RECORDANDO ALTAMIRA XXXVIII
DEMOCRACIA-CONSTITUCIÒN- ELECCIONES
19 octubre 2017
“Los que votan no deciden nada, los que cuentan los votos deciden todo”, esta especie de sentencia condenatoria se le atribuye a J. Stalin. La traigo a colación porque este es nuestro gran problema, siendo que los que cuentan los votos en Venezuela, piensan, comparten y hacen cumplir tal sentencia al pié de la letra, desde hace ya 18 años. Todos los que aún insistan en el camino electoral para salir del régimen, sin cambiar antes a los que cuentan los votos, irremediablemente deben ser calificados como cómplices del mismo. Ya no cabe duda alguna, no hay posibilidades ni probabilidades de que pueda ser de otra manera, sólo cabe la única certeza de que siempre estarán en mejores condiciones de optimizar las manipulaciones en cada proceso electoral por venir.
Primero lo primero. Sólo en una verdadera Democracia, con equilibrio de poderes, en plena vigencia y cumplimiento de la norma constitucional, puede lograrse que los que cuenten los votos no sean los que decidan, sino que, bajo los controles legalmente establecidos, contabilicen y promulguen la decisión de los que voten, sin desviación alguna y con total transparencia. En Venezuela, hoy por hoy es imposible.
Por lo que reitero, sólo asumiendo la carga, la responsabilidad y las consecuencias, de defender el compromiso constitucional y actuando sin reserva contra el régimen traidor, lograremos la recuperación de la Patria para instaurar la Democracia y la Constitucionalidad. Luego, sin dudas ni miedo, como SOBERANO ejercer la soberanía directamente, tal como lo ordena la constitución.
Esta es una lucha total con el fin supremo de salvar la vida de la república y su patrimonio, de recuperar el hilo constitucional, los órganos del estado y la democracia. Todo lo demás es secundario.
En una anterior reflexión, me permití presentar tres obvios escenarios para los resultados del 15-O, adelantando que a la postre, todos nos llevarían a retomar la calle. En mi opinión, se cumplió el primero: Aquel en el que el régimen logra controlar todo y en el cual los resultados, independientemente de los votos reales, son manipulados anunciados a su favor y a la oposición le conceden nada o pequeños triunfos a su medida. Pero además, por si las dudas, fueron más allá, y de manera descarada y flagrante nos arrebataron el estado Bolívar, el cual por ninguna razón debía quedar fuera de su control. Además a los que les dieron el triunfo, los van a neutralizar con autoridades paralelas.
Los ciudadanos ya no estamos dispuestos a seguir apoyando a una dirigencia que insista en el camino electoral como única opción para recuperar la república, bajo la manipulada afirmación de que ese es el camino democrático, es inaceptable, es un suicidio. Tal como afirmó recientemente el Dr. Asdrúbal Aguiar: “estamos matando a la democracia a fuerza de elecciones”, es tan palmario como patético, porque cuando no hay Libertad, Derecho ni Justicia, la Democracia fenece como rehén de los tiranos que cuentan los votos.
Los ciudadanos que votaron por la AN, los mismos que votaron el 16J aprobando el mandato solicitado por la dicha AN sobre la aplicación de los artículos 326-333-350 constitucionales, y que, a pesar de no estar convencidos, votaron el 15-O, ahora más que nunca, siguen en espera del cumplimiento del ejercicio de la soberanía de manera directa.
Los dirigentes deberán reorientar su accionar asumiendo con contundencia, convicción y sin miedo, el camino del mandato constitucional; 5-326-333-350, para lograr la salida del régimen, con la consecuente transición, porque no es coherente ni justo pensar que se puede hacer una entrega formal de gobierno, como se hace en condiciones normales en un estado democrático, de derecho y de justicia. Venezuela, el mundo democrático y libre espera por ello y está dispuesto a aceptarlo.
Exhorto a los jóvenes dirigentes políticos que no se dejen arrollar por esa tradicional forma de actuar de los más veteranos y asuman su posición ante la historia. No duden en reagruparse y hacerse solidarios con aquellos que se identifican con el mandato del 16-J, hagan gala de esa especie de “irreverencia constitucional” que su juventud les indica, olvídense del tradicional “¿cómo quedo yo ahí?”. Los ciudadanos los respaldarán y la Patria se los reconocerá porque por ese es el camino, lograremos recuperar la república, las instituciones y la democracia, allanaremos el camino de la paz y podremos celebrar las nuevas jornadas electorales con soberanía y libertad. Y, lo mejor de todo, contaremos con un nuevo equipo de dirigentes políticos, forjados en la lucha, legitimados y con la moral fortalecida, para afrontar las duras decisiones que se deberán tomar tanto en la transición hacia la Nueva Venezuela, como en la conducción de su nuevo comienzo hacia la verdadera emancipación como república libre, soberana, democrática y justa.
Daniele Comisso Urdaneta
Contralmirante
3.793.306