EL MURO ELECTORAL “AUTORITARIO”
VENEZOLANO
¡A 12 años de haberse construido un sistema
electoral parcializado!
Silvia Schanely de Suárez
Muy pocos recuerdan ya las bases electorales para ir a una Asamblea
Nacional Constituyente, de febrero de 1999, en el cual se establecía una nueva
metodología “plebiscitaria” para consultar al pueblo. Lo señalaba Arturo Sosa
sobre el carácter plebiscitario (El Universal, 07-02-99). Manuel Caballero lo
consideraba originalmente fraudulenta: “… una
de las perores farsas electorales que se hayan cocinado en la historia de los
comicios venezolanas” (El Universal 22-04-99). Se acercaba a lo señalado por
el entonces asesor de Chávez, Norberto Ceresole: “…no es un modelo ‘antidemocrático’, sino ‘post-democrático’” (en: Caudillo, Ejército y Pueblo -2000). Las cifras de la poca participación desconfirmaban
el modelo participativo, vistos en los casos del referéndum consultivo para ir
a la ANC del
25-04-99 en el que se produjo un 60 % de abstención. En la elección de los
miembros de la ANC
del 25-07-99 con un 59.92 % de abstención. En el referéndum aprobatorio de la
nueva Constitución del 15-12-99, en un 54.06 % de abstención. En la relegitimación de los poderes, llamada “las
mega elecciones” del 31-07-2000, un 43 % de abstención. Se podía señalar como
causa la desconfianza ante lo nuevo y la desconocida forma de participación
“popular”.
Sin embargo, luego de los episodios de 2002, el llamado a un referéndum
revocatorio contra el presidente de la república por iniciativa popular opositora
finalmente se dio en el 2004 de manera amordazada por “un Refirmazo” organizado
por un CNE controlado por el oficialismo y avalado internacionalmente por el
grupo Carter y la OEA. Sus
resultados invertidos 60-40 a
favor de la oposición -en encuestas a puertas de los centros de votación, a un 60-40 a favor del oficialismo
nunca se pudieron comprobar. La extensión del tiempo de votación hasta la
medianoche, la intimidación en la utilización de las capta-huellas que rompe el
secreto del voto -comprobado días después tras la revisión de apenas 1 % de las
actas y el informe de Tulio Alvarez sobre los resultados dudosos, así como sus
declaraciones sobre la localización de los software que invirtieron los mismos,
condujo al enorme incendio de la torre este de Parque Central, que costó
millones de bolívares a la república su recuperación.
Así sucedieron las elecciones municipales, estatales y parlamentarias de 2005, la oposición se
abstuvo de participar en la última pero no se atrevió a desconocer las nuevas
autoridades parlamentarias, electas apenas con el 28 % del electorado. Se
arrepiente y argumenta que fue un grave error el no participar. Todo ello
aunado a la continuación del uso de las Capta-huellas en los Estados más
poblados, el control absoluto de los Centros de cómputo del CNE y del Registro
Electoral por parte del Oficialismo, y luego la escogencia de una directiva del
CNE sin representación de los partidos opositores, sin el más mínimo
condicionamiento de revisar el Registro Electoral, y exigir una representación
imparcial en el CNE.
Nos acostumbramos a simular y pretender elegir autoridades en las
contiendas presidenciales de 2006, en la estatales de 2009, en las
parlamentarias de 2010 e incluso en la
consulta plebiscitaria para la reforma constitucional de 2007, cuando en los
casos anteriores la oposición logró
ganar en algunos Estados, la Alcaldía
Metropolitana , ganar efímeramente desaprobando la propuesta
socialista de la reforma Constitucional y habiendo triunfado con un 52% de los
votos, se dejaron enrolar, los cambios de los circuitos electorales.
¿Habiendo ganado la oposición algunas alcaldías, gobernaciones y escaños
parlamentarios, han podido ellos gobernar o legislar? ¿Acaso no terminó el
Régimen absolutista con el triunfalismo opositor de la reforma, aprobando todas
las leyes previstas en la reforma constitucional “socialista”, incluyendo el leit motiv de la reelección
presidencial? Es muy triste observar a nuestros parlamentarios opositores
quejándose de la mala gestión parlamentaria, habiéndose sentado triunfadores
con el 52 %, aceptaron el juego y la burla del simulacro democrático.
Estamos frente a una nueva parodia electoral, la más importante en los
últimos tiempos. Estamos por escoger la candidatura única opositora para la
elección presidencial, pero no estamos reclamando la revisión del Registro
Electoral sobre los electores fantasmas o sobre los doble cedulados, ni la
inclusión de las Capta-huellas en las maquinas de votación que acaba con el
secreto del voto. El Censo a celebrarse en septiembre aumentará millonariamente
los electores virtuales y continuaremos pretendiendo votar. ¿Es esto
Democracia?
Termino con una frase señalada por el historiador Germán Carrera Damas en
el 2001: “Cuando quisieron simular que
consultaban al pueblo, convirtieron la participación en grandes paradas
militares, en las cuales, el individuo, célula de la democracia, desaparecía en
un consenso orquestado desde un poder que había sorprendido valiéndose de la
mecánica de la democracia liberal representativa (…) La expresión se aviene muy
bien con las aspiraciones de quienes no esperan de la democracia, libertad e
igualdad, y que entienden la participación como una apropiación privilegiada de
la nación-botín” (La post democracia participativa / El Nacional
23-05-2001)
¡Mientras tanto el país desangra por todos los costados en la indolencia,
sin libertades, sin igualdades, sin democracia!
A exigir pues la auditoria del Registro Electoral, la separación de las
Capta-Huellas de las Maquinas Electorales, a revisar con lupa los resultados
del Censo que está por darse, y a escoger a un candidato, no para la
presidencia de la república, sino para presidir la transición hacia el camino
democrático, hacia la transparencia administrativa, hacia el equilibrio de los
poderes públicos.
Caracas 13 de agosto de 2011