darles un adiós con saludo militar, antes del inicio de su misión. De servir a mi Patria como se nos destinó. Fuimos héroes ignorados. Muchos de mi gremio no se amilanaron y siguieron en la búsqueda de la perfección y hoy han logrado ostentar títulos universitarios y hasta son instructores de vuelo y pilotos expertos, otros dan lo mejor de su experiencia en nuestras escuelas y universidades.
En cuanto a aquellos que fueron mis superiores como tales respeté todas sus decisiones -algunas erróneas-, sin críticas solo por una sola razón: yo los acepté como superiores aún cuando muchos, no lo merecían.
Hoy con orgullo y verdadero sentido del deber cumplido, demuestro el mismo respeto sin diferencias, donde quiera que inesperadamente nos encontramos, cordializamos y nuestra compostura ha sido esa bonita disciplina de siempre.
Ergo, si les crea tanta indignación por supuestos inmerecidos de tan honorable e inalcanzable grado o investidura, no es precisamente a mi gremio a quien deben ofender; por lo cual les invito de corazón, a retirar esas ofensas en contra de quienes una vez, con orgullo castrense atendimos desde aviones hasta sus caprichos
Afectuosamente,
Imperfecto.
VINICIO GUERRERO MENDEZ
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