Agosto 18, 2010 10:31 am Publicado en: Así nos ven, Destacados, Nacionales
En declaraciones a una radio de Washington, especialistas en seguridad advirtieron que
no son pasajeros comunes ni equipaje corriente lo que viaja a través de la conexión aérea bimestral asegurada por Iran Air entre
Irán y Venezuela, reseña
Infobae.
El 744 de Iran Air
es un vuelo bimensual que se inicia en Teherán y se dirige a Caracas
con paradas en Beirut y Damasco. El vuelo inaugural tuvo lugar el 2 de
febrero de 2007.
La sola existencia de este vuelo representó una
significativa preocupación para los responsables de inteligencia de los
Estados Unidos, pero ahora una inquietud más amplia es quién y qué viaja a bordo de esos vuelos.
“Si
usted, como ciudadano común, trata de reservar un lugar en el 744 de
Iran Air, y no importa si lo intenta una semana, un mes o seis meses
antes, usted nunca encontrará un lugar libre“, dice Offer Baruch, ex agente del Shin Bet israelí.
Baruch, que ahora es vicepresidente operativo de International Shield, una empresa de seguridad de Texas, dice que el
avión está reservado para agentes iraníes, “Guardianes de la
Revolución, gente de Hezbollah y personal de inteligencia en general”.
Funcionarios de inteligencia estadounidense, tanto retirados como en función, temen que el vuelo sea una forma secreta de trasladar personas y armas a diferentes sitios de América Latina, que pueden ser usados como bases para contraataques sobre los Estados Unidos o
sus intereses, ante la eventualidad de que las plantas nucleares de
Irán sean golpeadas por las fuerzas militares estadounidenses o
israelíes.
“Mi opinión es que este vuelo no sólo va de Caracas a Damasco y Teherán, dos veces por mes, sino que también hace ocasionales paradas en el Líbano, y que los pasajeros en este vuelo no hacen los trámites migratorios y aduaneros normales en Venezuela“, dice Peter Brookes, investigador en temas de Seguridad Nacional en la Heritage Foundation.
Normalmente,
el vuelo de 16 horas sale de Teherán y se detiene en el aeropuerto
internacional de Damasco, el de más tráfico en Siria. En el año 2009,
casi 4 millones y medio de pasajeros usaron ese aeropuerto.
Luego de una escala de 90 minutos, siguen 14 horas de vuelo hasta el aeropuerto internacional de Maiquetía, en Caracas. Apenas toca tierra, el avión es abordado por fuerzas especiales venezolanas y separado de otros arribos.
“Esto habla de que está sucediendo algo secreto o clandestino, que ellos no quieren que la comunidad internacional conozca“, dice Brookes, ex asistente adjunto del secretario de Defensa para Asia y el Pacífico y ex personal de la CIA.
“El
hecho de que haya un vuelo es por supuesto un tema de interés, pero el
hecho de que no cualquiera pueda tener acceso a él o comprar pasajes
es particularmente sospechoso, y debe preocupar a los Estados Unidos”.
Además de la especulación acerca de lo que está a bordo, hay
significativa preocupación por la posibilidad de que el Boeing 747SP
esté transportando uranio a Teherán en su vuelo de regreso. El
gobierno estadounidense ha adoptado fuertes sanciones contra Irán por
su programa nuclear, y hay preocupación de que el vuelo pueda estar
brindado una oportunidad para eludir el embargo que pesa sobre materiales que puedan ser usados en el programa.
“Claramente,
Irán ha sido un auspiciante de Hezbollah y ésta ha sacado provecho de
esa relación”, dice el ex director de la CIA, Michael J. Hayden.
“Sería mucho decir que Hezbollah es una marioneta del Estado iraní, pero una forma de ver esa relación es que el Estado iraní podría contar con Hezbollah como arma estratégica, como arma de alcance global”.
Hayden, hoy miembro del Chertoff Group, dice que la CIA ha estado al tanto de estas actividades desde hace varios años.
“Fundamentalmente,
la cosa que primero y fuertemente llamó la atención de la agencia fue
la inauguración del vuelo directo entre ambas capitales. Ese fue un
conducto a través del cual se podía viajar desde Irán hacia el hemisferio occidental, a América Latina, en un modo que sería muy difícil de detectar y entender para la inteligencia estadounidense [...].”
Brookes
dice que los pasajeros hasta “podrían no necesitar visa porque son
pasajeros especiales; esto obviamente es preocupante, porque no hay
transparencia acerca de qué personas están entrando y saliendo del país
y, por supuesto, hay preocupación acerca de que pueda tratarse de
agentes especiales iraníes”.
Más allá de la preocupación por este flujo de inteligencia iraní hacia Occidente, Brookes y otros temen que los consejeros especiales de Irán estén instruyendo al ejército venezolano y puedan estar involucrados en planes para hacer ingresar a agentes iraníes a los Estados Unidos.
“¿Serán
capaces estos agentes que ingresan a Venezuela de encontrar un camino
hacia los Estados Unidos? Es posible, ciertamente. Hay narcotraficantes
que usan submarinos para ingresar droga a los Estados Unidos y otras
partes del Caribe. Entonces, ¿por qué no podrían hacer lo mismo con
personas? [...]”
Este viernes, despegará el próximo vuelo
Teherán-Caracas. Aunque la inteligencia estadounidense pueda vigilarlo,
parece haber muy poco que pueda hacer legalmente para determinar qué y
quiénes están a bordo.
“Los servicios de inteligencia
estadounidenses tienen mucho entre manos. El hecho de que yo pueda
decirle que estamos realmente interesados en este vuelo directo
significa que está en nuestra mira”, dice Hayden. “¿Estamos haciendo lo
suficiente al respecto? Debería decir que no, porque es un verdadero
menú de desafíos el que la inteligencia estadounidense debe
enfrentar”. [...]
Remisión: Richard González