El soldado que hundió a Venezuela
Niña de la Calle
(@NinaDeLaCalle En Twitter)
CARACAS(infoCIUDADANO)
22/Enero/2011
(@NinaDeLaCalle En Twitter)
CARACAS(infoCIUDADANO)
22/Enero/2011
Pido disculpas a mis queridos amigos y queridas amigas por no
aparecer por estos lares con la frecuencia que una quisiera, y sé que me
han reclamado insistentemente y les agradezco sus muestras de cariño.
Pero es que cuando tenemos que escribir sobre podredumbre, porquería y,
dicho sea con todos los respetos, pura caca maloliente, una teme las
salpicaduras que la puedan dejar pringada como consecuencia de tanta
basura y putrefacción que la rodea.
Por fortuna, aún hay personas, es decir, individuos/as de la especie
humana, que se reconocen, o nos reconocemos, como civilizados/as frente a
otro resto inmundo que ejerce el animalismo y el salvajismo más
troglodita, que es el que caracteriza a la otra especie no humana o,
diría, más bien, inhumana, que llegó para apoltronarse y desgobernar al
país. Ello gracias a los descerebrados que nos gobernaron con
anterioridad, y a los que les debemos expresar nuestro reconocimiento y
quedarles agradecidos por y para siempre por habernos metido de lleno en
el lodo glutinoso de los tiempos prehistóricos.
Muchos acontecimientos han ocurrido en Venezuela durante los últimos
meses y, desgraciadamente, ninguno para bien, excepto el de la vuelta de
la oposición a la Asamblea Nacional (AN). La inflación, por ejemplo, es
un disparate (una de las más altas del mundo), con ajustes cambiarios
de chifladura que repercuten de inmediato en los salarios. Los pobres
son cada vez más pobres y, por ende, son los que más sufren la carestía
de la vida; por lo que, la gran mentira del “hombre nuevo” y de la
“felicidad”, que tanto gusta pregonar a “Chavinator” y demás voceros/as
de este régimen anclado en la corrupción, cae por su propio peso.
Alimentos de variado tipo y de primera necesidad, medicinas y otros
productos necesarios, ya casi hay que buscarlos con lupa… en el supuesto
de que se encuentre una lupa, claro. Viviendas, mejor ni hablar, etc.,
etc., etc.
El milico impresentable de Miraflores berrea cada vez más fuerte
porque se le mueve el piso y no encuentra asidero para sostenerse y,
esto es importante decirlo, hay que seguir zarandeándole los cimientos
hasta que caiga. ¿Y cómo? Democráticamente, por supuesto y sin ninguna
duda. La movilización permanente de la sociedad civil es parte
fundamental para destruir regímenes trasnochados y totalitarios o con
tendencia al totalitarismo (nuestro caso)… y no se puede bajar la
guardia en ningún momento.
Alguno que otro, también de corte fascista (estos extremistas
cavernarios, unos, de derechas, y otros, de izquierda, son exactamente
lo mismo), ha criticado por aquí que se salga a la calle, pero, es
justamente esto, la toma de las vías urbanas y las protestas masivas,
las que ponen de manifiesto, tanto en el interior como en el exterior,
ante qué cosa extraordinaria nos encontramos y qué aberración se está
denunciando.
Se realizan desde aquí propuestas imposibles de llevar a buen término
en las actuales condiciones, llamando, por ejemplo, a la desobediencia
civil, y no se tiene en cuenta, o se desconoce a sabiendas y con otras
intenciones, que a lo que en Venezuela denominamos sociedad civil le
falta mucho para lograr estar articulada, vertebrada, organizada y, de
esta manera, poder alcanzar el éxito en las convocatorias. Un ejemplo de
desobediencia civil ha sido la proclama de los alcaldes de la oposición
que se niegan a reconocer leyes emanadas de la habilitante, pero, hasta
ahí y por lo pronto.
Hay otras muchas formas de desobediencia civil, como podrían ser los
actos de insumisión colectivos contra leyes que contravengan o vulneren
flagrantemente la Constitución y que por su manifiesta ilegalidad no
pueden obligar, pero que deben ser siempre ejecutados de forma
consciente, pública, pacífica y no violenta. Sin embargo, para lograr
acuerdos en este sentido y convocatorias o concurrencias exitosas hace
falta mucha organización, mucho esfuerzo, mucha solidaridad, mucho
sacrificio… y las ideas claras.
Este tipo de regímenes se consolida mucho más cuando se produce la
dimisión colectiva de la sociedad civil, y esto es lo que no debe, ni
puede, ocurrir. La desmovilización ciudadana, por las causas que sean
(apatía, aburrimiento, cansancio, desinterés, etc.), son causa y efecto
de la permanencia en el poder de estos antisociales, ladrones y
malandros que llegaron ahí para hacer su agosto y enriquecerse… no
resolviendo ni uno solo de los problemas que están reventando a diario
en la cara de los/as ciudadanos/as, sino, al contrario, agudizándolos.
Y es que, cuando el oscurantismo, el ocultismo y la nula
transparencia acerca de adónde van a parar los dineros del erario
público, más una gestión pública que, aparte de enigmática, es un
desastre mayúsculo, siendo éstas las pautas de conducta del Gobierno y
resto de delincuentes comunes que lo secundan, es porque la corrupción
está instalada hasta lo más profundo de las entrañas del régimen.
Decía Simón Bolívar que: “La continuación de la autoridad en un mismo
individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos
democráticos…”, así que, no le vamos a dejar, por mucho que se empecine
en mantenerse en la poltrona, porque el sentir y el deseo de la mayoría
de los/as venezolanos/as es recuperar gobiernos auténticamente
democráticos que consoliden la democracia, no un teatrillo cantinflesco
como el que nos ofrecen en estos momentos militares contrarios al
constitucionalismo. Ya llevan 11 años y pretenden perpetuarse, por lo
que hay que trabajar duro, con tesón y sin miedo, para expulsarles
definitivamente del poder que de un modo tan nefasto han gestionado.
Así, pues, en esta línea de apoltronarse contra viento y marea,
porque las ve venir, holgazaneando y repitiendo sandeces y burradas
todos los días, “Chavinator” decide acaparar más poder y les pide, a sus
adláteres cabezas de pájaro y de tarro de la Asamblea Nacional, más
habilitante, es decir, más poderes especiales para legislar sobre lo que
ha sido incapaz de establecer por leyes durante 11 años anteriores, ya
que, ahora sí…
Ahora sí que la vamos a tener buena, porque cuanto más poder acumula
menos atina, y seguro que, como espléndido charlatán de feria que es, no
comeremos, pero nos venderá gafas de sol para los días nublados,
oscuros y con lluvia, porque, como bien decía Jean de La Bruyére
(1645-1696): “Es una gran miseria no tener suficiente espíritu para
hablar con propiedad, pero es mayor miseria todavía no poseer suficiente
juicio para saber callar a tiempo”… y ya sabemos lo que hay, ¿o todavía
no?
No les aconsejo yo que compren y usen esas gafas de sol, porque
pudieran ser un híbrido chino-iraní-bielorruso y perder la vista por
completo, que es lo que quiere el que te conté para poder hacer de las
suyas sin que nadie le vea.
Por lo tanto, la opción que le queda a “Chavinator” es la de
enrocarse, a la vista de que va perdiendo parcelas de poder y porque
cada vez que habla y ordena ejecutar alguna acción lo hace muchísimo
peor; como el desafuero de seguir expropiando tierras a tontas y a
locas. Empero, como en el juego de ajedrez, la amenaza de perder la
silla que tiene ya clavada (posiblemente, claveteada más que clavada) al
suelo en Miraflores, lo tiene realmente desquiciado y fuera de sí.
Supongo yo que sus intestinos no deben de andar muy felices.
Por último. A falta de un líder carismático en la oposición, que ya
saldrá y no hay porqué preocuparse excesivamente por este asunto, los 67
diputados opositores en la Asamblea Nacional deberían encabezar
cualquier acto de protesta en la calle y sea el ramo que sea el
convocante, porque se les necesita ver al pie del cañón (sólo es una
expresión, pues, como saben, soy pacifista convencida) y no sólo
discutiendo, acalorada o fríamente (depende de la temperatura), en la AN
o, en su caso, envueltos en papeles en alguna que otra comisión
parlamentaria.
Ya hemos podido comprobar cómo “Chavinator” vino del pasado, pero no
para trasladarnos al futuro y mejorar, no. Vino para destruir todo lo
que encuentra a su paso y retrotraernos otra vez a un pasado envuelto en
tinieblas, volver al taparrabos, blandir la lanza, hacer fuego con dos
palitos y tocar tambores. No importa que siga buscando todo tipo de
pretextos para perseguir y encarcelar a opositores, o aliente a sus
huestes, siempre vociferando, pogromos contra gente indefensa, porque,
no les quepa la menor duda… PAGARÁ por el daño que haya ocasionado a
miles de familias venezolanas y por todas y cada una de las injusticias
que haya cometido.
No hay que desfallecer, porque el premio será aquello a lo que
tenemos derecho y que volverá más temprano que tarde, esto es, la
tranquilidad y la convivencia en paz; pero, eso sí, hay que trabajar muy
duro y sin desmayo para alcanzarlo.
ILUSTRACIÓN: @milagrosblue para infoCIUDADANO.