Traducción: Socialismo, en donde haces cola por el pan. Capitalismo, en donde el pan hace cola para ti.
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VALORES DEMOCRÁTICOS
Por: Cesar Guillen Citterio.
Movimiento Laborista
EL CAPITALISMO DEMOCRATICO
El capitalismo
a través de su historia, ha sido un sistema muchas veces injusto y que no en
pocas ocasiones ha creado condiciones sociales y políticas comprometedoras. Aun
así, es hasta ahora la forma más conocida y desarrollada de realización del
trabajo, de la mercancía, del ahorro y el consumo masivo. Fortaleció al mundo
laboral productivo, en todas partes.
Los beneficios
y los aportes a la comodidad, salud, descubrimientos y buenos servicios útiles
a las sociedades modernas que hoy las disfrutan, han sido como consecuencia de
su desarrollo. El 90% de los avances médicos y tecnológicos provienen de los
países con ese sistema.
Muy por el
contrario de las sociedades que experimentaron y experimentan el modelo
económico socialista, que solo generan escasez, atraso y una mala calidad de
vida.
La
participación de los trabajadores en el capitalismo moderno es central. Pero
antes, su mentalidad y conducta deben favorecer la productividad y la
disposición a aumentar su rendimiento. Ver solo a su empresa como obligada
exclusivamente a satisfacer todas sus demandas y necesidades, solo conduce a un
final seguro, la quiebra y la pérdida del empleo.
Desarrollar una
industria nacional vigorosa, democrática y productiva, libre de controles ilegales,
de chantajes y extorsiones, más que necesario es imprescindible en la
actualidad. Es el valor del trabajo, la más acertada
ideología en una sociedad moderna.
Estimulada por
la demagogia política, en Venezuela esa confusión favorece, por un lado, la
creación de una mitología del patriotismo en la que proliferan doctrinas tan
absurdas como la del militarismo revolucionario de la independencia. Impide por
otro lado, la apreciación racional y actualizada de los factores económicos y
de progreso de la nación.
Tratan de
enmascarar la ineficacia y la corrupción, arrancando de la historia las luchas
sociales y el idealismo épico del siglo 19. Insistir en modelos populistas y no
erradicar la dependencia del estado, puede
hundirnos en una recesión económica de muy difícil recuperación.
El ciclo revolucionario iniciado en
Rusia en 1905, está cerrado además para siempre. La historia no se repite y si
lo hace, como ya observó Marx, convierte en sainete o farsa lo que fue drama.
Los ciclos en la historia se abren con abrupta violencia, pero se cierran luego
con fuerza definitiva. La revolución socialista se ha marchado con tanta
brusquedad y amplitud como entró. Ella no volverá jamás.
IMAGEN SUPERIOR: Cortesía de TARINGA