29 de abril de 2013 12:32 |
A mis
amigos, superiores y subalternos de ayer.
Vinicio Guerrero Méndez
"Ustedes
intentaron hacerme mal, pero Dios lo convirtió en bien" Génesis 50:20
La
amistad es uno de los más puros y nobles sentimientos humanos y generalmente
ellos se simbolizan con el corazón. Tengo que escribirles esto ahora que lo
siento y no esperar a que mi orgullo me sorprenda e intente pasar de la culpa
al resentimiento.
¡Que estúpido he sido! jamás
llegué a pensar que todo ese maravilloso tiempo compartido en las unidades
élites de la Fuerza Armada Nacional, donde sin pensarlo llegamos a
ser tan fraternales y sinceros amigos, hoy me resultara tan
doloroso, escribirles esta carta.
Siempre los consideré amigos y
en realidad nunca tuve la oportunidad de agradecérselos. Lo estoy
escribiendo para recordarlo, porque prefiero rememorarlos con esa dulce
humildad que los caracterizó una vez, que vivir resentido por su falsa
actitud el resto de mi vida.
Muchos de nuestros problemas se han
originado debido a conflictos egoístas y de ambiciones personales y políticas
más que laborales. Es inútil culpar a nadie por ser lo que habitualmente
somos. Si todos fuéramos perfectos, eso no importaría; pero no lo somos.
Discordamos en un sentido o en otro con la armonía natural. Ya
es tiempo de deshacernos de las terribles molestias de la actitud defensiva, el
resentimiento y el rencor, porque dependemos de otros para poder realizar las
tareas que nos beneficien, a esto se le llama el bien común.
Los sucesos
prósperos de la fortuna no deben enorgullecer a los hombres. Deben ser siempre
humildes, aun en las horas de mayor gloria. La verdadera gloria está en la
virtud con que ejerzan sus responsabilidades por las que han sido nombrados y
en la justicia de sus decisiones.
Hoy muchos
de ustedes se muestran envanecidos y orgullosos Un gran caudal
de impertinencia se ha hecho presa de ustedes. Incluso algunos
emiten opiniones de política que yo mismo reconociendo
total ignorancia, me he atrevido a diatriba alguna respetando
sus opiniones.
La vida del hombre es una serie de
calamidades. Hoy los veo cegados por la pasión, deben librarse
primeramente de esos egoísmos que los empañan. Al final
se convencerán de cuán diferente es de lo que se figuran hoy.
En cuanto a mí, sigo creyendo
profundamente en el ser humano. Les diré que sigo siendo el mismo, religioso,
reverente, respetuoso y no creo que tenga nada que enseñar a nadie, sin
embargo, cada día me sumaría gustosamente a los que quieren aprender, porque en
nosotros hubo, hay y habrá miedo pero siempre, a Dios es al
único a quien podemos contárselo. Ya he hablado con él sobre mí y
mucho acerca de ustedes.
Me siento muy orgulloso de ustedes
mis amigos, superiores y subalternos profesionales de ayer y les agradezco su
confianza desinteresada. Hoy, sin importarme su convicción, condición
política o ideológica les pido que a brazo partido, las
defiendan, así como también les exijo respeto por las mías.
Todo
individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho
incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y
recibir informaciones y opiniones y el de difundirlas, sin limitación de
fronteras, por cualquier medio de expresión”. (Art.19 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos)
Afectuosamente,
Imperfecto.
VINICIO GUERRERO MENDEZ