Por: René Núñez. PORTACHUELO
Miseria se combate con progreso.
“La
acción de ir hacia adelante, de mejorar la condición humana” es lo que se
entiende comoprogreso. Mientras desarrollo, “al avance en los niveles de crecimiento
político, económico, social y cultural de una sociedad o país”. Temas hasta
hace poco ignorados y subestimados por la clase política venezolana. Muy pocos
candidatos en el pasado se atrevieron asumir estos temas como bandera
electoral. Guillermo Morón y Pedro Tinoco fueron unos de esos pocos venezolanos
osados que lo hicieron; y terminaron tildados de reaccionarios y conservadores
por sectores izquierdistas. Los mismos que ahora nos gobiernan convertidos en
enemigos del progreso y desarrollo nacional.
Carlos Andrés Pérez (CAP), en su segundo gobierno, intentó poner en práctica un modelo económico liberal de desarrollo rodeado de un equipo de primera integrado, entre otros, por: Miguel Rodríguez, Moisés Naím, Gerver Torres, Ricardo Hausman, Gustavo Roosen, Eglée de Blanco, Roberto Smith. Excelencia gerencial. Se restearon con la economía de libre mercado productiva y competitiva capaz de producir bienes y servicios para romper con el modelo rentista petrolero en una coyuntura donde los recursos escaseaban para mantener una economía subsidiaria y proteccionista. Sin posibilidades de otra opción mejor y conveniente a los intereses del país. En los 3 primeros años de la gestión de CAP se alcanzaron resultados macroeconómicos satisfactorios, pero a un costo social y político muy alto. La propuesta no tuvo comprensión menos paciencia ni apoyo de la sociedad. Pérez tuvo que lidiar con la oposición del Congreso, así como de sindicatos, medios de comunicación, intelectuales e incluso de su mismo partido, quienes mancomunadamente se confabularon en contra de su gestión, exigiendo volver a la política de subsidios, a sabiendas de que no había dinero para hacerlo.
Otro que estuvo siempre de lado de estos temas fue Eduardo Fernández, uno de los pocos líderes de la democracia que nos advirtió con antelación los riesgos acumulados del sistema democrático “el pueblo está bravo” cuestionando de manera sistemática el rentismo petrolero, la ineficiencia y poca transparencia de los gobiernos de turno. El político serio y valiente que salió en defensa de la democracia frente al intento de golpe de estado del actual presidente de la República, advirtiendo las consecuencias que representaba para los venezolanos la amenaza golpista en marcha; posición que después interpretó a su conveniencia política Rafael Caldera para desde el Congreso dar un discurso político oportunista justificando la asonada militar que lo catapultó de nuevo para su segunda presidencia. Por esa falta de visión y solidaridad inteligente democrática, hoy los venezolanos “justos como pecadores” pagamos las nefastas consecuencias del régimen que nos gobierna, un grupo de resentidos sociales enfermos de poder quienes desde sus inicios no han dejado de renegar las libertades, los derechos humanos, los derechos democráticos, el diálogo, el progreso y la paz social.
En estos últimos veinte años, países con altos índices de pobreza como: China, India, Brasil, Sudáfrica, Colombia, asumieron su lucha contra la miseria y pobreza con progreso; en cambio, Venezuela perdió ese camino para tomar uno en reversa. Fracasado y retrógrado.
Henrique Capriles nos ofrece como solución progreso, promoviendo equidad hacia la igualdad de capacidades y oportunidades con participación social. Acabar con el paternalismo de Estado, el populismo. La receta es la producción de empleos decentes, duraderos y estables mediante una cultura productiva con justicia, libertad y respeto. Un gobierno descentralizado y participativo de todos los sectores.
Internacionalista
Pueden oírme en Diplomacia de Micrófono, de 7:00 a 8:00 am por Skandalo 106.9 FM
Carlos Andrés Pérez (CAP), en su segundo gobierno, intentó poner en práctica un modelo económico liberal de desarrollo rodeado de un equipo de primera integrado, entre otros, por: Miguel Rodríguez, Moisés Naím, Gerver Torres, Ricardo Hausman, Gustavo Roosen, Eglée de Blanco, Roberto Smith. Excelencia gerencial. Se restearon con la economía de libre mercado productiva y competitiva capaz de producir bienes y servicios para romper con el modelo rentista petrolero en una coyuntura donde los recursos escaseaban para mantener una economía subsidiaria y proteccionista. Sin posibilidades de otra opción mejor y conveniente a los intereses del país. En los 3 primeros años de la gestión de CAP se alcanzaron resultados macroeconómicos satisfactorios, pero a un costo social y político muy alto. La propuesta no tuvo comprensión menos paciencia ni apoyo de la sociedad. Pérez tuvo que lidiar con la oposición del Congreso, así como de sindicatos, medios de comunicación, intelectuales e incluso de su mismo partido, quienes mancomunadamente se confabularon en contra de su gestión, exigiendo volver a la política de subsidios, a sabiendas de que no había dinero para hacerlo.
Otro que estuvo siempre de lado de estos temas fue Eduardo Fernández, uno de los pocos líderes de la democracia que nos advirtió con antelación los riesgos acumulados del sistema democrático “el pueblo está bravo” cuestionando de manera sistemática el rentismo petrolero, la ineficiencia y poca transparencia de los gobiernos de turno. El político serio y valiente que salió en defensa de la democracia frente al intento de golpe de estado del actual presidente de la República, advirtiendo las consecuencias que representaba para los venezolanos la amenaza golpista en marcha; posición que después interpretó a su conveniencia política Rafael Caldera para desde el Congreso dar un discurso político oportunista justificando la asonada militar que lo catapultó de nuevo para su segunda presidencia. Por esa falta de visión y solidaridad inteligente democrática, hoy los venezolanos “justos como pecadores” pagamos las nefastas consecuencias del régimen que nos gobierna, un grupo de resentidos sociales enfermos de poder quienes desde sus inicios no han dejado de renegar las libertades, los derechos humanos, los derechos democráticos, el diálogo, el progreso y la paz social.
En estos últimos veinte años, países con altos índices de pobreza como: China, India, Brasil, Sudáfrica, Colombia, asumieron su lucha contra la miseria y pobreza con progreso; en cambio, Venezuela perdió ese camino para tomar uno en reversa. Fracasado y retrógrado.
Henrique Capriles nos ofrece como solución progreso, promoviendo equidad hacia la igualdad de capacidades y oportunidades con participación social. Acabar con el paternalismo de Estado, el populismo. La receta es la producción de empleos decentes, duraderos y estables mediante una cultura productiva con justicia, libertad y respeto. Un gobierno descentralizado y participativo de todos los sectores.
Internacionalista
Pueden oírme en Diplomacia de Micrófono, de 7:00 a 8:00 am por Skandalo 106.9 FM
@renenunezr
FUENTE: Correo del Caroní