APROPIACION
INDEBIDA
“Todo intento de hacernos mal, Dios intenta convertirlo
en bien”
(Gen. 50:20)
A partir de 2005, cuando se iniciaron las aparentes
primeras expropiaciones, el comandante presidente ordenó mediante la Ley de Tierras aprobada en
2002, un decreto con fuerza de ley, la expropiación de latifundios y tierras
aparentemente improductivas. Este programa ha continuado durante su gobierno hasta incluso dar
autoridad a gobernadores para llevarlo a cabo, como parte de un beneficio para
unos y empobrecimiento para otros. Debido a esto, las importaciones de
alimentos se han quintuplicado, convirtiendo a Venezuela en un país altamente
dependiente del exterior.
Podríamos considerar esto más bien, como una medida
comunista.
Muchas empresas que claman justicia hoy, para ese
tiempo por miedo, se hicieron de la vista gorda. Así fue sucediéndose a través
de los subsiguientes años. Nadie le importaba lo que estaba sucediendo; solo
los afectados de turno pedían justicia. Para ese entonces la popularidad
del comandante se mantenía aún alta. Sucesivamente a medida que se iba
expropiando decaía en porcentajes. Una vez culminadas las recientes elecciones
a la asamblea pudimos notar, que la perdida de su popularidad era
bastante mayor de lo que pudimos imaginar. Igual ocurría con las televisoras,
inclusive la de mayor popularidad hoy en el país fue la que menos se solidarizó
con sus colegas.
Chávez sabía que poco a poco y con la
consigna de “divide y vencerás” fue sorprendiendo al venezolano. Cuando le
convino colocó al gremio docente en su mejor momento, o sea, que a cada uno le
dio lo que le interesaba recibir como doble compensación mientras descompensaba
a otros al tiempo que aumentaba las misiones y ofrecía bancos para la mujer,
etc. También pensó que apoyando a la
tercera edad con el cuento que todos merecen su pensión volvería a ganar su
perdida popularidad, a la vez que desprestigiaba al gremio médico y
seguidamente al profesorado. Solo faltaban los militares.
Hoy las empresas más fuertes son su objetivo
final y ya están sentenciadas como es su costumbre apoderarse de todo lo
productivo: La Polar
y Carguill. El cuento es justificar la inseguridad alimentaria. Este proceso de
empobrecimiento no es más que apropiación indebida ya que la intención conlleva
el saqueo de los bienes y la negación de oportunidades reales de libertad
comercial. La hipócrita intención no es nada más que pasarla a propiedad inmediata al servicio de un solo dueño y Señor.
Que doloroso y triste es ver el grado extremo al
que llega la codicia y el egoísmo de un hombre resentido y humillante que
a fuerza de apariencia, pretende ante el mundo ser benefactor enviando a
otros países ayuda y donaciones de las que carecemos en el país, mientras que a fuerza de bombas lacrimógenas y
círculos viciados, quieren obligarnos a agradecer la explotación de la cual
somos victimas, renunciando al derecho
a la huelga en reclamo de nuestros beneficios inmediatos como lo es la salud,
educación, servicios públicos y la inversión social; así es como trata al soberano este ser: con amenazas y privándonos
del privilegio adquirido según la ley, tales hechos afectan la
libertad, dignidad y autonomía de este noble pueblo.
El
peor de los males que puede afectar a una sociedad es que sus dirigentes se
desvíen de los sagrados preceptos de la Constitución, hasta pervertir el concepto de justicia haciendo
ver como justo lo que es injusto. El hambre y el alto grado de corrupción
política, han prostituido salvajemente a nuestro país.
Esta aparente fuente de fortaleza frecuentemente ha
demostrado también ser una fuente de debilidad ya que todos sus intentos por
hacernos mal Dios los convertirá en bien. Más tarde que
pronto le pedirá cuenta a quien no ha sido más que
un instrumento de castigo para nosotros. No por ello será liberado de su
responsabilidad por tantos males causados. Es tiempo que la historia y la
conciencia de todo empiece a juzgar y hacer desaparecer las ideologías que se
resguardan detrás de estas formas de pensar. Todo
esto será decisivo para devolvernos la esperanza.
Está pronto el día en que tanto nuestros exiliados
como los hijos de esta nación volverán para reconstruir tan deteriorado país
sobre bases más serias y sagradas. Todos estos acontecimientos que se suceden
hoy incluyendo dictadores, ya han sido sometidos desde muchisisimos años atrás,
por lo cual se hace inminente su reversión. El mal por muy poderoso que pretenda
parecer jamás triunfará sobre el bien porque del cielo siempre llueve
fortaleza.
Afectuosamente,
Imperfecto.
VINICIO GUERRERO
MENDEZ
“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y
expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus
opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones y el de
difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
(Art.19 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos)
IMAGEN: Punto Cero