“Vayan a la base”
Por: Gliceria Gil
24.01.2011 09:33 am
En días pasados recibí un mensaje de texto emanado de un ente
gubernamental, en el cual me invitaban a “comprar venezolano”. Como amo
tanto a mi país busqué unos churupitos y me fui para un abasto de esos
que antes no era pero ahora sí es nuestro. Al llegar me asombré por la
larga “cola” que había, tanto de carros como de personas a pie. En ese
momento pensé que éramos muchos los compatriotas que deseábamos apoyar a
nuestra nación y que a juzgar por la cantidad de gente, algo bueno
íbamos a conseguir allí.
Pero mi desconcierto fue grande cuando me enteré que el gentío se
debía a que estaban vendiendo electrodomésticos “Made in China” a
precios de gallina flaca y para eso debía hacer mi fila y esperar que me
dieran un número. ¿Pero, y entonces, cómo va a ser esto? ¿Y por qué
artefactos chinos y no venezolanos? Por mucho que argumenté que yo lo
único que quería comprar era comida no me dejaron avanzar pues la
muchedumbre pensaba que solo trataba de colearme.
Bueno, me metí mis reales en el bolsillo y recordé que ya había
consumido pollos brasileños y carne argentina. Es más, los zapatos que
llevaba puestos también eran brasileños y el mes pasado había comprado
ropa interior colombiana. “Qué remedio”, me dije. “Eso es lo que hay”.
De regreso a casa me conseguí con una amiga quien muy eufórica me contó
que a su niña le habían regalado en su colegio una computadora
brasileña. Yo me pregunté, “¿y la fábrica de esos aparatos que nosotros
tenemos en Falcón. Será que ya no funciona?
Pero la tapita del frasco fue cuando vi por la televisión que nuestro
Presidente les ofrecía a los damnificados, maqueta por delante, casas
que vendrán a hacer desde China, Rusia y Bielorrusia. Y después me
llaman a mi traidora a la patria porque quiero conocer el imperio
yanqui. De verdad, estoy empezando a creer que los venezolanos que
laboran en el campo de la construcción son unos flojos y no quieren
trabajar.
Con todo respeto señor Presidente, dígales a los demás gobernantes y a
los integrantes de su entorno, que indaguen por qué tardan tanto en
darles los permisos necesarios a los que construyen las casas y
edificios. Por qué no se fabrican los materiales necesarios en las
empresas nacionalizadas, como por ejemplo las de Guayana, donde hacen
las cabillas, el aluminio, etcétera y aquellas que producen el cemento y
otros componentes para acelerar estos proyectos que muy bien podrían
ser realizados por nuestros coterráneos. Pregúnteles en qué se basan
para traerle chismes, engaños y mentiras. Pídales que investiguen, que
comiencen desde abajo, o sea, que vayan a la base y así usted también
podrá ayudar mejor al país comprando venezolano.
FUENTE: Noticias de Aquí