César Guillén Citterio
EL COMUNISMO, RAICES DE UN FRACASO. (8)
La igualdad absoluta es una lamentable ilusión, para que
pueda existir tendríamos que ser todos sin excepción similares en espíritu,
condiciones físicas, talento y habilidades. La única igualdad social para el
hombre es la del derecho. Debemos ser gobernados por los más instruidos, los
más capaces, los más interesados en la aplicación de las leyes, de las virtudes
y de la racionalidad sin prejuicios ni fanatismos.
Un país gobernado por el resentimiento, el desapego, la
ignorancia y la ambición es un país de fracasados y avanza inexorable a su destrucción. La idea de la comunidad de
los bienes fue la primera fórmula del comunismo. Luego del manifiesto de
Babeuf, pasa a ser una ideología que así entraba en la historia política.
La táctica del comunismo, tiene su esencia en lo que Jean
Paul Marat definía tempranamente como:
“Después de la toma del poder mediante la insurrección, sería estúpido
remitirse a una asamblea según los principios de la democracia política,
incluso debemos hacerlo fuera del sufragio universal”.
Así mismo afirmaba: “La
dictadura de una minoría revolucionaria es indispensable durante el tiempo
preciso para la restructuración de la sociedad y la puesta en marcha de las nuevas
instituciones”.
Estas ideas pasaron a Buonarroti y luego a Blanqui, lo que es
la base en la práctica de la “dictadura
leninista del proletariado” ¿Cuánto es ese tiempo? 50
años, 80 años, ¡Indefinido! habría que preguntárselo a los rusos, Coreanos del
Norte, Chinos y a los patéticos hermanos castro.