Negación
del RR: golpismo en acción
José Vicente
Carrasquero A.
Quienes
ocupan el gobierno no tuvieron empacho en admitir sus origines golpistas.
Llegaron al extremo de convertir el 4F y el 27N en fechas de conmemoración de los
cobardes ataques de sectores contaminados de las fuerzas armadas al sistema
democrático que había transitado para el momento 7 elecciones presidenciales y
se encontraba a poco tiempo de la realización de unos nuevos comicios para
reemplazar al primer mandatario como efectivamente sucedió en diciembre de 1993.
Como
si eso fuese poco, Hugo Chávez fue incorporando a su partido y a posiciones de
gobierno a enemigos eternos del sistema democrático instaurado en 1958. Se
puede decir que el caudillo decidió ir por el camino electoral pero en ningún
momento asumió los principios de la democracia.
Recientemente he visto incluso
a politólogos hablar de democracia autoritaria. Esa bobería, que de alguna
manera muestra la condescendencia de los simpatizantes de la izquierda con
dictaduras como la de Maduro, no resiste la más mínima revisión. Aducen quienes
defienden este adefesio conceptual que hay elecciones. Para estos enjundiosos
politólogos y políticos la democracia se reduce a lo electoral. Pasan por
encima el hecho de que cuando estas dictaduras pierden elecciones desconocen
los resultados, tal como paso con el referéndum de 2007 y las elecciones de
2015 en Venezuela. En fin, un bobo-concepto del que hizo uso recientemente,
nada más y nada menos, que el flamante canciller de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa
miembro de un gobierno acreedor de Venezuela.
Son
este tipo de funcionarios los que compran el argumento de Maduro según el cual
el referéndum revocatorio es opcional. Argumentan en términos administrativos
nulidades engreídas como Hermán Escarrá. Hablan como sargentos troperos
individuos como Cabello. Usan argumentaciones reglamentarias como Jorge
Rodríguez. Lloran por televisión exigiendo un respeto que no se ganan las
rectoras miembros del PSUV.
El
artículo 72 de la Constitución Nacional establece claramente el derecho del
pueblo a revocar el mandato de todo funcionario electo popularmente. No pone
más requisitos que la consecución del 20 por ciento del padrón electoral para
convocar el proceso. Está demás decir que el revocatorio solo tiene sentido, en
el caso del presidente de la república, si se realiza antes del cuarto año del
período. Después de eso no se revoca de forma efectiva el mandato sino que se
remueve al presidente.
En
el pensamiento golpista que nunca abandonaron, sugieren desde un programa de
televisión de bajo rating y peor conducción (algo así como habla Trucutú)
realizar el referéndum en 2017. Que el vicepresidente asuma el cargo
presidencial, nombre a Maduro vicepresidente y luego renuncie para que Nicolás
siga siendo presidente. Dos cosas merecen ser comentadas de semejante
aberración que debe haber fundido el cerebro de quien lo dijo: esto constituye
evidentemente un fraude a la constitución (incluso el mismo Escarrá tendría que
admitirlo) y, Maduro lo está haciendo tan mal que el número de firmas a recoger
se estima en al menos 10 millones.
El
ideario de Chávez es verdaderamente escaso, quizás quepa en un par de
cuartillas. Una de las pocas cosas que se pueden rescatar de ese ideario es la
del referéndum revocatorio como parte del carácter participativo y protagónico
que debe tener el pueblo en el proceso político. Por respeto a su memoria, lo
menos que podía hacer un heredero auténtico de la memoria de Chávez es
garantizar su realización con la mayor eficiencia y eficacia posible.
Por
el contrario, la cúpula podrida que hoy representa el chavismo gubernamental ha
hecho todo lo que esté en sus manos para, a través de trapisondas, corruptelas
y maromas impedir a como de lugar que el revocatorio se realice. La primera y
más importante de las razones, que por supuesto no mencionan, es que lo
perderían de calle. Al menos en 2003-2004, con toda la trampa que el poder del
estado puso a su disposición, Chávez asumió el reto de ir a ese revocatorio
previsto en la Constitución que el promovió y que le generaba el compromiso. Ya
vimos todos los atropellos que cometió, todas las trampas que promovió y el
resultado que obtuvo. Nada alegador para la historia que sobre él ya se
escribe.
Pero
como Maduro es un empeorador de todo lo mal que hizo Chávez, quiere llevar este
proceso revocatorio al borde de la ruptura del hilo constitucional. Una
variedad de expertos han dictaminado que el revocatorio se puede realizar sin
problemas en el último trimestre del año. Además, el mejor sistema electoral
del mundo debe ser capaz de manejar en paralelo, el revocatorio, una muy
probable elección presidencial y la elección de gobernadores.
¿Qué
lo impide? Además del ya mencionado convencimiento de que el revocatorio lo
tienen perdido de calle, el carácter golpista y anti democrático que nunca
abandonaron. Eso explica que no vean en la Constitución un pacto de
convivencia. Que no tomen la carta fundamental como un curso de acción que
define principios y valores que todos los venezolanos están obligados a respetar.
Es
por eso que al perder las elecciones de 2015 procedieron a la carrera a aprobar
unos nuevos jueces que les garantizaran todas las tropelías que según el libro
cubano tenían que entrar en efecto a partir de Enero. Y es así como el mejor
sistema electoral del mundo es acusado de permitir fraude en Amazonas, el estado
con la menor capacidad de defenderse del atropello. Allí comenzó un golpe
continuado contra el poder popular y soberano representado en la Asamblea
Nacional.
Para
ello se valen de personajillos con ausencia total de escrúpulos. Hijos de
guerrilleros ladrones y asesinos, golpistas del 92, altos burócratas del
sistema electoral, jueces con títulos universitarios piratas y hasta
constituyentes del 99 se han agavillado con la cúpula roja putrefacta para
perpetuar una violación permanente de la constitución.
No
se podía esperar otra cosa de los golpistas y guerrilleros de ayer. Este es el
legado de Chávez que reflejará la historia. Pobre de su ya triste memoria.