LA INFIDELIDAD
Hablar de la infidelidad es un tema por demás
escabroso, siempre al nombrar esa palabra, se piensa en la traición conyugal,
sin embargo, hay diversas clases de infidelidad; en principio es sabido que es el cumplimiento de un compromiso adquirido
sea con los novios, las parejas, los amigos, la familia, la religión o en este
caso, con la Patria. Vale decir que la palabra o el término fidelidad se hace
presente al respeto y fiel cumplimiento de un pacto explícito o implícito de
cualquier situación convenida o no.
Ergo, ser fiel significa pensar adecuadamente en
los casos adversos o no de las diferentes situaciones. Para ello la persona
involucrada en este pacto, está en el deber de anteponer su propio criterio –en
casi todos los casos, equivocado-, a convertirse en fiel cumplidor con el
compromiso adquirido. Cuando de parejas se trata, la presencia del compañero ha
de estar siempre dispuesto para lo que haga falta. En caso contrario, la pareja
se califica de infiel.
No ocurre así cuando se trata de desvirtuar la fe,
la esperanza y la confianza que los pueblos depositan en sus gobernantes,
quienes prefieren aplicar la infidelidad
que significa traición, desconfianza y desvergüenza antes de cumplir sus promesas y compromisos con su patria y su
bandera; por tanto, en su acepción mas común se puede decir que la infidelidad
es romper ese pacto tácito de lealtad con su país, ocasionando situaciones
incomprensibles como países en decadencia, hijos perdidos, familias destruidas
y desmembradas por la codicia, el odio, la manipulación, la corrupción, el
resentimiento y la maldad; por lo antes dicho, la infidelidad es la ruptura
total de cualquier compromiso que se haya adquirido y que sin ningún átomo de
vergüenza se quebrante libremente.
Dejando dicho que cuando una persona toma las
riendas de compromisos tan gigantes como son las riendas de una familia, empresa
o país, no hay que hacer daño porque no hay nada que le justifique sus malas
acciones para causar el dolor ajeno, antes por el contrario, debe prevalecer el
amor, el respeto, la confianza, la amistad, la tolerancia, y el perdón que son
las bases sólidas para mantener y sostener un predicado. Hay que actuar bajo un
resentimiento social y absoluto, para no entender las consecuencias graves que ocasionan la
traición y que dejan en los pueblos la tristeza, la desilusión, la
desesperanza, la confusión y el desanimo en medio de un caos total.
Por lo tanto, antes de convertir su egoísmo –para
llevarlo como bandera-, es preferible
dejar las puertas abiertas al diálogo, con la finalidad de resolver los
problemas, ayudar a cambiar las cosas para mejorarlas, en lugar de arruinarlas,
destruirlas, traicionarlas, a sabiendas que su actitud están dañando a un país
noble, franco, libre de ruindades pero en cambio, si lo que desea es su propio
beneficio sin ayudar al ser humano, entonces deja libre el camino para que el
país se rehabilite, así como
también la condición del ser humano.
DIOS BENDICE A VENEZUELA
Yayitta55@hotmail.com