Rumbo
al Comunismo
Fernando Ochoa Antich
No lo digo yo, ni
nadie de la oposición, lo afirma descaradamente el propio Hugo Chávez en la
introducción del “Decreto con rango, fuerza y valor de Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana”. Sin sonrojarse dice: “Con el supremo compromiso y voluntad de
lograr la mayor eficacia política posible y calidad revolucionaria en la
construcción del socialismo, la refundación de la Nación venezolana, basado
en los principios humanísticos, sustentado en condiciones morales y éticas que
persiguen el progreso de la
Patria y del colectivo por mandato del pueblo y en ejercicio
de las atribuciones que me confiere el artículo 236 de la Constitución… dicta”.
Realmente, estoy sorprendido. Nunca creí que se atreviera a una acción tan
audaz y aventurera.
El artículo 238 de la Constitución Nacional dice
claramente que “la
Fuerza Armada Nacional constituye una institución
esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado
para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la
integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación
en el mantenimiento del orden público…. En el cumplimiento de sus funciones,
está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o
parcialidad política alguna”… Este artículo resume la doctrina constitucional
de lo que
debe ser nuestra
Fuerza Armada. Allí no aparece por ningún lado “la mayor eficacia política
posible y calidad revolucionaria en la construcción del socialismo”.
Esta frase compromete
de manera definitiva el sentido apolítico de la Fuerza Armada al colocarla al
servicio de un partido y de un ideal
político determinado, violando flagrantemente el artículo 2 de la Constitución
Nacional que establece el pluralismo democrático como uno de
los principios fundamentales de nuestro sistema político. El problema es aún
mucho más complejo. Se deben considerar, al mismo tiempo, tres elementos que se
relacionan estrechamente: la cercanía de las elecciones presidenciales en
diciembre de 2012, la inconstitucional candidatura de Hugo Chávez y la importante
caída en su popularidad que muestran todas las encuestas. Además, se intenta
destruir el profesionalismo militar. Veamos,
Durante el régimen
chavista se han aprobado tres reformas de la
Ley Orgánica de la FAN. Todas han tenido
un solo objetivo: debilitar a la Fuerza
Armada Nacional mediante la
destrucción de sus valores tradicionales. Temeroso de una reacción, Hugo
Chávez fue, poco a poco, comprometiendo su cohesión interna, el compañerismo y
el espíritu de cuerpo. Empezó con el Plan
Bolívar 2000, continuó con el masivo empleo de militares en cargos
públicos y la purga en los altos mandos después del 11 de abril de 2002. Ahora,
el objetivo de esta reforma es darle legalidad a la Milicia Bolivariana
para poder fortalecerla para transformarla en un verdadero contrapeso de la Fuerza Armada Nacional. La
cercanía de las elecciones obliga a apurar el paso.
Los miembros activos
de la FAN deben
leer con detenimiento esta nueva reforma. Les resumiré lo que más me ha
preocupado. Se crea un curioso grado militar para el presidente de la República y se le dan
potestades para el mando operacional de la FAN; se conserva el criterio de lo que significa la Milicia Bolivariana
pero, al mismo tiempo, se irrumpe contra el profesionalismo militar al crear
las categorías de oficiales de comando, técnico, asimilado, de tropa y asimilado técnico para después al
enumerar los oficiales efectivos establecer la figura del oficial de milicia.
Lo más curioso es que a los oficiales técnicos y de tropa se le limita el
ascenso hasta general de brigada y teniente coronel y a los de la milicia no se
les establece ni condiciones ni límite
en la obtención de los grados militares.
La reflexión de ustedes,
profesionales militares, tiene que orientarse a establecer el impacto que
tendrá en el prestigio de la FAN
poder obtener el grado de oficial sin ningún tipo de exigencia académica ni
mérito en el servicio, ya que curiosamente en el artículo 66 de esa nueva Ley
se mantiene que “pertenecen a la categoría de Milicia quienes, sin ejercer la
profesión militar, manifiestan su voluntad de ingresar a la Milicia Bolivariana
y al ser movilizados cumplen funciones en la Seguridad y Defensa
Integral de la Nación
como militares en la condición de oficiales de milicia, sargentos de milicia y
milicianos”. Esta acción retrotrae a la
FAN al tiempo de nuestras montoneras y guerras civiles. Se
pierden cien años de historia y de esfuerzo de varias generaciones militares.
Caracas, 27 de marzo de 2011.