La Academia del Oscar, luego de presenciar nueve nominaciones de la película “Brokeback Mountain,” no tuvo el valor de premiar el film con temática homosexual. La acción decisoria la contrastamos hoy, con el hecho jurídico que ocurrió en Venezuela, con la sentencia de la periodista Ibéyise Pacheco, a nueve meses de prisión. Quizás, el alto gobierno, influyó para “facilitar” el cumplimiento de la pena, por razones de seguridad física de la comunicadora y le dieron casa por cárcel. Pero cualquiera que haya sido la motivación, en síntesis, no se atrevieron a recluirla en un centro penitenciario común.
Al igual que en la polémica película, el tema homosexual; que respetamos, esta inmerso en los predios revolucionarios, recordemos que un alcalde en referencia a otro, esgrimía declaraciones públicas así: “ni soy travestí, ni consumo drogas, ni hago ballet rosado.” A veces pensamos, ¿Sería un globo de ensayo para ver si cualquier periodista se atrevía a ahondar en el tema en cuestión? Pero también estamos consientes que la fuente había sido trabajada. En el libro del Teniente Coronel del Ejercito Venezolano, Luis Pineda Castellanos, compañero de promoción del autócrata, titulado “El Diablo paga con traición a quien le sirve con lealtad. Anécdotas de mi vida como amigo de Hugo Chávez Frías,” las referencias testimóniales del homosexualismo encubierto de algunos miembros del alto gobierno nacional, son elocuentes, y se señalan directamente las tendencias de sus actores, con nombres y apellidos.
Para nadie es un secreto que desde los inicios del período revolucionario, se ha observado una especie de odio por los comunicadores sociales del sexo femenino, de allí que se hayan manifestado diversas acciones y agresiones contra periodistas insignes como Marta Colomina, Patricia Poleo, Marianella Salazar y tantas otras. Parecería que hay una animadversión o desprecio por las mujeres, más si estas profesan ideas adversas contra la nefasta gestión del bandidaje revolucionario en Venezuela.
Por otra parte, los medios de comunicación son etiquetados como instrumentos al servicio del imperialismo norteamericano. Argumento falaz, que utilizan los revolucionarios, hasta la saciedad, para esconder su ineficiencia, su incapacidad y pérdida de popularidad. Recientemente, en rueda de prensa, vimos al usurpador de la presidencia de la República, Hugo Chávez Frías pretender limpiar el piso, con la imagen de la periodista Francia Sánchez, quien formuló una pregunta ajustada al tema de las relaciones internacionales, de acuerdo con los convenios bilaterales suscritos por Venezuela y Uruguay. Aún cuando no se le contestó pero se le atacó en forma inclemente, la dama en cuestión, se mantuvo sentada, tenaz, paciente y hasta esbozo una sonrisa, ante el atropello de que fue objeto por parte del autócrata de turno, quien visiblemente molesto, la acusó de ser instrumento de la acción del canal de televisión donde trabaja, denunciando férrea oposición y posible intención de lanzar un candidatura presidencial opositora, proveniente del ámbito comunicacional.
A la condena de la periodista Ibéyise Pacheco se adjuntó una orden de captura que la llevaba directamente al Internado Judicial de mujeres (INOF) ubicado en los Teques, Estado Miranda. Aunque se diga y se sostenga que el fallo proviene de una acusación privada, no deja de ser evidente; así el ejecutivo lo niegue, que existe una verdadera acción represiva contra el gremio informativo, por parte del regimen gubernamental. En la lista de juicios abiertos (16) contra la periodista, Ibéyise Pacheco, figura nada más y nada menos que uno incoado por el ex guerrillero investido de vicepresidente ejecutivo, Dr. José Vicente Rangel.
A titulo de información, ilustramos, que la sede del INOF como nuevo sitio de reclusorio revolucionario para opositores del sexo femenino, es una instalación contigua a la cárcel militar de Ramo Verde, que el capitán Javier Nieto Quintero la bautiza como la “Rotunda del nuevo tiempo” en su reciente libro, “Ramo Verde: reflexión, represión y esperanza.” Dicha cárcel, fue construida como Centro Nacional para procesados Militares. Ahora en la era revolucionara alberga militares activos, retirados y personal civil. Allí purga condena el señor Carlos Ortega, presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) y se encuentra recluido el capitán de altura de la Marina Mercante, Luis Salazar. Curiosamente acotamos, que hasta esta nueva rotunda han ido a parar las valientes mujeres de la sociedad civil, porque en una oportunidad, recluyeron allí a la ciudadana Dulce Bravo, activista del Foro de Caracas.
Cuando el desgobierno pretende señalar que el ejecutivo no mete preso a nadie, habrá que revisar las ordenes estrictas del sátrapa de Miraflores cuando desde su vergonzoso programa “Alo presidente, ” envía ordenes directas a los Comandantes de Guarniciones militares y Gobernadores de Estado, para que obvien las instrucciones decisorias de los órganos de justicia, propugnando actuación militar y policial libre, contra cualquier ciudadano invocando las potestades que supuestamente le brindan las bondades bolivarianas y revolucionarias. ¡Que desgracia!
Hoy desde el canal del Estado, propiedad de todos los venezolanos, secuestrado por el regimen de bandidos, se vilipendia la imagen de la periodista Ibéyise Pacheco. Se señala que obtuvo el Oscar de la Academia como premio a la mejor actriz en prensa, radio y televisión, por su “actuación” antes de presentarse a los órganos judiciales. A ellos, les recordemos que la trama de "Secretos de la Montaña" le da también al regimen, innumerables nominaciones para obtener la codiciada estatuilla, ya que la práctica del tema central de la película en el alto gobierno revolucionario, confirma el “secreto a voces,” ladera abajo.
En justicia, la agresión contra los medios y en especial contra las damas que abrazaron la honrosa carrera del periodismo, hoy acosadas por figuras políticas, significa un trato inmoral para con las mujeres.
Cita: “En moral como en política hay reglas que no se deben traspasar, pues su violación suele costar caro”.
Simón Bolívar.
Coronel (Av.) Sammy Landaeta Millán
Caracas, 21 de Marzo de 2006