Maduro, usted no conoce a la Fuerza Armada
Fernando
Ochoa Antich
La sorprendente declaración de Nicolás Maduro, dada en
Barquisimeto el 29 de octubre, demuestra
el poco conocimiento que tiene de la manera de ser de la Fuerza Armada
Nacional. "Si se diera ese
escenario, el triunfo de la oposición, Venezuela entraría en una de las más
turbias y conmovedoras etapas de su vida política y nosotros defenderíamos la
revolución, no la entregaríamos y la revolución pasaría a una nueva etapa. Si
ese escenario ocurriera yo siempre
gobernaría con el pueblo, en unión
cívico militar, con la constitución en la mano defendiendo la independencia de
Venezuela”. Sus
amenazantes palabras buscan, en medio de un gran deterioro de su imagen y del
estruendoso fracaso de su gobierno, debilitar la absoluta convicción que tienen
los venezolanos, ratificada por todos los últimos sondeos de opinión, de la
segura derrota del oficialismo y
del avasallador triunfo de la oposición
democrática en las elecciones
parlamentarias.
En la primera parte de su declaración mantiene que Venezuela
viviría, en caso de ganar la oposición las elecciones parlamentarias, un gran
enfrentamiento nacional. En verdad, las elecciones del 6 de diciembre están
orientadas exclusivamente a la escogencia del Poder Legislativo. Nicolás Maduro
continuará en la presidencia de la República desarrollando las políticas que
considere conveniente, sean estas revolucionarias o no. Ese no es el problema.
En realidad, la crisis nacional se hará
inmanejable, no por el triunfo de la oposición,
sino porque se hará evidente, en
medio de la tragedia económica y social
que vive Venezuela, que más del 80 % de nuestro pueblo rechaza el nefasto
gobierno de Nicolás Maduro.. La Mesa de la Unidad Democrática aspira que la solución de esta grave crisis
sea democrática, pacífica y electoral.
Por lo que se observa, esa no es la posición del gobierno nacional y mucho
menos de los sectores radicales del
chavismo liderados por Diosdado Cabello.
Uno de los
aspectos más difíciles de entender en la declaración de Maduro es la que afirma: “nosotros defenderíamos la revolución, no la
entregaríamos y la revolución pasaría a una nueva etapa. Si ese escenario
ocurriera yo siempre gobernaría con el pueblo, en unión cívico militar”… Eso
significa, debería explicarlo el propio Maduro, que el régimen chavista, ante
la derrota parlamentaria, encabezaría un golpe de Estado para constituir un
régimen cívico militar que permitiera pasar
a una nueva etapa de la
revolución. Eso es lo que dice esa parte de la declaración. Por esa razón,
millones de venezolanos se preguntan: ¿Se prestaría La Fuerza Armada para dar un golpe de Estado y sostener en el
poder a un gobierno totalmente desacreditado y deslegitimado? Realmente no lo
creo. Es verdad que algunos jefes militares han declarado que la Fuerza Armada
es chavista. Esa misma forma de actuar la tuvo la camarilla militar durante la
dictadura Pérezjimenista. El alzamiento del 1° de Enero del 58 demostró el
profundo descontento existente en los cuadros militares…
No dudo que Nicolás Maduro y sus asesores entienden que un golpe
de Estado difícilmente puede darse para respaldar un gobierno que ha sido
derrotado, de manera aplastante, en unas elecciones. En todo caso, lo que
podría producirse sería la desobediencia generalizada de importantes cuadros
militares ante sus aviesas intenciones. Nuestra Fuerza Armada siempre ha sabido
interpretar el sentimiento nacional. Cada vez que una crisis política ha
llegado a tal nivel que puede comprometer gravemente la paz social ha
intervenido militarmente, con aciertos y errores, con la finalidad de restablecer el orden. En verdad no creo que esa declaración anuncie
una intervención militar. Lo inaceptable es que Nicolás Maduro comprometa el
honor de la Institución Armada al
utilizar su nombre en esa maniobra política. Lo que busca es desmoralizar a los
venezolanos para que no voten masivamente en las elecciones y así evitar el más
grave descalabro electoral sufrido por político venezolano en nuestra historia.
En esa misma línea estratégica, de innegable tufo cubano, se
encuentran las permanentes declaraciones de Maduro afirmando “que el chavismo
ganará las elecciones sea como sea” o la decisión del CNE de no permitir la
presencia de una verdadera observación internacional. Reconozco que existen
motivos para dudar de la transparencia de los procesos electorales realizados durante
el régimen chavista. Sin embargo, soy de los que creen que el fraude
no se realiza en el conteo de los votos sino en el descarado ventajismo
a favor del oficialismo desde el inicio del proceso hasta el propio día de la
votación. De todas maneras, por primera vez la oposición asiste a una elección
con una marcada diferencia a su favor. Cada día se hace mayor. La abusiva
propaganda electoral no ha dado resultado. Tampoco el control de precios. Mucho
menos la amenaza de emplear la Fuerza Armada para desconocer los resultados La
respuesta, a todas estas triquiñuelas, es una sola: votar masivamente el 6 de
diciembre. Después, defender el resultado…
Caracas, 8 de noviembre de 2015.
@FOchoaAntich.