China también tiene un problema de deuda |
viernes, 26 de agosto de 2011 | |
Muchos creen que China es la tabla de salvación de la economía mundial. Sin embargo, se trata de una economía pobre, bastante endeudada y con graves problemas de manejo.
El primer problema con ese país es que no hay transparencia con sus cuentas. Esto es típico en una economía centralizada y en la cual el gobierno reprime las distintas manifestaciones de oposición política.
Si bien China ha crecido aceleradamente en los últimos años, viene de un nivel muy bajo de desarrollo. Aún después del elevado crecimiento económico reciente, según el Banco Mundial su PIB per cápita a valores de paridad de poder adquisitivo (PPA) fue en 2009 de US$6.675. El promedio del planeta fue de US$10.671. El puesto que ocupó China en este indicador utilizado por la ONU para sus Informes de Desarrollo Humano fue el 91 entre 170 países, por debajo de Colombia (puesto 77 y US$8.870), Perú (puesto 79 y US$8.647), República Dominicana (puesto 81 y US$8.446), Ecuador (puesto 84 y US$8.280) y El Salvador (puesto 90 y US$6.721). Ahora bien, China ha acumulado unas significativas reservas internacionales (más de US$3.200 miles de millones) gracias a un boom exportador basado en una mano de obra barata, a la cual se le ha negado concesiones laborales como las que existen no solamente en países más avanzados sino también en la mayoría de los países de América Latina. En China, por ejemplo, se desconocen derechos sindicales básicos como los de protesta y huelga. A pesar de las significativas reservas internacionales y que el gobierno de China sostiene que su deuda en relación con el PIB es de apenas 17%, muchos analistas consideran que su situación es muy preocupante. Allá, el consumo representa apenas 34% de la economía, a diferencia de 70% en Estados Unidos y de 63% en Colombia. Lo demás es “inversión”. Pero una buena parte de esa inversión no se ha canalizado a atender las necesidades más apremiantes de la población. Es así como se han construido, y se siguen construyendo, ciudades enteras que están completamente deshabitadas, así como infraestructura de todo tipo para la cual no existe mayor demanda. Para financiar esta “inversión” ordenada por la burocracia central, el sistema financiero chino se ha embarcado en un frenesí crediticio que ha conducido a un sobreendeudamiento de gobiernos locales y empresas estatales, con la garantía de última instancia del gobierno central. O sea que una buena parte del PIB de China se ha inflado con “inversiones” públicas inoficiosas. Por otro lado, la respetada firma consultora Dragonomics estima que el verdadero nivel de endeudamiento público de China alcanza a 89% del PIB, y otros analistas igualmente serios la han calculado hasta en 160% del PIB, un nivel más alto que el de Grecia. En realidad China ha sido un país que ha bailado al son del capitalismo internacional. El componente más dinámico de su economía es la inversión extranjera que se ha radicado allí para aprovechar mano de obra barata y disciplinada, relativos bajos niveles de tributación, y una tasa de cambio manipulada a favor de los exportadores y en contra de los consumidores locales. Esta inversión extranjera se retraerá inevitablemente si la economía global cae en una segunda recesión. De manera que quienes han cifrado sus esperanzas en el motor de la economía china deberían ser más prudentes con sus expectativas. Y también quienes han magnificado el “milagro” chino, sin percatarse de sus debilidades y vulnerabilidades.
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FUENTE: La Nota.com
IMAGEN: Wikipedia
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