VINICIO GUERRERO MÉNDEZ ///
ESAS MUJERES DE BLANCO
“El amor siempre saldrá victorioso, el amor todo lo puede”
(Sor Teresa de San Agustín)
(Sor Teresa de San Agustín)
La
enfermería es una profesión inherente al dolor y a las necesidades
humanas. Debe ser considerada como algo muy serio en nuestras vidas. A
mi manera de ver son criaturas engalanadas con cualidades divinas muy
particulares,
que hacen que extiendan manos de bondad y de amor a quienes son
colocados a su cuidado. Podemos alentar esa conducta natural si les
concedemos la oportunidad de dar expresión a los talentos e impulsos con
que han sido bendecidas sus frágiles manos para curar heridas, bañar
enfermos, y otras cosas mas profundas.
Señoras de Blanco agradecido les estoy. Una vez en un espacio de tiempo interminable de mi vida, para legar el pasado fue exactamente en 1997 tuve la fortuna de permanecer bajo sus cuidados. Lamento profundamente no haber podido responder en forma individual a esas muchas expresiones de cariño, tales fueron de gran consuelo para nunca olvidar esa gran bondad.
¡Que tristeza! Hoy estas profesionales están en dificultades ante la imperiosa necesidad de un sueldo acorde a este sacrificio personal, aunado al peligro de perder su empleo como medio de subsistencia debido a que la economía prima en algunas instituciones y centros hospitalarios tanto públicos como privados Muchas sufren la impotencia de las políticas lesivas de la salud.
Increíble que ustedes, personas de trato humano que dejan sus problemas y sus hijos en casa para venir diligentes, presurosas y alegres, armadas con el escudo de la fe y fortalecidas con las armas de una gran confianza a animar a los inválidos a caminar, y, los desahuciados a recuperar su salud estén padeciendo tanta crueldad.
No puedo creer que ustedes las que en ocasiones abandonan todo cuidado de sí mismas; que ven consumirse y desgastarse miserablemente sus vidas, en esas largas noches de vigilia en beneficio de sus pacientes tengan hoy la necesidad de una huelga de hambre para ser escuchadas.
Y que pena tener que decirles que nosotros como pacientes una vez recuperados de nuestros males las sepultamos en el olvido, pagándoles con ingratitud esos bellos gestos de humildad y cordiales atenciones que gozosamente nos dispensaron. Una sonrisa de agradecimiento muchas veces ignoramos por la premura de nuestra partida.
¡La oración! No la dejes nunca por nada. Ella da brillo a tus ojos, ardor a tu corazón, fuerza a tu voluntad. Persevera todos los días, sin desistir y Dios te escuchará.
Afectuosamente,
Imperfecto.
VINICIO GUERRERO MENDEZ
Señoras de Blanco agradecido les estoy. Una vez en un espacio de tiempo interminable de mi vida, para legar el pasado fue exactamente en 1997 tuve la fortuna de permanecer bajo sus cuidados. Lamento profundamente no haber podido responder en forma individual a esas muchas expresiones de cariño, tales fueron de gran consuelo para nunca olvidar esa gran bondad.
¡Que tristeza! Hoy estas profesionales están en dificultades ante la imperiosa necesidad de un sueldo acorde a este sacrificio personal, aunado al peligro de perder su empleo como medio de subsistencia debido a que la economía prima en algunas instituciones y centros hospitalarios tanto públicos como privados Muchas sufren la impotencia de las políticas lesivas de la salud.
Increíble que ustedes, personas de trato humano que dejan sus problemas y sus hijos en casa para venir diligentes, presurosas y alegres, armadas con el escudo de la fe y fortalecidas con las armas de una gran confianza a animar a los inválidos a caminar, y, los desahuciados a recuperar su salud estén padeciendo tanta crueldad.
No puedo creer que ustedes las que en ocasiones abandonan todo cuidado de sí mismas; que ven consumirse y desgastarse miserablemente sus vidas, en esas largas noches de vigilia en beneficio de sus pacientes tengan hoy la necesidad de una huelga de hambre para ser escuchadas.
Y que pena tener que decirles que nosotros como pacientes una vez recuperados de nuestros males las sepultamos en el olvido, pagándoles con ingratitud esos bellos gestos de humildad y cordiales atenciones que gozosamente nos dispensaron. Una sonrisa de agradecimiento muchas veces ignoramos por la premura de nuestra partida.
¡La oración! No la dejes nunca por nada. Ella da brillo a tus ojos, ardor a tu corazón, fuerza a tu voluntad. Persevera todos los días, sin desistir y Dios te escuchará.
Afectuosamente,
Imperfecto.
VINICIO GUERRERO MENDEZ
vinguerrero@hotmail.com
FUENTE: Notivargas