Mi respuesta a Hugo
Chávez y a su ministro de la
Defensa
Fernando Ochoa Antich.
Ustedes dos
están equivocados. Los venezolanos son un pueblo digno y valiente. No se
doblegan ante ninguna amenaza. En las elecciones de 2012 votarán como lo
indique su conciencia, pero estoy seguro que no lo harán por un régimen y un candidato
que los ha decepcionado y engañado. Han sido demasiadas las ilusiones que la
verborrea presidencial les ha creado en sus corazones. En política, no hay nada
más delicado que las decepciones. Los grandes cambios históricos son siempre
impulsados por ese sentimiento. Además, quiero decirles, para que lo entiendan
de una vez por todas, que los miembros de la Fuerza Armada Nacional conocen
perfectamente sus obligaciones constitucionales y la cumplirán plenamente.
Veamos que fue
lo que ustedes se atrevieron a decir para demostrarles a nuestro pueblo y a
nuestra Fuerza Armada, con la
Constitución en la mano, la verdad sobre sus afirmaciones: la
intervención de Hugo Chávez ocurrió, el 7 de agosto, en la entrevista con José
Vicente Rangel, en la Academia Militar.
Allí ya hay una primera inconsistencia. Un recinto, que para los militares es
sagrado, aunque el chavismo lo haya profanado con el slogan “Aquí nació la Revolución Bolivariana ”,
no debe ser utilizado para emitir declaraciones políticas como fue esa entrevista.
Tampoco es aceptable que en un acto militar un oficial activo, como es el
general Mata, aunque desempeñe el ministerio de la Defensa , declare sobre un
tema político de una manera tan agresiva y polémica.
En sus
declaraciones Hugo Chávez habla del pasado y del presente. Recuerda los hechos
militares del 4 de febrero de 1992 y del 11 de abril de 2002. Intenta, sin
lograrlo, presentarlos como actos heroicos y éticamente admirables. Realmente
no fue así. Los militares venezolanos deben conocer que el 4 de Febrero fue una
traición de Hugo Chávez a sus superiores y a sus subalternos, que violó su juramento
de soldado y condujo a sus subalternos a la muerte. El 11 de abril, lo reconoce
con absoluto descaro, fue una crisis política provocada por él mismo, sin
importarle las trágicas consecuencias que produjo. La desobediencia militar fue
producto de los muertos que generaron los actos de violencia incitados por la
prédica, ordenada desde Miraflores, de los dirigentes chavista,
Al
hablar del presente, como es natural, la entrevista se refiere a las elecciones
presidenciales del año 2012. Hugo Chávez, rechaza la idea de que el destino de
la revolución se va a jugar en esas elecciones, y ratifica que ese destino sólo
se puede consolidar si se logra fortalecer “la organización y movilización
popular, la unidad del pueblo y la alianza cívico militar”. Este último punto
es muy curioso. En realidad, lo que se plantea es una supuesta unión entre la Fuerza Armada
Nacional y el PSUV. Hugo Chávez, olvida con facilidad el contenido del artículo
328 de la
Constitución Nacional , que claramente establece que la Fuerza Armada “en el
cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso de
persona o parcialidad política”.
Al continuar la
entrevista, Hugo Chávez y José Vicente Rangel, en un bien orquestado plan, insinúan
que la oposición desconocerá el triunfo de Hugo Chávez. Eso no está planteado. La Mesa de la Unidad siempre ha mantenido
que respetará el resultado si es legal y legítimo. Ese es el quid del asunto. ¿Se puede confiar
en un Consejo Nacional Electoral con una composición de 4 a 1a favor del oficialismo? Definitivamente,
no. De todas maneras, los testigos de la oposición enfrentarán el fraude en
cada mesa electoral y la oposición democrática, con las actas en la mano y el
pueblo en la calle, reclamará el triunfo. Si los resultados no coinciden, el
problema es del gobierno. De lo que si estamos seguros, es que la Fuerza Armada
institucional hará respetar el resultado electoral.
El general Carlos Mata Figueroa, ministro de la Defensa , en un tono
agresivo y desconsiderado se refiere a las anteriores generaciones militares,
sin pensar que el profesionalismo militar en Venezuela tiene más de cien años.
También olvida que esas Fuerzas Armadas, de las cuales él denigra, eran una de
las dos instituciones, en el año de 1998, más prestigiosas de nuestro país. En
todas las encuestas competíamos con la Iglesia Católica.
No creo que eso ocurra ahora. También quiero recordarle que la Fuerza Armada no le sirve a un
gobierno en particular, sino a la
Nación , es decir a todos los ciudadanos. Vincular su destino
a los éxitos y fracasos de un gobierno es un verdadero despropósito. La Fuerza Armada es una
institución del Estado venezolano…
Caracas, 14 de agosto de 2011.