Esteban Féliz/APEl presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, permanece en la embajada de Brasil. Un grupo de diplomáticos ayudó a que el presidente depuesto y el interino Roberto Micheletti firmaran un acuerdo para que Zelaya volviera al gobierno.
GOLPE DE ESTADO El presidente depuesto de Honduras se mostró satisfecho con el acuerdo al que llegaron con el presidente interino Roberto Micheletti, pero advirtió que la resolución del conflicto "apenas empezó". Viernes 30 Octubre 2009
El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, afirmó que está satisfecho con el acuerdo alcanzado con el gobierno interino que encabeza Roberto Micheletti, pero advirtió que el pacto aún podría naufragar. Desde la embajada de Brasil en Honduras, Zelaya dijo a BBC Mundo que es el Congreso de su país el que tiene ahora la más alta responsabilidad en la conclusión del conflicto.
Zelaya fue removido del poder por la fuerza el pasado 28 de junio. Cuatro meses después, y varios intentos frustrados de negociación, el político reconoce que un factor determinante en el acuerdo logrado la víspera fue la llegada de la última misión diplomática de Estados Unidos a Tegucigalpa, además de la presión social e internacional.
Sus voceros afirman que los militares hondureños mantienen un cerco en la embajada, con aparatos para bloquear llamadas. Una de ellas entró y en el minuto y medio que pudo durar la conversación, Zelaya señaló que el continente ya no tolera el militarismo.
¿Está satisfecho con el acuerdo?
"Sí, claro que sí. Es el principio de la restitución que se va a dar en los próximos días".
¿Por qué se consigue este acuerdo hasta ahora?, ¿cuál fue el factor determinante?
"La presencia de Estados Unidos, la resistencia del pueblo que todavía ayer tuvo una manifestación aquí de más de 10.000 personas frente al hotel y, lógicamente, la presión internacional que ha sido extraordinaria.
"Europa, todos los pueblos de América, en su conjunto, no resisten, hay una alergia por el retorno del militarismo, y esto es lo más importante que ha sucedido en nuestro país".
¿Qué fue lo que planteó la representación de EE.UU. para destrabar la negociación?
"Es una posición moral, porque estaba acompañado por la OEA, acompañado por Naciones Unidas, en el sentido de no permitir el retorno de la violencia a nuestros países ni el régimen de fuerza, ni el uso de armas para quitar presidentes electos democráticamente, en un respeto a la carta democrática de la OEA.
"Ahora, no quiero decir que esto ya está terminado, esto apenas empezó.
"Si esto fracasara, que es una posibilidad, sería un desastre moral para todos los que estamos luchando por la democracia.
"El Congreso nacional tiene una altísima responsabilidad en darle punto final a este conflicto".
¿Está satisfecho con el acuerdo?
"Sí, claro que sí. Es el principio de la restitución que se va a dar en los próximos días".
¿Por qué se consigue este acuerdo hasta ahora?, ¿cuál fue el factor determinante?
"La presencia de Estados Unidos, la resistencia del pueblo que todavía ayer tuvo una manifestación aquí de más de 10.000 personas frente al hotel y, lógicamente, la presión internacional que ha sido extraordinaria.
"Europa, todos los pueblos de América, en su conjunto, no resisten, hay una alergia por el retorno del militarismo, y esto es lo más importante que ha sucedido en nuestro país".
¿Qué fue lo que planteó la representación de EE.UU. para destrabar la negociación?
"Es una posición moral, porque estaba acompañado por la OEA, acompañado por Naciones Unidas, en el sentido de no permitir el retorno de la violencia a nuestros países ni el régimen de fuerza, ni el uso de armas para quitar presidentes electos democráticamente, en un respeto a la carta democrática de la OEA.
"Ahora, no quiero decir que esto ya está terminado, esto apenas empezó.
"Si esto fracasara, que es una posibilidad, sería un desastre moral para todos los que estamos luchando por la democracia.
"El Congreso nacional tiene una altísima responsabilidad en darle punto final a este conflicto".