Abril 17, 2013
Todo empezó con una mentira fresca
Por Carlos E Méndez
Todo empezó por un fraude consumado acompañado de una mentira fresca y una promesa falsa por parte del candidato oficialista Nicolás Maduro, quien con la intención de dejar mal parado ante sus seguidores y el país al candidato opositor, dijo en una rueda de prensa que Henrique Capriles en una conversación privada entre ambos había intentado “negociar” su derrota.
Estos hechos produjeron malestar en el candidato Capriles y en sus seguidores, quienes de inmediato reaccionaron ante el fraude consumado, la mentira y la promesa rota sobre el reconteo de los votos. La rectora oficialista del CNE, la Sra.Tibisay Lucena, se negó obcecadamente a recontar los votos solicitados por el candidato opositor y sus seguidores que conforman más del 50% de la población votante, y en medio de las denuncias se precipitó a proclamar a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
Una mentira o calumnia, según el apóstol Santiago, es capaz de encender un bosque. Presumimos que los muertos, si los hubo, son de las filas de la oposición que se suman a los más de 50 asesinatos que se producen diariamente en el país, pero de los asesinos y saqueadores nunca se sabrá el paradero bajo este régimen delincuencial. En consecuencia, no son Capriles y su comando los responsables de los hechos registrados entre el día siguiente a las votaciones y el de la proclamación apresurada de Maduro como presidente, sino la burla y la mentira fresca del candidato Nicolás Maduro y la negativa contra la ley electoral por parte de la rectora del CNE quien se niega a recontar los votos. Es a la Sra.Tibisay a la que habría que meter entre rejas, ya que por ahora es imposible encerrar al presidente fraudulento.
Lo que apenas en tres días hemos visto no es el final de la protesta, sino el comienzo de la misma o la punta del iceberg que ha venido soportando el fraude sistemático en todos los referendos y elecciones celebradas en Venezuela durante los últimos 12 años. La Constitución Nacional y las leyes del CNE y reglamentos de la AN, así como la voluntad popular, han sido nuevamente pisoteadas por este régimen castrista y su pinocho calumniador.
Carlos E Méndez
- El miedo tocó a la puerta; la fe abrió y no encontró a nadie -